capítulo 1

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Estaba harta. Harta de aguantar toda su mierda, mientras ella tenía que tragar. Pero eso iba a acabar, en realidad ya había acabado, esperaba que sacara todas sus cosas de su piso lo antes posible.

Esa noche solo le apetecía emborracharse, pasarlo bien con sus amigos y, porqué no, follar. Llevaba demasiado tiempo sin contacto físico de ningún tipo, pese a que tenía pareja y vivía con él.

Se miró en el espejo por última vez antes de salir a la calle, donde le esperarían Agoney, Ricky y Amaia, sus amigos. Ellos se encargaban de recogerla y así irían juntos a la discoteca más cercana.

Se acomodó los rizos hacia un lado y acabó de observar sus labios perfectamente pintados de rojo. Había optado por ponerse un vaquero básico negro, junto con uno de sus míticos bralettes y una chupa de cuero negra con alguna que otra declaración. Unos botines con algo de tacón adornaban sus pies y un par de buenos pendientes colgaban de sus orejas.

«Perfecta» pensó justo antes de salir del baño.

Cuando llego a su habitación para escoger un bolso, se encontró a Pablo, su novio, más bien, su exnovio tirado sobre la cama.

-¿Dónde vas? - preguntó él, mientras Miriam rebuscaba en su armario.

-¿A caso te importa? - rió irónica - Eso pensaba. - suspiró ante su silencio.

-¿Vienes a cenar? - insistió el chico.

-No. - respondió seca Miriam dándose la vuelta y mirándolo directamente - Mañana te quiero fuera de aquí. - sentenció y se fue.

Ni siquiera se dió la vuelta,ni siquiera hizo el amago de prestar atención a lo que le decía, salió por la puerta y se montó en el ascensor, tras asegurarse de que lo llevaba todo. Sonrió a su reflejo, de alguna forma iba a empezar de cero.

-Buenas noches. - saludó al entrar en el coche de uno de sus amigos.

-Ey. - saludó Agoney dejando un beso sobre su mejilla - ¿Qué tal? - se interesó el canario, sabía que su amiga no lo había estado pasando bien los últimos días.

-Muy bien, sinceramente. - confesó, aunque había dejado de sentirse culpable por aquello, se veía con más fuerzas que nunca y había descubierto una nueva Miriam - He llegado a la conclusión de que no es que no fuera lo suficiente, es que era demasiado para él.

-¡Esa es mi amiga! - gritó Ricky al volante, haciendo que la rubia riera.

-Ahora estás soltera, soltera. ¿No? - preguntó Amaia, siempre había sido de hacer aquél tipo de preguntas, que no sorprendían para nada a sus amigos.

-Sí. Pero no me voy a acostar contigo, Amaia. - sentenció la gallega, sabiendo que diría su amiga.

-Jo... - se indignó la menor - Bueno, pero seguro que hoy ligas.

-Ligar no sé, pero un buen polvo me hace falta. - soltó, sin darse cuenta de que no lo había solo pensado, si no que lo había exteriorizado.

-Di que sí, amor. - sonrió Agoney.

Llevaban unos minutos de trayecto, escuchando algo de música y teniendo conversaciones sin importancia.

-Oye, que he invitado a una amiga. - comunicó Ricky cuando estaban a punto de llegar al restaurante donde iban a cenar - ¿Os importa? - preguntó algo apurado.

-Hombre, si nos avisas cuando ya hemos llegado... - rió Miriam.

Ninguno puso pegas, de echo se alegraron. Siempre eran ellos cuatro y pocas eran las veces en que alguien se les unía, así que les pareció interesante unir a una persona más al grupo.

KILLA // Miriam² Donde viven las historias. Descúbrelo ahora