Cap 2: Zara

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(Aclaración al final del capítulo)
Narra Justin:
Me llamaron de la dirección y me sacaron de clases durante la hora de Ciencias. Notaba como todos juntos me miraron atentos, queriendo estar en mi lugar, ya que perdería horas de clases. Reí interiormente y salí del salón diciendo:
-Disfruten la clase. Sr. Mitch, hace un gran trabajo- cerré la puerta guiñándole el ojo a la clase y podía imaginarme al profesor poniendo los ojos en blanco, ya arto de mí.
Caminé tranquilo por los pasillos hacia la dirección. Creía saber porque me llamaban, querrían ponerme un tutor para Ciencias y por eso me llamaban en esta hora. Podría negociar a quien yo quisiera tener y esa persona tendría que decir que sí.
Al llegar, toque la puerta y al recibir un "adelante" de la secretaria, pasé.
-Sr. Bieber, llamaron del hospital Buffa- oir eso se sintió como si el azúcar se me bajara- y nos pidieron que le informáramos que su hermana fue llevada de urgencias. Está autorizado a ir si quiere.
Salí de la secretaría antes de que pudiera decir una palabra y empecé a correr hacia la salida. Subí a mi moto y empecé a andar. Esperen, ¿Dónde rayos queda ese hospital? Saqué mi teléfono y le marqué a mi mamá.
-Justin
-Ya salí de la escuela, dime la dirección del lugar.
-Espera... Lubros 682
-Voy para allá

Arranqué de nuevo y fui al lugar, aunque no sabía exactamente dónde era, pero no molestaría a mi mama por eso, ya bastante alterada debe estar.
Llegué al hospital, lo conocía de vista, pero nunca supe su nombre. Estacioné mi Ducati y entré al hospital.
-Hola, mi hermana está aquí, se llama Zara Bieber.
-Un momento- miré el lugar mientras la mujer buscaba en la computadora- segundo piso.
-Gracias
Corrí hacia el ascensor y marqué el piso que me dijeron. En cuanto paró, salí e intenté encontrar a alguien conocido, pero no vi a nadie. Me acerqué al mostrador y esperé a que la secretaria me diera su atención, pero estaba respondiéndole algo a otra persona. Miré a mi alrededor y sólo se veía médicos pasar, todas las puertas estaban cerradas.
-¿Puedo ayudarle en algo, joven?- me sacó de mis pensamientos la mujer de 50 y tantos años.
-Eh, si. Me dijeron que mi hermana está aquí, pero no la encuentro ni a nadie de mi familia, ¿puede decirme si está aquí? Se llama Zara Bieber.
-Ya le digo.
Al igual que la anterior, se puso a buscar en la computadora. Giré la cabeza y vi unos cuantos chicos, como de mi edad entrando a una habitación. Parecían conocerse entre sí. Los dos últimos, que iban hablando, llamaron mi atención, o al menos la chica. Era diferente a los demás, mucho más flaca. Parecía de 15 años o quizás 14. Su cara parecía un triángulo y sus pómulos sobresalían. También lo hacían los huesos en sus brazos, sólo que un poco más. No pude apreciar mucho más de su cuerpo, traía una bata de hospital a diferencia de los demás. Tenía el cabello rubio ceniza, por debajo de los hombros y este parecía estar en muy mal estado. No estaba tan mal, pero me daba mucha impresión verla y claro que eso se reflejó en mi rostro. Notó mi mirada y me vio, pero volvió a correr la mirada, creo que ofendida. Creo que era obvio que no debería estar aquí.
-¿Dónde estoy?- pregunté.
-Este es el piso de psiquiatría y está en la parte de trastornos alimenticios. Su hermana está en el piso de arriba, el de oncología.
-De acuerdo, muchas gracias.
Fui hacia el ascensor y marqué el piso. Mientras esperaba que las puertas se cerraran, di una última mirada a la habitación donde entraron esos chicos. Ni siquiera sabía que esto existía (un hospital para eso). Lo que nunca voy a entender es como alguien puede dejar de comer, si sabes que puedes terminar así. Reí por dentro al notar que en la pantallita donde se veían los números había paisajes de fondo, me pareció simpático. El ascensor paró y las puertas se abrieron. En el fondo del pasillo a un costado estaba mi mamá. Caminé rápido hacia ella y la abracé.
-¿Qué pasó?
-Un mal día, empezó a vomitar sangre y no me quería avisar. La están revisando y habrá que ver que pasará luego- la voz se le quebró en las últimas palabras y yo la envolví en mis brazos. Mi hermana tiene un cáncer gástrico desde hace unos pocos años y ella tiene ahora 13 años. Últimamente estábamos teniendo días tranquilos, pero sabía que uno como hoy pasaría en algún momento.
-¿Puedo pasar a verla?
-Claro, pero que sea rápido.
Asentí con la cabeza y entré a la sala.
-¡Hola niña!-alcé la mano para chocar la suya y ella la chocó. Me senté en la punta de su cama.
-No me digas así, grandote-dijo con su típica expresión de "todo esta bien" cuando las cosas no lo están.
-¿Como te sientes?- pregunté y se encogió de hombros sonriendo.
-He estado mejor, pero bien.
-Eso está bien. Oye, ¿Por qué no quisiste avisarle a mamá que venías vomitando sangre estos días?- bajó la mirada.
-No quería traer problemas, estaba feliz por mí.
-Júrame que lo harás la próxima vez, Zara.
-Bien... Lo prometo... Ahora vete- dijo y fingí que sorpresa.
-¿Estás echándome? ¿Cuándo vine a verte y recorrí medio hospit...?
-¿Quieres perder clases, verdad?
-Sip- respondí y puso sus ojos en blanco.
-Pues vete por ahí a conocer el mundo, no lo se, pero no te quiero como un vago aquí- dijo intentando sacarme de la cama.
-De acuerdo, de acuerdo. Que desagradecida eres- me acerqué a ella y besé su frente- Adiós.
-Adiós.
Salí de la sala y me encontré con mamá. Ella estaba sentada leyendo y se paró cuando me vio salir.
-¿Cómo está?- preguntó.
-Bien, parece estar tranquila- respondí después de suspirar.
-De acuerdo, ve si quieres, te llamaré si pasa algo.
-Okey, llámame y las paso a buscar cuando terminen aquí.
-¿E ir en esa moto tuya? Si, claro. Pediré un taxi. Dijo riendo. Creo que nunca dejará de molestarme con eso.
-Bien... No me llames cuando no lo consigas- me acerque a ella y la besé rápido en la mejilla- Te veo luego.
-Adiós
Bajé por el ascensor y salí del hospital. Aún me quedaban 3 horas libres, ¿Qué podría hacer?
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Holuuu! Bueno este fue el segundo capítulo. La aclaración que quería hacerles era que hay algunas cosas (sobre el tema del hospital) que no son como realmente son, como que los hospitales de día de psiquiatría y de cáncer nunca están juntos, hasta lo que yo se.
Muchas gracias por leer♥♥

Lo que Ana me regalóOù les histoires vivent. Découvrez maintenant