Capítulo 27 "Tres hombres, una boda"

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Narra Abby.

Dios, estoy tan nerviosa.

Me voy a casar, en una iglesia, frente a Dios, con una persona gay. ¿Esto no me hace ir al infierno?

De que estoy hablando, no creo en la iglesia.

Mi hermana me visito por última vez, me dio un beso en la frente y me dejo sola tras las puertas de entrada.

Comencé a escuchar la música y unos ayudantes abrieron las puertas.

Avance por el pasillo largo de la iglesia, con un ramo de rosas blancas,  todos a mi alrededor se pusieron de pie para recibirme, sonreí, pensaba parecer la novia más feliz y convincente de toda la historia para Claudia, la mamá de Alan.

Cruce varias miradas con los invitados hasta que llegue a los ojos de Samuel.

Me rompía el corazón verlo.

Me dedicó una sonrisa tranquilizadora.

Corrí rápidamente la mirada, o rompería a llorar en medio de la iglesia.

Seguí hasta el altar donde me esperaba Alan, que parecía bastante relajado. Como si decirme la verdad le hubiera sacado un peso importante de encima.

Luego del comienzo de la misa, el sacerdote hizo la gran pregunta.

- Abby Romero, ¿aceptas como esposo a Alan Fernández?- Lo mire, sus ojos estaban llenos de lágrimas. No me imagino el dolor que debe estar pasando.

- Acepto.- Dije alto y claro.

- Muy bien si alguien se interpone en esta unión- aunque en realidad no tiene validez- Pensé- que hable ahora o calle para siempre.- termino la oración y esperamos unos segundos.

Nadie dijo nada. 

Sé que esta todo planeado y así debe ser, pero en el fondo me molesto que nadie se interpusiera, en especial Samuel.

El sacerdote nos declaró marido y mujer, nos dimos un corto beso, que claro no significo nada, luego vino la escribana y nos hizo firmar los papeles legales junto a Sofía, y Alex Strecci, ambos eran los padrinos de nuestra boda. Irónico.

Salimos juntos de la iglesia, de la mano. Claudia lloraba a cántaros. Y pensar que toda esta farsa era exclusiva para ella.

Todos felices nos tiraban arroz.

Nos dirigimos a una limosina negra al borde de la calle con un “recién casados” en la parte posterior del coche.

 Entramos y saludamos a  todos desde adentro.

- A mi déjame en  mi hotel. A la señorita, llévala hasta su casa. – Le indico al chofer que no pude verle la cara, solo asintió.

- Vuelvo a repetir Abby, te lo agradezco tanto, pero tanto, mi madre se comió el cuento entero.- Me abraso, no de esos abrazos que antes nos dábamos, ahora era un abrazo amigable, Alan era una buena persona. Solo quiere ser feliz. Como todos.

- Mi Abogado, ya está tramitando el divorcio, no te preocupes-

Llegamos al hotel de él, se despidió y bajo rápidamente.

Me recosté en asiento de la limosina, estaba mentalmente agotada. Cerré los ojos.  Demasiadas emociones para un solo día.

- Lo siento mucho… Por no haber llegado antes Abby…- Susurro el chofer, abrí los ojos rápidamente y lo mire.

- ¿Quién eres?- Hizo una maniobra con el coche y lo estaciono.

Se giró hacia mí.

- Rubius…- Dije sosteniendo el aire. Ambos bajamos del coche apresuradamente y nos abrasamos, dios no me había dado cuenta cuanto lo extrañaba, amaba sus abrazos.

No diré "Te Amo" (Samuel De Luque)Where stories live. Discover now