ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴄᴀᴛᴏʀᴄᴇ

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Estoy completamente convencido de que estoy en una pesadilla recurrente que sólo terminará con mi muerte o mi miseria eterna.

Resoplé y me crucé de brazos, completamente molesto mientras nos dirigimos a nuestra habitación en el ascensor. Por supuesto que él estaba tranquilo, como de costumbre, pero se veía casi tan molesto como yo. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, fui el primero en salir. Abrí la puerta con la tarjeta y entramos.

—Whoah... —balbuceé. ¡Esta habitación es increíble! Dejé mis maletas en la entrada de la puerta y me acerqué a las grandes ventanas. La vista era impresionante. Estaba tan perdido en lo que apenas noté el sonido de un golpe y algunos murmullos.

—¿Eres tan cabeza hueca que ni siquiera puedes mover tus maletas? —y era Jeon. Rodé los ojos, la magia de la vista se evaporó inmediatamente. Dándome la vuelta, lo vi posicionarse en frente de mí con el ceño fruncido.

—Lo siento, señor. ¿Está herido? —dije con la finalidad de reírme. Él resopló y sacudió la parte delantera de sus pantalones.

—No, estoy bien. —¡oh, qué maravilloso!

Volví a apreciar la vista, empezando por el agua azul. De pronto se me ocurrió una idea maravillosa. Si pudiera conseguir que Jeon se acercara al agua, podría "accidentalmente" empujarlo. Mi interior soltó una risa.

Probablemente pueda nadar, idiota. Sal de tu burbuja, ¿quieres? Suspiré con pesadez y sacudí la cabeza. Voy a tener que ver a Hoseok para una evaluación mental.

—No puedes estar ahí y mirar todo el día. Tengo que asistir a una reunión y te necesito allí. —la voz de Jeon me molesta. Pasó por al lado mío y caminó al cuarto de baño.

—Sí, señor. —debería haber sabido que no iba a poder disfrutar de esto.

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Ajusté mi corbata, que no se sentía cómoda con el calor, después seguí a Jeon adentro. Una fila de personas lo estaba esperando, quienes asumí que eran los nuevos trabajadores. Todos se inclinaron en un total de noventa grados hacia él. Uno de los hombres salió de la multitud sonriendo:

—Bienvenido, joven Jeon. —éste saludó. A pesar de que estaba hablando con él, sus ojos estaban clavados en mí. Aparté la mirada y cambié mi peso de un pie a otro.

El "joven Jeon" mantuvo sus manos en el bolsillo y se inclinó un poco haciendo caso omiso al apretón de manos que ofreció el hombre. Hum, el loco de los gérmenes. A él no le pareció importar y luego giró hacia mía para tenderme su mano.

—¿Y usted quién es? —me preguntó, sonriendo cordialmente a la hora de estrechar nuestras manos.

—Min YoonGi, secretario del señor Jeon. Gracias por darnos la bienvenida. —dije. Al menos uno de nosotros debe ser educado. Él sonrió y me tomó la mano un poco más fuerte de lo necesario. Jungkook se aclaró la garganta y dio un paso hacia adelante.

—Al finalizar con la presentación, me gustaría un recorrido por el edificio. —habló Jeon indiferentemente. El hombre se echó a reír y, finalmente, soltó mi mano. Suspiré con alivió. Tenía una mano de hierro.

—Ah, casi me olvidaba que es un joven de negocios muy serio. Vamos entonces. YoonGi-ssi, asegúrese de estar cerca. —¿acaso me hablaba a mí? Levanté las cejas sorprendido, ¿qué demonios? ¿Acaso parezco un niño de cinco años? Me quedé en silencio, ya que era mejor para mí y mi trabajo, los seguí a ambos mientras el hombre nos daba un recorrido por el edificio. Era impresionantemente enorme y mucho más extravagante que la sucursal en Seúl. Varias veces Jungkook me pedía que tomara nota, era quisquilloso hasta con las cosas más pequeñas.

Dᴇᴠɪʟ Bᴏss ; 국기 [KookGi] ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴWhere stories live. Discover now