07

2.7K 299 146
                                    


- ¡Y el hermano avión me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos en la piscina! Pero me mintió... - Bufó Shen Yuan, cruzándose de brazos y Luo Binghe río.

- Seguro el tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a crecer si se arrojaban a la piscina. - Articuló el pelinegro, con la vista fija en la carretera.

- El siempre me miente... pero lo amo... es mi mejor amigo. - Empezó a balbucear el mayor, soltando pequeñas risas. - Pero A-luo... no te pongas celoso. Yo también te amo a tí. -

Luo Binghe no decía nada, su vergüenza no lo dejaba.

- Es ahora cuándo dices que tú también me amas, A-luo. - Le recordó Shen Yuan, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante aquella mirada de cachorro, Luo Binghe simplemente no pudo negarse.

- También te amo, A-yuan. - Murmuró sonriendo y ruborizado.

Shen Yuan se calló en ese momento y los que siguieron después, Luo Binghe lo agradecía, no quería tener que morir de la vergüenza por otras cosas que le pudiesen salir a Shen Yuan en ese estado de ebriedad, dónde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.

Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de Luo Binghe, quien hace tan solo un par de meses vivía solo con su hermano mayor, quien le había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del intercambio estudiantil en Japón. Sus padres le habían pedido que volviese con ellos a su ciudad natal, pero Luo Binghe prefirió vivir con su hermano en Hong Kong, después de conocer a las personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos amigos, no sé arrepentía de su decisión.

Salió del auto pensando en que tendría que abrirle la puerta a Shen Yuan y llevarlo el mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuánto el mayor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones hasta la entrada.

Luo Binghe le siguió rápido, posicionándose a su lado.

- ¡Sha Hualing! - Gritó Shen Yuan, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.

- A-yuan, ella no se encuentra aquí. Esta es mí casa. - Le hizo saber Luo Binghe, parándose frente a su mayor, quien lo miró con el ceño fruncido.

- ¿Por qué me trajiste a su casa, A-luo? - Preguntó el pelinegro enarcando una ceja.

- No tenías dónde dormir. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque se que mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestara. - Le explicó, esperando que Shen Yuan entendiese. Éste sonrió.

- Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa... - Shen hipo. - Yo hubiese venido si era contigo... sin importar nada... -

Luo Binghe sintió sus orejas comenzar a tornarse rojas.

- No, A-yuan... yo... y-yo... -

Shen Yuan abrazó a Luo Binghe, acercando demasiado su rostro al del menor.

- Silencio, A-luo. Despertarás a Sha... - Susurró, mirando fijamente a los la los labios del menor, quién empezó a entrar en pánico de inmediato. ¿Y si Shen Yuan lo besaba? ¿Que se suponía que debía hacer su Shen Yuan lo besaba? ¿Apartarlo? ¿Y si se sentía rechazado?

Pero no tuvo tiempo de pensar en más, porque Shen Yuan le besó en la nariz y se apartó, tambaleándose hasta la puerta, donde empezó a golpear aparatosamente. Luo Binghe tuvo que respirar más de tres veces, contando hasta diez.

Luo Binghe caminó hasta el pelinegro y lo apartó levemente de la puerta, dándole tiempo para mirarlo con una sonrisa boba y abrazarlo por la espalda, trepandose a su cuerpo como un pequeño koala.

•Falofilia• LuoshenWhere stories live. Discover now