8- SÉ FUERTE ZATANNA

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Silencio, no se oía nada más, oscuridad, solo podía ver eso, miedo, era lo único que la joven bruja podía sentir, ¿había muerto?, ella pensaba que sí, después de todo el templario le dijo que ese veneno la mataría en poco tiempo, y que el asesino llegó tarde. Sin embargo, un pitido empezó a escucharse a lo lejos, cada vez más fuerte, hasta que lo sintió cerca de ella, y la luz volvió a su vista, solo podía ver un techo blanco y unas paredes color cian y una estantería con varios libros, al sonido del pitido que se escuchaba, intentó mover la cabeza, pero no fue capaz, ahora mismo hacer cualquier movimiento era como levantar una pila de ladrillos, escuchó una puerta abrirse, y vio que era el asesino.
- Asesino: No trates de moverte por favor, todavía estás muy débil.
- Zee: ¿Dónde… - la bruja no acabó.
- Asesino: Y tampoco intentes hablar, he logrado extraer gran parte del veneno de tu cuerpo, pero aún las toxinas hacen un efecto atenuado, así que no podrás moverte bien en algunos días más – contestó revisando un ordenador.
- Zee: ¿Cuánto tiempo llevo dormida?
- Asesino: Cuatro días – contesó y Zee se preocupó – pero pensé que despertarías mucho más tarde, incluso llegué a pensar que no lo harías.
¿¡Cuatro días!?, Zee estaba muy preocupada, por una insensatez había estado a punto de morir y había desaparecido por cuatro días, ¿qué pensarían las chicas, la buscarían? ¿Y su padre?, a estas alturas ya habría llegado de su gira y estaría muy preocupado, ¿qué iba a hacer ahora?
- Asesino: Si te preocupan tus amigas no te preocupes – dijo imaginando los pensamientos de la bruja – cuando logré que estuvieras fuera de peligro les mandé un mensaje diciéndoles que estabas a salvo.

(Flashback)

El asesino recorría las calles en busca de las superhero girls, cuando las vio les arrojó una flecha que impactó contra una pared y quedó clavada.
- Supergirl: ¿Qué ha sido eso? – no vio ni tampoco oyó nada, luego se fijó en la flecha - ¿será del asesino?
- Green Lantern: Genial, primero Zatanna desaparece y ahora al asesino le da por dispararnos.
Wonder woman sacó la flecha y la revisó y se dio cuenta de que tenía un papel atado.
- Wonder Woman: Mirad hermanas la flecha contiene un mensaje.
- Supergirl: ¿Y qué esperas una invitación? ¡Léelo! – la amazona desenrolló el papel.
- Wonder Woman: “Estimadas heroínas, lamento informaros que vuestra amiga y compañera Zatanna ha sido gravemente herida en una batalla mientras me seguía” – las heroínas se preocuparon.
- Batgirl: ¡ZEE!
- Bumblebee: Oh no – dijo con las manos en la boca,
- Wonder Woman: “Pero no os preocupéis, he logrado poner a salvo su vida y esta no corre peligro ya” – las heroínas suspiraron aliviadas – “sin embargo, vuestra amiga se encuentra muy débil y tardará varios días en despertarse, os la devolveré cuando esté completamente recuperada, entre tanto os rogaría que hicierais lo posible por cubrirla hasta que vuelva”
Wonder Woman dejó de leer y las demás seguían impaciente.
- Batgirl: ¿Y?
- Wonder Woman: Eso es todo – les enseñó la carta y en ella no aparecía más que un extraño logo de una especie de A parecida a una cursiva.
- Green Lantern: ¿Y qué hacemos ahora Wonder Woman? – la amazona cerró los ojos y suspiró.
- Wonder Woman: Me temo que no nos queda más opción que confiar en el asesino y esperar que cumpla su palabra.
- Supergirl: ¿¡Qué, no vamos a buscarla!?
- Wonder Woman: Kara por si no te has dado cuenta, es con el asesino con quien tratamos, tratar de localizarle no servirá para nada como las veces anteriores, lo mejor que podemos hacer ahora es cubrir a Zee en su ausencia y esperar que regrese pronto.
- Bumblebee: Yo estoy de acuerdo con Wonder Woman, poco podemos hacer nosotras si no podemos localizarlos – dijo algo tímida.
Las chicas hablaron un poco más y luego se fueron del lugar, mientras el asesino estaba oculto en la zona.
- Asesino: Intentaré traérosla tan pronto como pueda – se marchó del lugar.

