41. Estás completamente enamorada de él, ¿No?

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Erin respiró hondo mientras se miraba al espejo por última vez. Hoy era el día. Durante el verano habían decidido reunirse en Hogsmeade lo antes posible, así que a las nueve de la mañana, Erin ya estaba completamente despierta. Los primeros carruajes saldrían a las diez y ella sería la primera en la fila. 

–Bueno, alguien se ve muy feliz– sonrió Beatrice mientras entraba. Erin no pudo deshacerse de la enorme sonrisa en su rostro. Después de tres meses, finalmente iba a volver a ver a su Capitán.

–Lo estoy, ¿Verdad?– Beatrice se reuniría con Meredith, lo que hizo que ella estuviera exactamente del mismo humor. 

–Mucho– sonrió. Erin se estiró la falda. Había puesto un esfuerzo extra en su atuendo porque quería verse bonita para su hombre hoy. Llevaba una falda burdeo, que seguía siendo el color favorito de Oliver, con un jersey negro, unas medias y unas botas con cordones. Llevaba su abrigo más abrigado y una bufanda para protegerse del frío.

–Te ves bonita. ¿Quieres impresionar a alguien?– Beatrice movió las cejas.

–Tengo que mostrarle lo que se ha estado perdiendo durante tres meses, ¿Verdad?– Erin bromeó, agarrando su bolso. 

–Es bueno verte tan feliz. Sé que estaba un poco cansada por Oliver al principio, pero es bueno para ti– sonrió Beatrice. Erin tiró de ella en un fuerte abrazo, apreciando el comentario. Sabía que Beatrice siempre la había cuidado, pero era bueno que finalmente viera a Oliver como lo veía Erin. Estaba feliz por ella.

–Ya, vamos a desayunar– dijo Erin. Ella estaba tan, tan lista para esto. Agarró su espejo, por si acaso no podía encontrar a Oliver, y salió con Beatrice. 

Ya estaba bastante ocupado el Gran Comedor ya que todos estaban emocionados por el viaje de hoy a Hogsmeade. Erin no fue al Gran Comedor a desayunar, ya que sus nervios no permitían que la comida pasara por su estómago. Sin embargo, eran nervios de felicidad, como los nervios que sientes justo antes de una primera cita. 

Erin había venido a leer el periódico de la mañana. Oliver había jugado su primer partido anoche y, aunque podría contárselo personalmente en una hora más o menos, ella quería saberlo.

–Fred tiene una copia, ¡Vamos!– Erin agarró la mano de Beatrice y la arrastró hacia la mesa de Gryffindor. También le había presentado a Beatrice a los Gryffindors y, como se esperaba, se llevaba demasiado bien con los gemelos. Últimamente era imposible evitar que se metieran en problemas. 

–¿Cómo les fue?– Erin preguntó emocionada mientras se colocaba entre los gemelos, robando el papel de Fred. 

–Oye, estaba leyendo eso– se quejó, pero Erin no respondió. Sus ojos escanearon el papel. No tuvo que buscar mucho, ya que toda la segunda página estaba llena de un artículo de Puddlemere United. 

–¡Ganaron! ¡Oh Merlín, ganaron!– Erin gritó, aún más emocionada.

–Bueno, era malditamente obvio. Los Falmouth Falcons son terribles– resopló Ron. 

–Oh, cállate– Erin se encogió de hombros, mirando la foto del grupo. Ella se sintió tan feliz. Vio a Oliver en la foto, con una gran sonrisa en su rostro, lo que hizo que el corazón de Erin se derritiera. Estaba en un maldito periódico, su novio se estaba convirtiendo en una celebridad.

–Ese es el engendro del diablo del que estaba hablando– le dijo Erin a Beatrice, señalando a Marlo. Ella estaba de pie junto a Oliver y tenía un brazo envuelto alrededor de su cintura. No era necesariamente algo extraño hacer en una foto de grupo, pero todo lo que hacía esa mujer molestaba a Erin. Pero hoy no, hoy era su día feliz.

𝐂𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora