ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇᴄᴇ

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Empujé el pan dentro del horno, listo para comenzar a hornear antes de revolver la ensalada. Había planeado ordenar comida, pero alguien dijo que deberíamos cenar ligero, ya que teníamos que despertar temprano (desprecio la palabra "temprano.") Sam se sentó en mis pies y me miró mientras yo sostenía una rodaja de jitomate.. Fruncí el ceño y puse mi mano libre en mi cadera.

—¿Qué? ¿Tu amante está tomando una ducha? —le interrogué. Ladró en respuesta. Suspiré y sacudí la cabeza. En secreto, creo que Sam es un humano atrapado en la forma de un perro. Haciendo caso omiso de sus gemidos para que le diera comida, puse la ensalada y el pan sobre la mesa. Al lado del plato de Jeon puse una botella de desinfectante para manos (que ahora estaba siempre en la cocina) y me senté para empezar primero. Él vino un momento más tarde, con el cabello mojado. Está mojando mi piso. No dije nada y seguí comiendo mientras se sentaba.

—¿Es esta la cena? —preguntó extrañado. ¿Acaso no está en la mesa?

—Sí. Dijiste que hiciera algo ligero, y es por eso que hice ensalada y pan.

—Dije ligero, esto apenas existe. —soltó. Dejé de comer y casi doblo el tenedor de metal a la mitad.

—Entonces, ¿debo hacerte algo más? —pregunté a regañadientes. Él negó y comenzó a comer.

—Esto está bien. Voy a tomar un desayuno rápido en la mañana. —bien por ti. Disfrute sólo unos segundos de mi ensalada.

Cuando estaba lleno de pan y ensalada, tomé mis platos y fui a la sala de estar. Me tendí en el sofá con mi portátil, apenas prestando atención a Jeon cuando llegó y se instaló en la silla junto al sofá. Lo miré mientras él cruzaba una pierna sobre la otra y empezaba a cambiar los canales de la TV. Por supuesto, se detuvo cuando llegó al canal de noticias. Suspiré, de repente lamentaba no tener un televisor en mi habitación.

—¿Ya empacaste? —preguntó. No, estaba demasiado ocupado haciendo tu cena ligera de la cual te quejaste.

—No, todavía no. ¿Cuánto tiempo nos quedaremos?

—Dos días y tres noches. —espetó neutral.

De mala gana, dejé mi portátil. Entré a mi habitación y saqué uno de mis bolsos de lona más grandes y lo llené de un montón de camisas para el trabajo, seguido de pantalones de vestir, jeans y dos pares de pantalones cortos. Fruncí el ceño, sin saber cuánta ropa interior necesitaba. Personalmente, respeto la idea de ir de comando para cada ocasión.

Bueno, no puedo hacer eso. Quiero decir, ¿y si escanean mi bolso en el aeropuerto y todo el mundo ve que no llevo nada de ropa interior? Maldigo en silencio y mi yo interior tiró un puñado de boxers y calzoncillos. Al terminar, cierro la cremallera del bolso. Puse mis zapatos en otra bolsa y objetos personales antes de dejarlos en la sala de estar y ponerlos al lado de la puerta.

—Listo, todo empacado. ¿No vas a empacar tú? —le pregunté. No me importaba saber, sólo quería saber si él ya estaba listo ya que me estaba dando órdenes.

—Lo hice ayer por la noche, ya que sabía sobre el viaje antes que nadie. —vaya, gracias por avisarle a tu secretario personal.

Me dejé caer sobre el sofá y cerré los ojos. Al menos voy a tener un poco de tiempo sin él estando tan cerca. Puede que sea para mejor.

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—Sam, ¡para! —exclamé. Apreté mi manta a mi alrededor y por arte de magia, se detuvo.

—Este viaje no es opcional, YoonGi. Levántate. —una voz se hizo escuchar. De acuerdo así que, quién me molestaba sonaba como un hombre y sabía mi nombre. Quemándome los sesos pensando quién podría ser, mi mente me trajo de vuelta a los dos últimos días haciéndome querer gritar.

Dᴇᴠɪʟ Bᴏss ; 국기 [KookGi] ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴWhere stories live. Discover now