Capitulo 19

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Estaban abrazados y en silencio, sumergidos entre el agua tibia y la abundante espuma, Armando tenía la espalda apoyada en la pared de la bañera y la espalda de Betty apoyada en su pecho.
Habían tenido una larga conversación, donde ambos se habían confesado con detalles todo lo que pasó en el mes que estuvieron separados.
Ella le conto sin reservas todo lo que hizo en Cartagena, quién era y que relación había tenido con el francés que había mencionado Claudia Elena Vázquez, y que había disparado todas las alarmas de Armando.
Este por su parte le conto día a día su calvario, su rompimiento con Marcela después de su intento de suicidio y cuanto había sufrido por ella.
Las lágrimas habían brotado de ambos y aunque a Armando seguía sin gustarle el "franchute ese", se había tranquilizado bastante al conocer con detalles la historia que lo unia a Betty y más aún al saber que ella rechazo toda clase de acercamiento por parte de él.

Ahora llevaban un buen rato en un cómodo silencio, solo disfrutando de la compañía del otro y del íntimo y hermoso momento que estaban compartiendo.
Armando a cada poco, acariciaba la barriguita de Betty mientras le dejaba dulces besos en la sien y en la mejilla.
Betty por su parte, acariciaba las manos de Armando que estaban apoyadas sobre su vientre y suspiraba y se acurrucaba más hacia el cada vez que sentía el dulce roce de sus labios sobre su piel.

A pesar de la abstinencia que ambos mantenían desde hace cuatro meses, y del fuerte deseo que tenían por el otro, ese instante no tenía nada de erótico ni sexual, más bien era un momento de tranquilidad, de ternura y amor, mucho amor.

B- (suspirando y con los ojos cerrados) mmmm que rico estar así contigo amor.

A- (dejándole dulces besitos en la mejilla y el cuello) lo sé cielo, para mí también es hermoso tenerte así, entre mis brazos.... Amor?

B- dime

A- gracias por contarme todo, y.... Por "respetarme" a pesar del daño que te cause.

B- (girandose a mirarlo) eso de "respetarte" no me resultó muy difícil, sabes? yo jamás podría ser de otro hombre, amándote como te amo. Porque a pesar del dolor, mi corazón jamás te olvidó y te amó cada día más, y dejar que alguien más se acerque a mi, que me acaricie, que me bese o permitir aunque sea un inocente roce en los labios, me hacía sentir que te fallaba a ti y a mi misma, a pesar de que no había nada más entre nosotros y podría haberme permitido hacerlo (se giró para quedar frente a él y poderlo mirar a los ojos) Yo te amo Armando, te amé desde el primer momento en que te conocí, te amo hoy más que ayer y seguramente, menos que mañana. Solo a ti te pertenece cada fibra de mi ser, desde el día en que me entregué a tí y nadie nunca podría ocupar tu lugar en mi vida.

A- (emocionado hasta las lágrimas) Betty, mi Betty!

Ya no hubo lugar para las palabras, Armando tomo a Betty del rostro y pego su frente a la de ella, le acarició la nariz primero con su boca y luego con su propia nariz, para después alcanzar sus labios, seduciendolos dulce y lentamente con un tierno beso que poco a poco se fue profundizando.
El encuentro, primero tímido y suave y que poco a poco se volvió apasionado, de sus lenguas, fue encendiendo la pasión entre ellos.
Sin poder enviarlo, Betty se acomodo a horcajadas sobre Armando, quién no dejaban de besarla y apretarla contra su cuerpo, dejándole sentir debajo de su pelvis, su potente erección.
Armando había descendido con sus labios por el rostro de ella y ávidamente había comenzado a besarle el cuello, mientras le desprendía el sujetador del traje de baño que ella se había puesto para bañarse con el.
Sin poderse contener, Armando miró los pechos de Betty y los tomo con sus manos, sintiendolos más grandes y llenos de lo que el recordaba de su última vez, ante este contacto, ella soltó un suspiro y cerró los ojos para poder disfrutar mejor de ese momento, Armando acercó su rostro al pecho de ella y lentamente comenzó a acariciar y delinear con la lengua los erguidos y sumamente sensibles pezones de Betty, haciéndola jadear, gemir y arquearse hacia él buscando mayor contacto.

El fruto de nuestro amorWhere stories live. Discover now