~Capítulo 4~

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̶ Lali, ¿dónde estás gordita? Me tengo que ir amor... dale –entró mi mamá buscándome por algún rincón.

Salí de ese rincón y bajé las escaleras sabiendo que iban a estar todos en la puerta. Tomé aire y traté de fingir una sonrisa, cuando escucharon que estaba ahí, se dieron vuelta, hacía tres horas que no los veía y estábamos todos en la misma casa. Estaba Peter, quien me miró a los ojos de una manera tremenda, pero no hizo esa típica sonrisa de ganador que hacia siempre, me miró, solo eso. Yo bajé la mirada, avancé un par de metros y me abracé a Nico.

̶ Amor ¿dónde estabas? –me dijo mi mamá.

̶ En el Playroom. Me tiré un toque porque no me sentía bien, me quedé re dormida. –miré a todos, pero me detuve más en Peter, ya que levantó la mirada rápidamente.

̶ En serio, ¿te sentís mal? ¿querés que me quede? –dijo mi mamá preocupada.

̶ Mamá, es un simple dolor de cabeza, ahora me tomo algo y me voy a dormir. –dije con cara de cansada.

̶ Bueno. Aiii hija te voy a extrañar. –vino hacia a mí, y me dio un gran abrazo, ya salían para el aeropuerto.

̶ Yo también má, cuídate. –le di un beso y sonreí.

̶ Chau Lali, cuídame a estos mamertos. –dijo acercándose a mí.

̶ Por supuesto, quedate tranquilo. –sonreí con poca onda.

Así saludaron a uno por uno de los hijos, mamá me dejó un millón y medio de recomendaciones, cuidados y de más, hasta que por fin cruzaron esa puerta para ir hasta el aeropuerto.
Cuando la cerraron me pregunté cómo mierda sería mi vida a partir de ahora, no sé cómo, pero lo único que quería en ese momento es que me tragara la Tierra.

Me abracé a Nico para subir las escaleras, Agus subió a su cuarto, y Peter se sentó en el living para jugar a la Play. Llegué a mi cuarto, Nico me dejó para irse al suyo, y me quedé sola por fin. La casa estaba en completo silencio, lo que parecía que iba a ser una joda terminó siendo un velorio.

Entré a mi cuarto y no entendía muy bien porque, pero necesitaba llorar. No creo que sea por Peter, tal vez por mamá, a pesar de que cada día se hacía peor la convivencia con ella, es mi mamá; la voy a extrañar y necesitar.

Me senté en la computadora para poder hablar con Can o Euge, realmente necesitaba hablando con alguna, pero no estaban conectadas. Así que un tanto resignada puse un poco de música tranqui, capaz que un toque deprimente también, y me acosté a pensar; terminé las clases, estoy de vacaciones, después de las vacaciones a lo mejor cambia mi vida, ya que empezaría a trabajar, tal vez, todo esto sin mi mamá y con gente nueva en mi casa. Voy a vivir sin un mayor responsable y encima rodeada de pibes bastante inmaduros.
Era inevitable no pensar en ese momento en Peter, y todo lo raro que había sido el día de hoy. Quedé demasiado confundida.

Después de pensar horas y horas, ya era demasiado tarde, o muy temprano, y todavía no me había podido dormir. Me dio mucha sed como siempre entonces bajé a la cocina en busca un vaso de algo bebible.

Bajé con mi pijama y la mayor paja del mundo, cuando terminé de pisar el último escalón, veo una luz en toda la oscuridad del living y me fije con mucha cautela quien era, rezando que no fuera quien yo creía.

Peter seguía con la Play prendida pero en pausa, estaba mirando un punto fijo pensando. El problema es que para ir hasta la cocina yo tenía que pasar por ahí, así que después de mirarlo, suspiré y pasé por ahí como si nada. Entré a la cocina, fui corriendo hasta la heladera y agarré una botellita de agua.
Cuando cerré la puerta Peter estaba mirándome fijo. Me corrió una sensación extraña por el cuerpo, aunque me hice la indiferente. De repente, después de tomar un trago de agua de la botella, lo mire con bronca.

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