Capitulo 4

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B- Y por que quiere hacerlo doctor?

A- quiero hacerlo porque la amo!

Le extendió su mano, ella la tomo y se levanto del sillón donde estaba sentada, el la acerco a su cuerpo tomándola por la cintura y la beso con pasión, con ternura, con un deseo que ni el mismo sabia de donde nacía. La llevo a la cama y la arrecosto, acomodándose sobre ella suavemente, noto que ella estiraba su brazo buscando el interruptor de la luz, cuando lo alcanzo, dejo la habitación totalmente  a oscuras, apenas se colaba entre las cortinas la luz de las farolas de la calle.

El continuaba besándola, acariciaba su cuerpo lentamente intentando descubrir de donde comenzar a quitarle las prendas que la cubrían. Noto como ella, con timidez comenzaba a recorrer su espalda, para luego tomar su corbata y deshacer el nudo de la misma para quitársela, con sus temblorosas manos comenzó a desabrocharle los botones de la camisa, el notaba su nerviosismo y se decidió a ayudarle a quitarse su camisa, una vez su torso estuvo desnudo, ella muy dulcemente comenzó a acariciarlo, a explorarlo, era la primera vez que tocaba el cuerpo de un hombre y su deseo se mezclaba con la curiosidad de descubrir la piel masculina. 

El se dejaba acariciar, se dejaba reconocer a través de esas torpes y tímidas manos, que dentro de toda su sutileza, resultaba un tacto dulce y a la vez, sensual, era la primera vez para el que una mujer lo acariciaba así, con esa devoción, con esa timidez, con ese amor que le transmitía el tacto de sus manos. Se arrodillo en la cama y la haló hacia él para poder descubrirla a ella también. Sin saber como o de donde, había nacido en su interior un deseo inusitado de acariciar su piel, de descubrir su forma y de comprobar si el resto de su cuerpo se sentía tan suave y cálido como sus manos.

El comenzó a subir su vestido y ella levanto los brazos para facilitarle la tarea, cuando esa prensa salió, suavemente el poso sus manos en sus hombros y con delicadeza, comenzó a acariciar la piel que dejo al descubierto, lentamente descendió por su espalda hasta encontrarse con el broche del brassier, el cual hábilmente desprendió y se lo retiro como en cámara lenta. Estaban los dos de rodillas sobre la cama, la luz de la calle, hacia que se pueda vislumbrar un poco la silueta del otro, pero lo que mas prevalecía era el sentido del tacto del cual se estaban valiendo para conocer al otro. El la tomo de la espalda y con una dulzura que jamás pensó que podría sentir en esos momentos la cerco a su pecho y la abrazo sin dejarla de recorrer, ella lo abrazo por la cintura, acariciando lentamente su amplia espalda, el podía sentir sus pechos, sus pezones erguidos rozándole piel, haciendo que su corazón se desboque y que un calor que le nacía de lo mas profundo de su ser se apodere de su cuerpo logrando la reacción automática de este que se manifestó en una gran erección.

La separo de él y con suavidad la acostó de nuevo, comenzó a besarle el cuello, las clavículas, el pecho, hasta que se acerco a sus senos, los rozo sutilmente con la nariz provocándole a ella un estremecimiento que el pudo sentir a la perfección y le provocó una sonrisa pícara, comenzó a acariciar sus pezones con la punta de su lengua, yendo de un seno al otro, ella estaba extasiada, descubriendo sensaciones que jamás había experimentado, su respiración se agitaba y de su boca salían pequeños gemidos que  intentaba ahogar mordiéndose los labios, esto hacia que aumente la excitación de el que con mas pasión se apoderó totalmente de sus senos con su boca y sus manos. Ella comenzó a arquearse de placer dándole mas acceso a sus senos,  que estaban totalmente endurecidos y erguidos por la excitación del momento. El comenzó a sentir que ya no soportaba su pantalón, su miembro estaba demasiado rígido y palpitaba como nunca, haciendo que le duela la presión que sus prendas ejercían sobre el mismo. Se levanto de la cama y rápidamente se quito el pantalón y el bóxer, liberando así su erección que parecía haber crecido aun mas. Se volvió a acercar a ella y con mucha suavidad y ternura, le saco las medias y las bragas al mismo tiempo. Fue subiendo por sus piernas, tocándolas, besándolas, descubriendo que toda ella era suave y tierna, beso su abdomen, acariciándola por todo lados, sintiéndola temblar debajo de él, sin entender como, estaba enloquecido de deseo, como nunca había estado, quería poseerla en ese mismo momento con toda la pasión que estaba sintiendo, pero sabia que con ella no debía dejarse llevar, quería ser delicado, dulce, por primera vez en su vida, le importaba mas cuidar de la mujer que tenia junto a el a sucumbir a sus propios deseos. 

El fruto de nuestro amorWhere stories live. Discover now