(Fin del Flashback)

- Asesino: Si me escucharon deberías estar encubierta – cuando acabó de hablar bajó un poco la cabeza – lo siento mucho Zatanna – dijo apesadumbrado.
- Zee: ¿Lo sientes?
- Asesino: Debería haberme dado cuenta que me estabas siguiendo – cerró su puño – si hubiera estado más atento no estarías así y nada de esto hubiera pasado – contestó enfadado consigo mismo.
La bruja estaba sorprendida, él se estaba echando la culpa de lo que la había pasado, creía que le soltaría un sermón sobre que no debería haberlo seguido incluso enfadado, nada más alejado de la realidad, el chico estaba molesto consigo mismo, creyendo que él había sido el responsable de su estado, en este punto Zee ya no sabía que pensar del encapuchado, en un principio pensó que era un loco obsesionado con la muerte, luego de sus encontronazos seguía pensando que era un loco, pero que no era tan diferente a ellas, y ahora no sabía cómo describirlo.
- Zee: ¿Es por eso que me has salvado? – preguntó con dificultad.
El asesino se tomó algo de tiempo para darle una respuesta.
- Asesino: No, te he salvado porque no podía dejar que una persona inocente muriera por mi culpa, el credo tiene tres preceptos – Zatanna le escuchó interesada – aleja tu hoja de la carne inocente, ocúltate a simple vista y no comprometas a la hermandad, y prácticamente un mes he incumplido las tres – miró a la bruja – al revelarme ante vosotras no me he ocultado, aunque indirectamente la carne inocente que eres tú ha sido herida y estoy comprometiendo a la hermandad al contarte todo esto para que entiendas mis razones – salió un momento de la habitación y volvió con un vaso de agua fría - tú y yo no somos tan distintos, tenemos métodos diferentes, pero queremos lo mismo, que la gente inocente sea libre y esté a salvo – le ofreció el agua y la chica la bebió.
- Zee: Gracias.
- Asesino: Debes descansar, cuanto más descanses tu cuerpo tardará menos en recuperarse, duerme un poco más.
El asesino dejó la habitación y cerró la puerta, Zee al no poder hacer nada más optó por hacerle caso y seguir durmiendo.
Durante los siguientes días, el encapuchado estuvo cuidándola y dándole medicación, y Zee empezó notar enormemente la mejoría, ya podía moverse y podía caminar mejor. Una tarde, la chica se encontraba leyendo un libro que le prestó el asesino cuando este entró de nuevo en la habitación.
- Asesino: Bueno, parece que ya estás recuperada del todo, te quitaré la vía y podrás marcharte – dijo.
- Zee: ¿En serio? – el asesino asintió - ¡Fantástico!
- Asesino: Me imagino que estarás deseando ver a tus amigas y continuar con tu trabajo de heroína.
Al oír la palabra heroína la sonrisa de Zatanna decayó.
- Zee: Sí, claro.
- Asesino: No te veo muy contenta – Zee bajó su rostro aún con su ceño fruncido.
- Zee: Es patético.
- Asesino: ¿El qué?
- Zee: Yo, todo lo que hago es patético.
- Asesino: ¿Y qué te hace pensar eso?
- Zee: Soy una heroína, tengo poderes mágicos derrotar a esos hombres no debería haber sido un problema, y el líder templario dijo que nos habían estudiado y dijo que era la más débil – apretó las sábanas de la cama.
- Asesino: Eso solo lo dijo para desmotivarte.
