Casi.

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Narra Kakashi.

Bueno, eso nunca lo esperé, casi nadie a nuestros 21 años es virgen, por lo menos una vez hemos tenido relaciones sexuales con alguien, yo, casi siempre que quiero lo hago, antes de regresar de una misión donde poco importa el tiempo, paso a estos lugares donde hay mujeres que se dedican a esto, a una buena compañía nunca se le hace mala cara, las mujeres son distintas, ellas esperan a que llegue alguien adecuado, es especial, sin embargo, al ser tan hermosa nunca creí que Okami fuera virgen, eso me desanimó, quiere decir que "se está guardando" para alguien.

Disimulé mi congoja y me quedé callado, tratando de no ser descortés, esperé a que ella hablara.

-Que, ¿No dices nada?-
-Es... Bueno, creí que... Es que eres tan hermosa que no...-

Sus ojos se abrieron de par en par, brillaban de una forma tan bella que se me quedé sin aliento, sin darme cuenta, me fuí acercando lentamente hasta casi tocar mis labios con los suyos, es preciosa, nunca la había visto tan de cerca, su aroma, inconscientemente, tomé el borde de mi máscara y la bajé, a nadie le habia enseñado mi rostro, pero ella era especial, quería que Okami estuviera al tanto de todo lo referente a mí.
Rocé mis labios con los suyos, cauteloso, esperé su reacción, ella estaba estática, me miraba con lágrimas a punto de desbordarse. No retrocedió, así que planté bien el beso, que suave y dulce tiene la boca está mujer, me embriagaba su calor, me moví lentamente hasta pegarme a su cuerpo, abrí un poco la boca y con la punta de mi lengua invité a sus labios a jugar.
Funcionó, cerró los ojos y con un suspiro se entregó a mí, enrredé mis dedos en su cabello y la acerque más a mi, incliné mi cara para que fuera más fácil abrir su boca y meter mi lengua, la de ella sabía que quería, jugamos un rato largo así, mordía con suavidad sus carnosos labios y ella succionaba los míos, al principio nuestros movimientos eran torpes, como que no nos coordinamos bien, pero pasado un rato todo se dió perfecto.

Solo nos separamos para tomar aire, mirarnos a los ojos y volver a besarnos, que increíble, ¿Por qué no lo hice antes?
Las cosas fueron subiendo de tono, ahora entraron en juego nuestras manos, las mías, experimentadas, buscaron refugio en esos rincones cálidos que tanto me gustaban, las de ella eran torpes e indecisas, quise guiarla si ser demasiado brusco, quería que fuera un momento perfecto, lo era para mí. A pesar de haber estado con muchas chicas antes, de saber lo que tenía que hacer para que jamás se olvidaran de mí, está ocasión era diferente, porque era la primera vez que ella lo hacía, y porque esto no era simple sexo, era hacer el amor, era especial para mí, y una vez que ella fuera mía, jamás buscaría a nadie que no fuera Okami.

Nuestras respiraciones estaban cada vez más agitadas, una vez que me aseguré que no iba a echarse para atrás con el asunto, la cargué de las piernas y sin dejar de besarle el cuello y los labios la subí por las escaleras a mi habitación, una vez ahí, la recosté conmigo entre sus piernas, es hermosa. Con cuidado subí su blusa, acariciando su abdomen, llevé mi mano hasta su pecho, Dios, que suave y grande, la acaricié en círculos y después la apreté suavemente, arranqué los más deliciosos suspiros de su boca, bajó el cierre de mi chaleco y hábilmente me lo quitó acariciándome los brazos.
Metió sus manos por debajo de mi camisa y las llevó lentamente a mi abdomen, sintiendo mi piel. Acarició mi cintura y después me quitó la prenda, se quedó mirándome un rato, se abalanzó a besarme con fuerza, yo le correspondí con la misma intensidad, me giré y la puse encima de mí, con rapidez le arranqué la blusa y la aventé si saber dónde cayó, con ambas manos tiré de su pantalón y sentí su hermoso trasero, adornado por una linda braga de encaje rojo que hacia juego con su sostén, ese color se le ve muy bien.
De pronto ella se quedó quieta, con la mirada baja y absorta, me quedé quieto esperando a ver qué pasaba, sus manos se recargaron en mi abdomen y sus ojos se dirigieron a mi miembro, que se notaba perfectamente bajo el pantalón, estaba bastante duro y listo para la acción, sin embargo, esto pareció asustarla.

-¿Sabes, Kakashi? Desde que te conozco he estado enamorada de ti, y he soñado con que esto pasara, pero... Nunca he estado en una situación así y... No me siento lista-

Vaya, si que me va a doler al rato.

-Tranquila, no pasará nada que tú ni quieras, yo también estoy enamorado de ti y quiero que lo que sea que pase sea único, te quiero para mí, sabré esperarte tanto como desees-

Se inclinó y recargó su rostro debajo del mío, agradecido estaré siempre de esas dichosas pláticas.

¿Cómo es la vida sexual de un Shinobi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora