Lecciones.

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Kakashi.

El fantasma había desaparecido y lo único real es que tenía a Okami a mi merced, estremeciendose con cada roce de mis labios en su piel, esta vez estaba totalmente entregada a su deseo por mí, y no iba a fallarle.
Estaba ardiendo, y duro como una piedra, no podía esperar más, y ella tampoco, sus manos temblaban sutilmente mientras bajaba el cierre del pantalón, sus dedos rozaron a todo lo largo de mi "amiguito", esto hizo que saltara de gusto. Nos besamos como si trataramos de comernos el uno al otro, yo a cada oportunidad saboreaba la piel de su cuello, hombros y pecho.
Con urgencia la despojé de su blusa y bra, la agilidad con la que quité la última prenda pareció alarmarla un poco pero no tenía que fijarse en eso, no dejé que eso la distrajera.
Y con suavidad me deleité en el pecho de mi mujer, absorbiendo y grabando en mi memoria cada detalle, la suavidad de su piel, la forma en que se erizaba, el sabor, la forma y el color, su aroma...
Bajé las manos por su vientre y bajé de golpe sus pantalones de lycra, con todo y ropa interior, ya habrá tiempo para admirarla adornada, ahora solo quería degustarla. Sus fuertes piernas cooperaban conmigo y ayudaron a desaparecer todo vestigio de tela de su cuerpo, ya está, toda desnuda frente a mí, mi amor por fin sería mía. Por Dios, es hermosa, empecé lento, besando por debajo de su ombligo, igualmente grabando cada detalle, bajé besando por el interior de su muslo hasta la cicatriz de su rodilla, seguí besando hasta su tobillo, pasé su pie hacia mi hombro, abriendo paso directo hacia aquello en lo que me quería perder.
Fui derecho y sin pensar a hundirme en sus profundidades cuando dio un brinco y preguntó
-¿q-que haces?-
-Se llama sexo oral, podría darte una extensa clase teórica sobre el tema pero a mi me fascina la práctica- y arremetí.
Un gemido exquisito flotó por la habitación iluminandola.
Mi lengua se abrió paso por sus labios hasta que se encontró con ese botón delicioso, suavemente jugué con él hasta que se asomó tímidamente, lo besé con gentileza y bajé hasta su entrada, lamí arriba abajo presionando y succionando, Okami cada vez respiraba más intensamente, con las manos agarraba fuerte las sábanas.
Así estuve un rato, cuando la piel en sus piernas se estremeció subí y me enfoqué en el clitoris, lo lamí, besé y succioné al ritmo que ella reaccionaba, gimiendo y retorciéndose cada vez que yo la tocaba, al fin de otro rato más se tornó rojo y de ella salió el más delicioso sonido, se estremeció toda y arqueo su espalda, me alcé para deleitarme con esa imagen, totalmente entregada al orgasmo, cuando al fin se relajó lentamente, jadeando, abrió los ojos, volviendo a la tierra desde las estrellas.

Okami.

Había ido al extremo más lejano del universo y regresado en un instante que me pareció eterno, esa electrizante sensación era la más intensa y magnífica que había sentido en mi vida, físicamente.

Cuando volví, Kakashi me miraba satisfecho con su trabajo, me dejé caer en la almohada, relajandome completamente, me sentía como una gelatina flotando en una nube, era... increíble.

Mi novio se acercó a mí, besándome la cara tiernamente, después subió de tono, obviamente él quería su parte también, y no iba a fallarle.

Me levanté mientras lo besaba y empujándolo suavemente me coloqué encima de él, traté de copiar lo que el había hecho conmigo, besando y mordisqueando la piel de su cuello y pecho, estaba lleno de cicatrices, parecidas a las mías, besé cada una de ellas.
Le quité la ropa, lo tenía al fin, totalmente desnudo frente a mí.
Wow... es... ¿todos son así de... grandes?, la teoría explica que todos son diferentes en tamaño, color y grosor, también decía que no había uno que fuera totalmente recto y que la curva podía ir en casi cualquier dirección, incluso menciona que el tamaño del glande también varia bastante, el promedio es de 13 a 15 cm de largo, pero, no había forma de medir el que tenía frente a mis ojos, definitivamente estaba por encima de ese promedio dictado en los libros. En los libros no hablaba de que se movía solo, y que parecía ponerse más tenso con cada movimiento.
Kakashi me miraba desde la almohada con expresión divertida.
-Te gusta lo que ves- no era una pregunta.
-Pareces orgulloso de lo que tienes-
-No me quejo-
-Creo que tendré a aprender a vivir con ello-
El se rió de mí y se mordió el labio mirándose el miembro y después lentamente subió la mirada y la fijó en mis labios.
-A ver, enséñame lo que aprendiste, mi amor-

¿Cómo es la vida sexual de un Shinobi?Where stories live. Discover now