- Zee: ¡Pero es verdad! – gritó – soy una inútil – empezó a llorar – en las misiones soy la que menos aporta, nunca hago nada relevante, en las batallas soy la que más rápido es derrotada y para colmo todas las demás han presentado mejoría excepto yo – lloró con más - ¿cómo voy a llamarme heroína si no soy capaz de hacer nada?
En eso sintió unos fuertes brazos rodeándola y un intenso calor que la inundaba y más importante, reconfortaba, el asesino ahora estaba abrazando a la chica, la cual le correspondió y lloró con fuerza en su hombro, estuvieron así hasta que le chica se tranquilizó y el asesino se separó, la miró a los ojos, y Zatanna pudo distinguir un destello azul.
- Asesino: ¿Puedo ser Franco contigo?
- Zee: Adelante.
- Asesino: Yo también os observé y estudié antes de venir aquí, y he visto en ti un enorme punto débil.
- Zee: ¿Cuál es?
- Asesino: Tu ego – Zee miró para otro lado – cuando hay gente a tu alrededor estás más centrada en destacar y hacer hechizos muy llamativos y espectaculares a pesar de que eso no es lo idóneo en tu situación, y cuando no hay nadie viéndote, sobreestimas a tu rival y piensas que lo derrotarás fácilmente, y es por eso que te vencen tan fácil.
Agarró la barbilla de la chica y giró su cabeza hacia él haciendo que la chica le mirase a los ojos.
- Asesino: Pero no eres una inútil, te he dicho tu punto débil, de ti depende ahora aprender de tus errores y corregirlo o seguir como siempre y seguir considerándote una inútil.
- Zee: ¿Y cómo lo corrijo?
- Asesino: Esa es una pregunta a la que solo tú puedes hallar la respuesta – le quitó la vía – pero quizá pueda ayudarte.
- Zee: ¿Cómo? – preguntó extrañada.
- Asesino: En el almacén donde nos vimos por primera vez, dentro de dos días a las diez de la noche, ven sola.
- Zee: ¿Me estás ofreciendo entrenamiento?
- Asesino: Eres lista averígualo tú misma – apagó las máquinas – puedes marcharte cuando quieras, pero – le ofreció una venda – no puedo dejar que averigües donde vivo.
- Zee: ¿Esta es tu casa? – el asesino asintió – está bien – se puso la venda – me iré ya.
El asesino guio a la chica varios callejones más lejos, y la soltó.
- Asesino: Bien, aquí puedes quitarte la venda – la chica le obedeció – ahora me iré, recuerda, muelles en dos días diez de la noche.
- Zee: No faltaré – se iba a alejar, pero la voz del asesino la detuvo.
- Asesino: Y una última cosa Zee Zatara – la chica se congeló, acaba de caer en la cuenta de que eso hombre había descubierto su identidad por haberla cuidado todo ese tiempo – no te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo – sonrió bajo su capucha – hasta nuestro próximo encuentro – empezó a caminar y se perdió en la oscuridad.
La bruja paseaba por las calles asimilando todo lo ocurrido, por ahora no quería avisar a las chicas, solo quería pensar, pensar si había hecho bien en confiar en el encapuchado, si debía avisar a las demás, o si tratar de atraparle con la guardia baja, pero había algo que se lo impedía, una sensación de seguridad al estar cerca de él, una impresión de que no le haría nada malo. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte gritó que decía su nombre.

