Capítulo 7

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Con el postre, la charla se extendió hasta pasadas las tres y media de la tarde. Ninguno de los dos tenían muchos deseos de regresar a la empresa por ese día, así que Armando le propuso a Betty ir a caminar un poco a un parque muy bonito que el conocía, ella acepto y ambos salieron del restaurante, aún tenían cosas que hablar. En el camino Betty llamo a Aura María para avisarle que no regresaba por ese día, no le dió mayores explicaciones y le pidió que anotase todas sus llamadas, Armando hizo lo mismo con Sandra, claro que primero llamo uno y luego el otro, intentando no insinuar que estaban juntos. Pero para ambas secretarias, era demasiado sospechoso que Betty y el doctor Mendoza hayan salido juntos y ahora llamaban para avisar que no regresarían a la empresa hasta el día siguiente.
Querían convocar un 911 pero con lo rabiosa que estaba Marcela y con su "radar" vigilando cada uno de sus movimientos, no quisieron alborotar más el avispero.
Por otro lado, en la oficina de puntos de venta, Marcela caminaba de un lado a otro como una fiera enjaulada, con la respiración agitada y las manos apretadas de la pura rabia.
Tenía su celular en la mano y moría por llamar a Armando, pero sabía que no debía hacerlo, tomó su teléfono fijo y llamo a Patricia.

M- Patricia, Armando ya llegó?

P- no Marce, aún no pero, (bajo el tono de voz para que Sandra no la escuché) escuché a la jirafa solterona responderle a una llamada hace un momento, por lo que entendí, Armando no vuelve a la empresa hasta mañana.

M- (gritando) QUEEEE?? Y LA OTRA ESTÚPIDA?

P- (manteniendo el tono bajo) esa tampoco ha vuelto, y al igual que Armando llamo avisando que no regresa hasta mañana, ese par deben de estar poniéndose al día con sus cuentas amorosas atrasadas Marce!

M- no lo dudo, deben estar revolcándose como un par de cerdos! Pero no lo voy a permitir!

P- que vas a hacer Marce?

M- ya mismo me voy para el apartamento de Armando, esa zorra no me lo volverá a quitar!

Y sin esperar respuesta de Patricia, Marcela colgó el teléfono, tomó su cartera y salió de su oficina.

En otro lado de la ciudad, Armando y Betty caminaban tranquilamente por un bonito parque, tenía juegos para niños, muchos árboles y bancas para poder sentarse. Ellos eligieron una que estaba debajo de un gran árbol, donde podían ver el área de juegos infantiles.
Ambos en silencio veían con ilusión a los niños jugar y correr, a las parejas caminar de la mano, y otras que caminaban tranquilamente empujando sus cochecitos de bebé y se imaginaban a ellos mismos, caminando con su bebé en el coche y más adelante jugando y corriendo con su hijo en el área de juegos. Ambos reían en silencio y Betty casi por instinto se llevó la mano a su vientre.
Armando la observo hacer ese gesto y en ese momento sintió su corazón derretirse.

A- (con un tono de voz muy dulce) siente algo Betty? Es que acaso el bebé se mueve?

B- (con tranquilidad y una dulce sonrisa) no doctor, no creo que aún se mueva, aún es muy pequeño porque piensa eso?

A- (sonriendo con ternura) como se llevó la mano hacia su pancita pensé que estaba sintiendo algo.

B- ah, (risa de Betty) no doctor, desde que supe que estaba embarazada cuando me siento intranquila o feliz como en este momento, llevo mi mano hasta aquí, que es donde creo que está mi... Nuestro bebé para sentirme mejor y en paz. El me da mucha tranquilidad y me gusta creer que me siente acariciarlo y que me escucha cuando le hablo.

A- (con el corazón derretido por la ternura) usted le habla Betty?

B- (tocando y mirando su vientre con amor) si doctor, lo hago a diario desde que supe que estaba aquí este pequeñito, me gusta pensar que me escucha y si es así, quiero que conozca perfectamente la voz de su mamá.

El fruto de nuestro amorWhere stories live. Discover now