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A un beso le siguió otro y otro y luego otro más, y es que el anhelo de besarse había crecido tanto con el tiempo que era ahora una fuente interminable. La distancia se había robado cientos de besos que ambos quisieron compartir en el pasado, pero nunca pudieron hacerlo. Esta era su oportunidad de recuperar los besos que les pertenecían.

Se detuvieron después de que el nivel de frenesí en sangre se había estabilizado. Era claro que podían seguir besándose toda la vida, pero ambos quería volver a fundir sus ojos con los del contrario en ese baile místico de miradas y sonrisas.

Sin decir nada simplemente se dedicaron a verse, que de por sí era casi irreal.

Sus pensamientos eran tan claros que casi podían palparse en el aire. Ambos tenían la misma pregunta en sus cabezas: "¿Es esto un sueño?". Pero al mirarse frente a frente se respondían ellos mismos: "No, esta fantasía es cierta".

Ni dos años muy pronto, ni dos años muy tarde. Jisung y Minho finalmente eran un par de nobles compartiendo el mismo instante.

—Minho hyung... Gracias por esperar dos años más —dijo Han sin borrar su sonrisa temblorosa.

—Te dije que por ti esperaría todo el tiempo que fuera necesario —respondió Minho con un espejo de la misma sonrisa—. Más bien gracias a ti, Hannie. Tu carta literalmente me salvó la vida.

—Agt, eres en idiota. Idiota, idiota, idiota —dijo golpeando a Minho en un brazo y dejando de sonreír—. No puedo creer que en verdad te hayas suicidado por mí en la línea de tiempo inicial.

—La verdad lo volvería a hacer si estuviera en esa situación —explicó encogiéndose de hombros—, pero gracias a tu carta no fue necesario.

—Me alegra que mi plan extraño funcionara... —Jisung tomó una mano de Minho y la apretó en varios lugares, intentando descifrar si era una persona real—. En serio estás aquí, conmigo, al mismo tiempo.

—La verdad tenía mucho miedo de que no funcionara... Temía acercarme a ti hoy y que dijeras "¿Quién eres?".

—Eres el amor de mi vida, eso está claro —respondió Han volviendo a sonreír.

—Te amo —dijo Minho entrelazando sus dedos con la mano de Jisung que sostenía a suya—. Perdón por decirlo de repente... Es que he esperado muchos años por poder decirte esto en persona... Yo... te amo, Hannie. En serio te amo.

—Yo te amo a ti, hyung —Jisung entrelazó su otra mano con la mano libre de Minho—. No te imaginas cuánto.

—Más que los mismísimos árboles. Tú mismo lo dijiste —respondió riendo levemente.

—Oh, es cierto —rio un poco también—. Ahora que lo pienso yo escribí esa carta hace una media hora... pero tú la recibiste hace dos años, ¿no es así?

—Así es —Minho asintió con la cabeza—. Lo que me recuerda que también he guardado algo para ti por dos años —soltó el agarre de sus manos, buscó algo entre su bolsillo y se lo entregó a Hannie.

—Gracias —respondió Jisung sonriendo al recibir las llaves de su apartamento—. Ahora todo está solucionado —sonrió un poco más—. Todos nuestros años de espera y sufrimiento por fin valieron la pena.

—Aún no puedo creer que te alejaras de mí solo para intentar salvar mi vida.

—Lo sé, fue una estupidez. Ahora entiendo mi error —Han bajó la mirada.

—No me estoy quejando... Me refiero a que fue adorable —Minho sonrió—. Dejar ir al amor de tu vida por intentar salvar su vida... En serio eres la persona más fuerte que conozco, Han Jisung.

—¿Yo? Yo no tengo nada de mérito en esta historia. Tú eres el que esperó dos años extra por estar aquí hoy —sonrió de vuelta—. Esperar casi cuatro años para poder estar conmigo... En serio eres la persona más paciente que conozco, Lee Minho.

—Ya sabes, los caballeros haríamos lo que fuera por nuestro príncipe —dijo haciendo una reverencia elegante.

—Bienvenido al presente, caballero del pasado —respondió Jisung siguiendo el juego—. Es un honor al fin compartir el mismo presente juntos.

—El honor es todo mío, mi príncipe del presente —tomó una mano de Han y besó su dorso suavemente—. Espero que disfrute su estadía en nuestro nuevo castillo.

—¿Nuevo castillo? —preguntó saliéndose del papel.

—¿Ya viste la nueva casa del lago? —Minho señaló con manos de jazz hacia el lago al lado de ellos. Hannie había estado tan ocupado llorando frente al buzón que no se había fijado en la casa del lago al llegar.

—Es... Es bellísima —respondió fascinado. La nueva casa del lago era una reproducción perfecta de la pintura en acuarelas de Minho. Tenía unas escaleras que rodeaban la casa hasta llegar a la terraza nueva y en vez del verde opaco de antes ahora la casa estaba pintada en tonos de amarillo, tal como todos los regalos que solían entregarse.

—Me alegra que te guste. La diseñé para ti, Hannie.

—Tus regalos son lo más adorable del mundo. Cada vez te superas —dijo sonriéndole a su arquitecto favorito.

Al día siguiente Jisung trajo a la casa del lago sus pertenencias y su perrito. Coco estaba más alegre que nunca, se la pasaba bailando y ladrando con alegría y moviendo la colita más que de costumbre.

La solitaria casa del lago con aires melancólicos se había convertido de repente en un cálido hogar amarillo atiborrado de canciones, comida deliciosa y cientos de besos.


© byeoltuli | ⏱️

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❝ sobrevivir al tiempo › minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora