37. Merlín Erin, quédate conmigo por favor

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Erin se olvidó por completo de la diabla junto a ella una vez que comenzó el partido. Erin vitoreaba en voz alta y cada vez que los irlandeses anotaban, saltaba a los brazos de Oliver, abrumada por la alegría. Y los irlandeses marcaron mucho. El buscador búlgaro Viktor Krum pudo atrapar la Snitch, pero Irlanda había acumulado tantos puntos que aún así perdieron. Rara vez sucedía, pero por supuesto que sucedió en la final de quidditch. 

Erin vitoreó su garganta ronca cuando el árbitro terminó el juego.

–¡Eso fue épico!– dijo, sus mejillas sonrojadas por la emoción. Marlo se había comportado mucho mejor durante el partido, aplaudiendo ocasionalmente, pero siempre como si acabara de sentarse a dar un discurso de dos horas. Erin no lo hizo. Ella se divirtió mucho y no tuvo miedo de mostrarlo. 

–¿Lo disfrutaste?– Oliver preguntó, con una gran sonrisa en su rostro. Tuvo que gritar para ser comprensible entre la multitud que vitoreaba.

–¡Por supuesto que sí! ¡Gracias por traerme!– Erin gritó de vuelta. Se levantaron para irse y Erin ignoró las miradas burlonas que Marlo le lanzó. Sin embargo, tendría que aguantarla un par de horas más, ya que el equipo de Puddlemere United estaban teniendo una pequeña fiesta posterior. Pasarían la noche, y mañana volverían a la casa de Oliver, ya que ella se iría a Hogwarts en solo cuatro días.

Erin agarró la mano de Oliver con fuerza para no perderlo entre la multitud. Él envolvió protectoramente su brazo alrededor de su cintura, lo que la hizo sonreír como una idiota. 

Finalmente lograron salir y Erin admiró los fuegos artificiales que estaban coloreando el cielo. Todo el mundo estaba muy feliz, incluso la gente búlgara, y el ambiente era simplemente genial.

–Eres muy linda, ¿Lo sabes? – dijo Oliver, tomándola por sorpresa.

–¿Qué? ¿Qué quieres decir?– preguntó, sonrojándose. 

–Te pones feliz por las cosas más pequeñas. Y sonríes mucho, es lindo.

–Capitán, estamos en el Mundial de Quidditch. No creo que sea poca cosa– se rió Erin.

–Sabes a lo que me refiero– se quejó, golpeando su hombro.

–Bueno, tengo muchas cosas de las que estar feliz– Ella miró a Oliver para verlo mirándola fijamente, con una mirada amorosa en sus ojos.

–Vamos, ustedes dos. ¡Necesitamos que comience esta fiesta!– Benjy pasó, arrastrándolos a ambos con él a una gran carpa azul. Estaba decorado con el gran logo de Puddlemere United. Muchos de los miembros del equipo ya estaban adentro y la atmósfera era alegre y relajada, lo que hizo que Erin también se relajara un poco. Se sentía como una niña entre estos jugadores, pero no iba a dejar que eso se notara, especialmente porque Marlo maldita Deverill también estaba allí.

Se estaba preparando una bebida, así que Erin arrastró a Oliver al otro lado de la tienda, donde algunos de sus compañeros de equipo estaban sentados alrededor de una fogata.

–Entonces, Wood, ¿Cuándo vas a presentarnos a tu encantadora dama?– Uno de sus compañeros de equipo sonrió mientras se sentaban en uno de los sofás. Erin se había quedado en una tienda mágica antes, pero todavía pensaba que era tan extraordinario lo que podía hacer la magia.

–Oh, ahora mismo, supongo– se rió Oliver –Esta es Erin, mi novia. Erin, estos son Erold, Jocelyn, Brent, Xavier y Samira– Erin miró a los compañeros de equipo de Oliver y saludó con torpeza, diciendo un pequeño "hola". Realmente necesitaba trabajar en su confianza. 

–Ella todavía está en la escuela, ¿No es lindo?– Erin escuchó, lo que hizo que su estado de ánimo decayera severamente.

–Aquí tienes, parecías tener sed, Oli– dijo Marlo y le entregó una taza de jugo de calabaza, sentándose al otro lado de él. Oliver tomó la taza con torpeza. Erin se preguntó si se había dado cuenta de lo coqueta que se estaba comportando Marlo. A ella no le gustó ni un poco. 

𝐂𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝| ✓Where stories live. Discover now