~Capítulo 3~

470 52 17
                                    

Me miró y le sonreí haciéndome la boluda hasta que bajó la mirada hacia el teclado y yo con ochenta ojos tratando de leer la conversación. Aunque él seguía muy entretenido escribiendo, con mi mayor cara de aburrimiento leía todo lo que escribía.

Era una chica, y me di cuenta, porque le mandaba "mi amor", "gordita". Y, no sé porque, pero tenía una sensación rara de querer saber quién era. ¿Peter tenía novia y yo no sabía?

Mientras leía muy tranquila, Peter miró dándose cuenta que estaba leyendo todo. Abrí los ojos y lo miré con mi mayor sonrisa.

̶ Disculpame, ¿te interesa lo que estoy hablando? –se acercó a mí con una mirada rara.

̶ Aii, pero por favor ¿Qué decís? –dije haciéndome la ofendida.

̶ Estás leyendo todo. –me miró obvio.

̶ Nada que ver.

̶ Ah, ¿no?

̶ No. –afirmé descaradamente.

̶ Entonces, ¿para qué te sentaste acá?

̶ Porque flaco, o sea, estás en mi computadora, en mi cuarto, me puedo poner donde yo quiera. –enumeré con los dedos y lo miré desafiante.

̶ Claro, y ahora como voy a vivir acá, también me corresponde ¿no?

̶ No flaco, vos te vas a traer tu pc, olvídate que vas a venir acá siempre.

̶ Claro. –miró otra vez el teclado para volver a escribir.

Moría de la bronca porque dejaba de hablarme a mí para escribir, hasta que veo un "gordita después seguimos hablando, un beso muy grande, te quiero mucho", y al leer esa frase no me contuve más.

̶ ¿Quién es? –le pregunté directamente.

̶ ¿Te interesa? –estaba gozando este momento.

̶ Aii, pero ¿Quién te crees, el centro del universo? –lo miré arrugando todos los músculos de mi cara.

̶ No, esa sos vos. –dijo haciéndose completamente el canchero.

̶ Enfermo. –le dije con odio.

̶ Yo también te quiero –dijo mientras se paraba, dándome la espalda- Ah, te aclaro algo... -me miró- era mi primita de Bariloche.

̶ Ah. –dije bastante cortada sintiéndome la más boluda del mundo.

Peter se tiró en mi cama y yo me senté en la pc, pero no había nadie interesante con quien hablar. Me di vuelta y lo vi a él muy enganchado con mi celular. Entré en crisis de vuelta, parece que estamos hechos para pelear las 24 hs. o, a él le encanta molestarme.

̶ Flaco ¿Qué haces?

̶ Nada, miró tus fotos –dijo muy tranquilo.

̶ Ah, ¿sí? ¿Y quién te dio permiso?

̶ Y, ahora que somos hermanastros podemos compartir cosas ¿no?

̶ Sí, pero cuando yo lo decida. No te presté mi celular nene.

̶ Igual re aburrido, tenés todas fotos tuyas. –dijo haciéndose el desinteresado.

̶ Ahhh, mira quien habla. –dije sin querer.

̶ ¿Me revistaste el celular? –abrió grande los ojos y yo no sabía dónde meterme.

Todo queda en FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora