Capítulo 1: La Última Despedida

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Me estiré despacio en la cama, saboreando el olor de la brisa que llegaba del mar. Pasé mi mano por mi pelo y me giré para encontrarme con mi payaso favorito, abrazado a la almohada durmiendo.

Me levanté sin hacer ruido y me dirigí al balcón de la ventana observando el amanecer. El color del sol se fundía con el mar y el ruido de las olas rompían al llegar a la orilla. Respiré paz y tranquilidad, todo aquello me transmitía paz y felicidad.

Cerré los ojos disfrutando del momento, sentir el mar de alguna manera me recomponía.

De repente unos brazos me rodearon pegándome a él, puso su cabecita sobre mi cuello y comenzó a dejar pequeños besos sobre mi.

-He ido a abrazarte y no estabas.
-No quería despertarte.

Me giré para encontrarme con el niño de los ojitos café. Pasé mi mano por su pelo revuelto, estaba aún medio dormido y la marca de las sábanas se le notaban en su carita perfecta.

-Odio despertar y que no estés ahí, a mi lado.

Se puso a andar y yo a retroceder hasta que me pegó al balcón y me subió sentándome en él.
Comenzó a acariciar mi pierna hasta llegar a mi culo, me apretó hacia él con fuerza notando como su pene se ponía duro sobre mí.
Acaricié con mis manos su torso desnudo pasando por su tatuaje y sus abdominales.
Puso su mano sobre mi cuello haciendo que le mirase a los ojos café que estaban llenos de lujuria.

-Hoy eres mía ángel.

Me besó con fuerza, nuestras bocas jugaban mientras nuestros cuerpos pedían más.

Tiró de mi pelo hacia atrás y comenzó a besar mi cuello.

-No vamos a hacer lo que vamos a hacer en una terraza.

Aarón paró, me miró divertido y me dió un beso mordiéndome el labio.

-Es el único lugar que nos queda. ¿Tienes miedo?
-Para nada.

Se acercó a mi oído haciendo que la piel se me erizase y susurró en él.

-Pues disfruta ángel.

Me abrió las piernas y se agachó hasta mis muslos. Cerré los ojos disfrutando del momento mientras besaba mi piel hasta llegar a mi tanga. Me lo quitó y lo tiró hacia la habitación.
Acercó su lengua hacia mi coño y comenzó a lamerlo de arriba abajo, en círculos con movimientos lentos y rápidos, besando suavemente mis labios inferiores y pasando la lengua por mi clítoris. Arqueé mi espalda ante el placer que me producía sentirle en mi. Aarón y yo habíamos llegado a un punto en el que conocíamos demasiado bien nuestros cuerpos, nada de lo que habíamos hecho se asemejaba a lo que habíamos podido sentir en el pasado, éramos él y yo y el mundo nos daba igual.

Puse mi mano sobre mi boca para evitar chillar ante el placer que sentía pero Aarón se levantó y me la quitó.

-Ni se te ocurra, tú grita, que el mundo sepa que eres mía.

Volvió a bajar para acabar lo que había empezado, notaba como me encendía, pegué un grito y acabé corriéndome.

Subió a mis labios y me besó con fuerza y ganas, acariciaba su pelo cuando se agachó para quitarse los calzoncillos.

Sabía la parte que venía, quería que lo hiciese, necesitaba sentirle dentro de mi y apagar el fuego que había encendido.

Acarició mi coño con su pene haciéndome sufrir, le encantaba verme desesperada por tenerle y que le pidiese que me follase.

Yo me hacía la dura, no quería que fuera tan fácil pero el deseo me podía.
Aarón metió parte de su pene pero lo sacó rápido haciendo que me desesperase.

La Hija Del Caos: La Venganza A Los Dioses [Completa] Where stories live. Discover now