- Las chicas: ¡ZEE! – todas sus amigas incluida Carol, que estaba ya sin escayola, corrieron hacia ella en cuanto la vieron y se abalanzaron sobre ella en un gran abrazo.
- Zee: ¡Chicas me aplastáis! – todas se apartaron.
- Diana: ¿Te encuentras bien Zee?
- Zee: Sí, yo…
- Jessica: ¿él asesino te ha hecho algo?
- Zee: Pues…
- Karen: ¿Te asustó?
- Babs: ¿Te atacó?
- Zee: ¿qué?, no…
- Kara: Te hizo, ya sabes – hizo algunos gestos que, debido al contexto, asustó a las chicas.
- Zee: ¡BASTA! – todas se callaron – estoy bien, no he sufrido, y lo único que ha hecho ha sido salvarme la vida – dijo – así que no quiero oír nada acerca de que él ha podido hacerme algo ¿bien?
Las chicas se callaron un momento, hasta que Carol habló.
- Carol: ¿Y el asesino descubrió tu identidad?
La peliamatista se heló cuando la azabache hizo esa pregunta.
- Zee: ¿Qué dices?
- Carol: Que si el asesino descubrió que tú eres Zatanna.
- Zee: ¿¡Y tú cómo sabes eso!?
- Diana: Se lo dijimos nosotras Zee – intervino la amazona.
- Zee: ¿Por qué?
- Jessica: Mientras tú no estabas Star Sapphire empezó a acercarse a nosotras, nos mostró que era Carol “Aunque ya lo sabía” y dijo que quería unirse a nosotras y aceptamos, íbamos a contártelo cuando volvieras.
- Carol: Os dije que quería cambiar, y este es otro paso adelante – le extendió la mano - ¿Tú me aceptas?
La bruja sonrió y le estrechó la mano.
- Zee: Por supuesto, bienvenida al equipo Carol.
- Carol: Gracias Zee.
A lo lejos se escucharon más gritos, estos eran de un tono más grave que el de las chicas, y cruzando la esquina apareció el joven español a toda velocidad.
- Borja: ¡ZEE!
La chica le miró sonriente.
- Zee: Hola Borj ¡UY! – antes de darse cuenta estaba siendo levantada por los fuertes brazos del chico y la atrajo en un fuerte abrazo, ganándose un profundo sonrojo de la bruja, pero no se dio cuenta.
- Karen: Pues sí que ha llegado rápido – las demás la miraron – le envié un mensaje diciendo que Zee estaba bien y nuestra ubicación, pero no me esperaba esta reacción.
Mientras Karen explicaba las cosas a las chicas, el asesino y la bruja seguían abrazados.
- Borja: Me tenías muy preocupado.
- Zee: ¿Ah sí? – el español asintió.
- Borja: Cuando las chicas me dijeron que estabas enferma decidí no darle vueltas y esperar a que volvieras, pero pasaban los días y no dabas señales de volver a aparecer, pensé que te había pasado algo grave Zee.
- Zee: Tranquilo, estoy aquí.
Se separaron y se miraron a los ojos, los de Borja desprendieron un ligero destello azul a causa de la luz de las farolas, Zee creyó reconocer ese destello, pero no quería pensar eso, era imposible.
- Borja: ¿Necesitas algo, estás bien?
- Zee: No, estoy algo cansada, creo que iré a casa, ¿querrías acompañarme Borja?
- Borja: Será un verdadero placer – miró a las féminas - ¿os parece bien chicas?
- Diana: Bien, nos veremos mañana en clase Zee.
La pareja se marchó, durante el camino no hubo palabras, solo el silencio, pero este era un silencio cómodo, ninguno necesitaba hablar solo la presencia del otro. En un momento la bruja sintió el impulso de tomarle la mano, los siguió y la agarró, cuando lo hizo, notó un calor en su interior que la hizo sentirse cálida y protegida, no miró al chico, el cual miró hacia otro lado agarrando con algo más de fuerza su mano. Así estuvieron hasta que llegaron a la casa de la chica, subieron en el ascensor, y llegaron al recibidor, donde había un hombre sentido en sillón viendo a los jóvenes.
- Giovanni: Zee
- Zee: Papá – los ojos de Zee se mojaron un poco y fue corriendo a abrazar a su padre con fuerza.
- Giovanni: Oh sí hija mía, estaba muy asustado, tus amigas me dijeron que habías cogido una enfermedad muy contagiosa y por eso no podía verte, ¿estás bien?
- Zee: Tranquilo papá, ya estoy bien, estoy aquí, estoy a tu lado.
Los Zatara siguieron abrazados observados por Borja, este dio un suspiro triste recordando ciertos acontecimientos y a cierta persona que hacía mucho que no veía, entonces la mirada del gran mago se posó sobre él.
- Giovanni: ¿Y tú quién eres joven?
- Borja: Pues yo… - iba a presentarse, pero Zee se le adelantó.
- Zee: Papi, este es mi amigo, Borja de La Vega, es de España.
- Giovanni: Ah eres ese chico del que Zee me ha hablado tanto – el comentario hizo sonrojar a la bruja.
- Zee: ¡Papá!
- Borja: Si Zee ha sido la que le ha hablado de mí me lo tomaré un halago – extendió su mano – encantado de conocerle señor Zatara.
- Giovanni: Lo mismo digo chico.
Los hombres se dieron la mano, pero en ese momento el hechicero hizo un hechizo para ver los pensamientos y recuerdos del chico, Zee era lo más importante para ella en este mundo, no quería que anduviera con un chico que no la valorara lo suficiente, pero nunca se esperó ver lo que vio a través de los recuerdos del chico, un viejo fantasma volvió del pasado para atormentarle una vez más.

UN ASESINO ENTRE HEROÍNASWhere stories live. Discover now