-EDITADO- 4. I hope tomorrow you find better things.

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GERARD POV.

-¿Interesante?- Le pregunté con una risita tenue que se asomo por mi boca. Yo era probablemente la persona más anodina que pudieses conocer, siendo honesto.


-Siempre te sientas solo, dibujas, escuchas atentamente las clases. Eres de esa clase de personas misteriosas que todos se preguntan "¿Qué diablos pasa por su cabeza?", tu sabes- me contesto sonriendo, chocando levemente su rodilla con la mía.


Seguía sin entender del todo lo que quería decirme y esta situación me ponía algo incomodo ¿Acaso hablar con personas siempre era así?


-No te comprendo Pricolo ¿En serio causo esa impresión? Es decir, sé que no hablo con nadie y eso me vuelve un tanto raro, pero hay otros chicos solos en la clase y al menos a mi no me resultan para nada interesantes.


-Pero no es lo mismo- rio. -Tu dibujas y siempre tienes esa mirada pensativa que al menos a mí, me hace querer saber lo que te sucede, pareces algo triste a veces- agacho su cabeza- No me tomes en serio, suelo decir cosas estúpidas- y volvió a reír, pero esta vez sonó un tanto forzada.


Toda mi vida viví creyendo ser invisible en mi burbuja donde nadie entraba y estorbaba. Nunca se me hubiese pasado por la cabeza que alguien estuviese pensando en mí, o viéndome hacer cualquier cosa. Esta situación estaba cada vez más extraña, al menos para mí.


-No estoy triste, que no hable con personas no quiere decir que este deprimido o algo, solo, no lo necesito- le mentí entrecortando mis palabras. Estaba a la defensiva.


-Eres humano Gerard, somos humanos, necesitamos sentir el contacto de otras personas, compartir experiencias y aprender de ellas, desahogar nuestros problemas, sentirnos queridos y aceptados en un grupo social. Quien diga lo contrario miente, necesitamos a otras personas para vivir, ya sea una pareja, familia y sobre todo amigos. Es algo vital, y no es algo que podamos decir hacer o no.- Termino su explicación mirando hacia un lado y alzando sus hombros ante mi mirada extraña. -Mi mama es psicóloga- admitió y soltó una pequeña carcajada.


Yo también lo hice, aunque no coincidía en su opinión, o la opinión de su madre. Reír con Frank era... agradable.

Nos quedamos en silencio por unos cuantos minutos a partir de ese momento. La situación ya no era molesta, más bien tranquila. Alcance a finalizar mi dibujo y el chico a mi lado solo se limito a sonreír cada segundo, sin dejar de alternar su mirada entre el papel y mi rostro.

Aproveche el momento de tenerlo tan cerca para detallar cada milímetro de él.

Frank no era un tipo feo, de hecho, era bastante atractivo. Esta mañana en particular, vestía unos jeans claros y desgastados con un suéter negro con delgadas líneas rojas.

Me concentre en su cara. Era particularmente bella. Tenía unas facciones muy delicadas que hacían juego con su recta nariz. Sus orbes eran de un color extraño, al centro tenia de un color miel y el resto de un marrón verdoso que hacia contraste con su pálida tez. Llevaba un peinado un tanto rebelde y desinteresado, que solía lucir a diario. Me gustaba su aspecto.


-¿Vienes?- me pregunto levantándose y sacándome del trance en el que estaba. Al parecer la campana había sonado y él solo esperaba que imitara su gesto así podríamos caminar hasta el salón de clases.

The Messenger | FrerardWhere stories live. Discover now