~Capítulo 5~

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̶ ¿Se te perdió algo? –le dije desde la cama.

̶ Deja de llorar NENITA –otra vez jodiéndome la vida.

̶ No me vengas a joder, Peter. –le dije desganada.

̶ Vos sola te jodes, no sé si me entendés.

̶ ¡Andate! –le revoleé un almohadón.

̶ ¿Querés el besito de las buenas noches? –dijo con un tono burlón.

̶ AN- DA- TE. –dije haciéndole fuck you.

̶ Ok, hasta mañana linda. –me tiró un beso y cerró la puerta.

Susurré desde de mi cama "chau". Aunque me haga la que no, me encanta ese jueguito que hace. Claramente vino porque sabía que yo estaba mal, tal vez esa era su forma, pero no me tengo que emocionar por estas cosas. Esto no puede ser y punto, aunque sienta esas ganas de besarlo cuando lo veo, cuando siento su perfume. Ganas de abrazarlo, de sentirme provocada y motivada por él. No sé cómo explicarlo, es algo indescriptible, pero imposible.

Me tranquilicé un poco después de que él me saludo, capaz que reemplazaba el saludo de las buenas noches de mi mamá. Abrí mi cama, apoyé mi cabeza en la almohada sin pensar más en nada, ya había pensado demasiado y cerré mis ojos pensando que mañana sería un nuevo día.

A la mañana siguiente, casi a las doce del mediodía, me despertó el ruido del celular. Era un mensaje de mamá para ver como estábamos. Le contesté, fui al baño y bajé.

Ramona había preparado el desayuno, cuando vi las tres tazas, además de la mía, apareció una gran sonrisa en mi cara; por fin no iba a desayunar sola como todos los días de mi vida. Recién me despertaba y realmente las cosas empezaban a cambiar.

Me senté en mi lugar y comencé a ver la revista que viene dentro del diario hasta que bajaron los chicos en pijama y todos despeinados. Al verlos así, otra vez esa sonrisa apareció en mi cara y miré para abajo para tratar de ocultar mi felicidad.

̶ Buen día amiguilla. –me abrazó Nico y yo le di un beso en el cachete.

̶ Buen día gordo ¿cómo dormiste? –le pregunté amablemente.

̶ Genial, igual estuve hablando por teléfono con Euge hasta tarde.

̶ Ahh. –dije pensando si habría escuchado de lo de anoche.

̶ Buen día La. –me dio un beso Agus.

̶ Buen día. –contesté mientras comía un pedazo de tostada.

Peter se acercaba a mí y mientras pensaba un montón de cosas, parpadeé, y ahí lo tenía otra vez, al abrir mis ojos sentí ese aroma de su perfume e hice una sonrisa. Cuando él me dio un beso en el cachete, yo giré mi cara rápido y también le dejé uno. Obviamente me fije que Nico ni Agus se den cuenta de eso.

Cuando terminamos nuestro "saludo de buen día", Peter me miró con una gran sonrisa y se fue a sentar. Yo me quede pensando callada, en todo, en lo de Peter, en lo de estos chicos, ya no desayunaba más sola, si no que desayunaba con estos tres muchachotes que son nada más y nada menos que mis hermanastros.

En la mesa no corría ni una mosca, estaban todos re dormidos, menos mi cabeza que no para de pensar en todo esto nuevo. Cada vez que levanto la vista, Peter me hace alguna seña obscena para que yo me riera. Y lo lograba claramente.

Me mira, me mira y me mira, en este momento me gustaría que Nico y Agus no existieran para ir a sentarme arriba de él y ayudarlo a comer esa tostada y sacarle la miguita que tiene en la boca.

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