Todo queda en Familia

~Capítulo 2~

Le sonreí y puse mis manos en su nuca, nos íbamos acercando muy despacio para finalmente cumplir con lo que habíamos acordado. Los dos estábamos de acuerdo, aunque en realidad, tal vez era una gran excusa.

Cuando estábamos a tres centímetros de chocar nuestras bocas, golpearon la puerta de mi cuarto.

̶ Chicos, ¿están acá? –era Nico.

̶ Nico, ¿Qué pasó? –dije alejándome automáticamente de Peter.

̶ Nada, me dijeron que los vengan a buscar para comer el postre y para decirnos algo importante. –dijo entrando al cuarto.

̶ Vale pedir permiso para entrar eh –dijo Peter con cara de culo.

̶ ¿Qué hacían? –dijo muy tranquilo.

̶ Nada, acá boludeando en la PC. A mí se me cayó un arito y Peter me trataba de ayudar, pero bueno, como ya sabemos la capacidad cerebral de Peter no es más grande que la de un mosquito, así que obviamente no la encontramos, pero no importa, ya fue, después Ramona la encontrará seguro. –dije sin respirar poniendo la excusa más pelotuda de mi vida. Peter miraba para abajo para ocultar la risa.

̶ Ah ok, ¿vamos? –dijo Nico despreocupado.

̶ Vamos MUERO por saber que tan IMPORTANTE tienen que decirnos -dije sarcástica y mirándole la cara de desesperación a Peter. No entendía que le pasaba, o qué NOS pasaba.

Así que bajamos los tres y lo vimos a Agus comiendo helado, mamá sirviendo dos copas más pero con una cara de preocupación terrible, y Sergio, obviamente, ayudándola a servir.

̶ Bueno acá estamos... -dije sentándome en mi lugar.

̶ Buenísimo. Chicos tenemos que hablar con ustedes –dijo mi mamá mirándonos a todos.

̶ ¿De? -dijo Peter que seguía parado.

̶ De algo importante, pero mejor siéntense, terminemos de comer tranquilos –dijo Sergio mientras todos lo mirábamos expectantes.

̶ Dale viejo, sabemos que cuando empezás a calmarnos estas más, preocupado vos que nosotros ¿Qué pasa? –dijo Agus con poca paciencia.

̶ Eso es verdad, ¿Qué pasó? –dijo Nico sentado al lado mío.

̶ Bueno, pasa que Sergio y yo –comenzó a hablar mi mamá.

̶ ¿Se casan? –se adelantó Peter y pregunto. Yo casi me ahogo con el chocolate con almendras.

Entre mamá y Sergio se produjo una mirada profunda, pero al ratito, por suerte, comenzaron a reírse. Gracias a Dios.

̶ No chicos, por ahora no –aclaro Sergio aun tentado.

̶ Bueno entonces, ¿van a hablar o no? –dije harta.

̶ Hija tranquila –y me sonrió.

̶ Bueno pero me ponen nerviosa, ¿pueden hablar?

̶ Si estoy igual que Lali, me quiero ir a dormir además –Agus re despreocupado.

̶ Bueno entonces, ¿hablo yo? –le preguntó a mi mamá.

̶ Por favor –dijo mirándolo a Sergio.

̶ Bueno como ustedes ya saben, Gime y yo trabajamos juntos. –comenzó diciendo.