One shots - Volkacio (+18)

Delightful

"Queridos hermanos, estamos aquí reunidos, para unir a estos hombres en santo matrimonio."

El tan ansiado día había llegado.

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Antes de leer, se ordena escuchar The bad thing y D is for Dangerous de Arctic Monkeys. 

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La fecha elegida había sido un día de verano. En la tarde el ambiente era agradable, no hacía mucho calor, pero tampoco demasiado frío. El lugar parecía sacado de un cuento de hadas.

Un inmenso jardín había sido decorado por completo con arreglos florales blancos y luces tenues. Las sillas también eran blancas y todos los invitados habían cumplido con el código de etiqueta, nadie desentonaba.

Algunos de ellos eran compañeros de trabajo, otros amigos de la infancia y unos pocos eran parientes de los novios.

En total, eran más de cien personas quienes estaban reunidas para presenciar la muestra de amor más pura que puede haber para una pareja.

Horacio, de pie en el altar, buscaba cada momento en que la atención no se centraba en él, para desviar su mirada hacia uno de los hombres que estaba detrás de quien se convertiría en su esposo.

Viktor Volkov, parado junto al resto de los padrinos, destacaba de los demás por su porte serio y el aura de misterio que lo rodeaba. El ruso no le había quitado la mirada de encima a Horacio durante toda la ceremonia. Simplemente no había podido.

Con esa sonrisa, el moreno podía engañar a cualquiera de los presentes, menos a él. El único hombre que realmente lo conocía.

-Y tú Horacio ¿Aceptas a Jack Conway como tu legítimo esposo?, ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo, hasta que la muerte los separe?

Horacio le dedicó una última mirada al ruso.

-Acepto.

Jack sonrió, tomó la mano del menor y le colocó la alianza.

-Si alguien tiene algo que decir, hable ahora o calle para siempre.

En ese momento, una pequeña pizca de ingenuidad dentro de Horacio, conservaba viva la ilusión de que el hombre que amaba se armase de valor y se atreviese a decir algo, pero muy en el fondo estaba seguro de que eso no sucedería.

-En virtud de la autoridad que me conceden las leyes del estado de San Andreas, los declaro esposos- El juez miró a los recién casados y extendió ambas manos. -Puede besar al novio.

Horacio sintió la mano de Jack en su mejilla y como poco después sus labios se unían en un beso simbólico. Algo que debía ser mágico se sintió frío y superficial.

Eso había sido todo. Acababa de forjar su destino al lado de un hombre que no amaba.

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La ceremonia transcurrió sin ningún percance y dio lugar a la celebración.

Durante el primer vals, Horacio lloró y conmovió a todos los presentes, quienes estaban seguros de que sus lágrimas eran de emoción. Solo había una persona en todo el lugar que pensaba algo distinto: Volkov. Él había visto la escena con recelo, mientras fumaba, apartado en una esquina y sintió un sabor amargo cuando Conway tomó el rostro del menor y lo besó.

Las horas pasaron y todos se divertían bebiendo, riendo o bailando en medio de la pista.

Horacio veía a su esposo riendo en la mesa de los policías mientras él soportaba cada una de las felicitaciones de los invitados con una sonrisa, convenciéndolos de que estaba feliz de haberse casado. Nadie podía ser capaz de adivinar lo que realmente pasaba por su cabeza.