Cap 6: Soy Justin

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-Y... ¿Como te llamas?- escuché.

-______, y ¿tú?- respondí murmurando y haciendo la voz un poco más grave.

-¿Y ahora que haces?- preguntó un poco seco.

-No deben saber que hay una chica aquí.

-Golpearé si alguien entra. Soy Justin- respondió a mi pregunta anterior, ya perdida en otros diálogos.

-¿A quién vienes a ver?- pregunté sin saber si estaba invadiendo su privacidad.

-Mi hermana está internada hace dos días, tiene cáncer gástrico- respondió, pero no me gustó como lo hizo, fue como si no le importara. Espero que en frente de la hermana lo disimule. Aunque lo más probable es que no quisiera demostrarme sus sentimientos. Es lógico, no nos conocemos.

-¿Qué edad tiene?- pregunté intentando meterme más en el tema. Quizás podría darle un consejo, dicen que soy buena para eso.

-13- me chocó la respuesta, tuve una sensación rara, creo que era una mezcla de lástima y tristeza. Era muy joven.

-¿Puedo salir?- pregunté cuando estuve lista.

-Espera... Listo, sal- dijo seguro y me dirigí hacia los lavabos.- ¿Tú por qué estás aquí?- preguntó con las manos en los bolsillos, sin nunca dejar su rostro un tanto serio.

-¿No es obvio?- respondí lavando mis manos.

-Pues...algo.

-Tengo anorexia- cerré la canilla- Me desmayé hace unos días y luego me trajeron aqui- dije sacundiendo mis manos para secarlas- Y, ¿Qué edad tienes?

Abría la boca cuando escuchamos una voz acercándose. Por favor, por favor, que no fuera por mi. Hicimos silencio para saber si venía hacia aqui. La manija empezó a moverse. Corrimos hacia el último baño y lo cerramos. Me subí al inodoro, para que sólo se viera un par de pies. Lo senté para que pareciera que todo es normal. Oh no, así lo hacen las mujeres. Lo paré y lo di vuelta. Ahora sí. Sólo faltaba una cosa.
-Pssssssssssss- hice sonar con mi boca. Justin me miró con cara de "estás tomándome el pelo", a lo que yo reí en silencio.
Luego de lo que serían 2 minutos, oímos la puerta abrirse y al hombre irse.
-Tú estás realmente loca- dijo riendo y abriendo la puerta del baño, para después salir. Revisé mi celular, faltaban 10 minutos para que terminara el almuerzo y teníamos dos problemas. Debía llegar al comedor y no debía verme el médico de la entrada. Le mandé un mensaje a Mike, pero pasaron dos minutos y todavía no respondía, debió haberlo dejado en la habitación.
-¿Me ayudas con algo más?- pregunté intimidada, sabiendo que podría decirme que no.
-¿Con qué...?- respondió.
-Necesito llegar y que el médico no me vea entrar. Hazle una pregunta y yo paso por detrás, eso es todo.
-No funcionará.
-¿Cómo crees que salí?- pregunté con una sonrisa cruzando mis brazos. Se sorprendió.
-¿Enserio? ¿Tan tonto es el tipo?- asentí con la cabeza. Justin suspiró de cansancio- Bien, vamos.
Salimos del baño, no sin antes haber confirmado que no venía nadie. Justin se asomó por el pasillo.
-La secretaria no está viendo- dijo y avanzamos. Yo detrás de él. Realmente soy un piojo al lado suyo. Llegamos a la mitad del pasillo. Ya casi. Paró de golpe y choqué contra su espalda.
-¿Puedo ayudarlo en algo joven?- mis ojos se abrieron muy grandes. Me hice bien chiquita detrás de Justin. "Ventajas de estar desnutrida" Okey, no, no fue divertido, lo admito, lo siento ______. Pero ahora no es tiempo de pensar en eso.
-No, sólo iba a bajar por el ascensor, no se distraiga, muchas gracias- la secretaria sonrió y volvió a bajar la cabeza hacia su trabajo.
Seguimos caminando y cuando llegamos cerca de la mujer, me agaché, para que sólo viera a Justin al otro lado del mostrador. Me escondí detrás de la puerta abierta, como cuando salí.
-Oye, amigo, una pregunta- dijo. El médico levantó una ceja con reprobación. Justin se aclaró la garganta- Lo siento, Doctor- el señor forzó una sonrisa y asintió.
-¿Que necesitas?- respondió.
-Pues... Estoy estudiando el 2do año de medicina- se alejó muy poco y el doctor se acercó a él inconscientemente, alejándose de la puerta. Que inteligente- y quería saber si en algún momento del estudio podría hacer una pasantía.
-¿Que edad tienes?- preguntó el médico.
-23- respondió Justin con cara de obviedad.
Dejé de prestarles atención y entré, pasando por detrás del tipo. Justin me miró y le sonreí fuerte, haciendo mímica con los labios, queriendo decir "gracias", a lo que él entendió, ya que volvió sus ojos al doctor. Me metí por debajo de la mesa como anteriormente y avancé rápido hasta llegar a mi lugar. Estaba sentada entre Suyay y Mike. Ellos estaban más juntos, supongo que para disimular. Los separé un poco. Alguien miró debajo de la mesa, era Mike.
-¡Es _______! Córranse- subí y me senté en mi lugar. Comí algunos bocados más, ya que pronto terminaría el almuerzo- ¿Cómo hiciste para entrar? Se suponía que me avisarías.
-Lo intenté, pero dejaste tu teléfono en la habitación- Mike tocó sus bolsillos y confirmó lo que le dije.
-Y ¿como entraste?- volvió a preguntar.
-Me topé con un chico en el camino y me ayudó a llegar al baño y a volver.
-Que suerte tuviste niña- dijo Suyay sorprendida.
Todos comenzaron a levantarse y luego empezaron a salir por la puerta. El almuerzo había terminado. Yo había comido más y ya me sentía algo hinchada. Aunque en realidad si lo piensas bien, gasté algunas calorías en ese episodio del baño así que en realidad no hay mucho más que lo de siempre en mi cuerpo.
Volvimos a las habitaciones.
El tiempo se pasa rápido en realidad, espero que sea así siempre. Yo la compartía con Mike, Suyay, Meri y Peni. Espero que terminemos siendo buenos amigos. Estábamos hablando sobre la escuela, cada uno en su cama sentado.
-¿A cuál vas tú, _________?- preguntó Peni.
-Al Washington, queda a 20 cuadras de aquí.
-Lo conozco. ¿En que grado estás?- preguntó Meri desde el lado izquierdo de la habitación.
-Curso el onceavo grado de la secundaria- respondí.
-Entonces tienes... 16- dijo Suyay.
-Exacto.
-Y, ¿tienes algún trabajo?- preguntó Meri otra vez.
-Trabajaba en un bar como mesera y a veces cantaba.
-¿Te gusta cantar? Grandioso- reí cortamente al respecto.
-Sí y toco algo de guitarra- dije señalando mi instrumento.
El resto del día pasó así, hablando, jugando a simples juegos, viendo películas, ya que no podíamos movernos mucho, esa era la idea. La médica durante los controles me dijo que se sorprendió sobre que haya comido un poco más y que siguiera así. Aunque mañana no lo haré. No puedo sostenerlo si lo hago todos los días, así que será día por medio.
Todos empezaron a irse y yo esperaba para saber si Liz vendría por mí, o yo tendría que volver sola. Mi celular vibró, era ella.
"Baja. Estoy con la camioneta"
Le mostré el mensaje a la secretaria y me dejó ir. Bajé por el ascensor y salí del hospital. Busqué la camioneta, pero no la encontraba. Finalmente, la vi en la esquina. Fui hacia ella y subí. Teníamos una Ford f100 del '67, color rojo. La típica. La compramos luego de ahorrar unos meses, yo ayudé con una parte, gracias al salario del bar. Mel también aportó algo. La llamamos Regina y les decíamos a los niños que tenía vida. Al principio se asustaron y luego le tomaron cariño.
-Hola- subí y le di un abrazo.
-¿Cómo estás ________?- preguntó mientras manejaba. Se la notaba muy cansada.
-Bien. Oye, no tienes que venir a buscarme, yo puedo volver sola, enserio.
-¿Estás segura?
-Claro que sí, tú quédate cuidando a los niños.
Llegamos al edificio y entramos. Yo fui directo a mi habitación.
-Hola Mel- dije llendo baño para lavarme las manos. Ella se quitó los auriculares, estaría escuchando música.
-Hola ______, ¿Cómo estás?- dijo y bajó de la cama.
-Bien y ¿tú?- dije secándome las manos para después salir.
-Pues...- dijo y arrojó a mi cama un pilón de hojas de la escuela.
-¿Todo esto es para mañana?- pregunté sorprendida.
-No, claro que no. Es todo lo de hoy. Hay un par de tareas para la semana, pero nada muy fuerte.
-De acuerdo, gracias.
-No hay de que- me guiño un ojo.
Cada una fue a su cama y hablamos desde allí. Sobre el día, sobre la escuela, sobre el hospital, sobre los rumores sobre mí y más cosas, hasta que no escuché más a Mel.
-Mel- di un grito seco. No respondió- ¿Te dormiste?
-El club abre a las 4:10- estallé en risas y ella despertó.
-¡¿Eh?! ¿Qué pasó?
-Nada, sigue durmiendo- dije entre cortas risas.
Melina solía hacer eso, hablar dormida, y ha pasado cada cosa por eso. Reí al recordarlo.
No tenía sueño. Eso era malo, ya que ahora comenzaría a pensar. Liz debía estar trabajando más, ya que lo que yo ganaba en el bar, se lo daba casi todo. Si quería volver, tendría que comer. Pero no puedo, es lo que nadie entiende. No pue do. Es como si estuviera encerrada.
Unas lágrimas cayeron, provocando que luego salgan más.

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2015 ⏰

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