21★Consciencia

1.7K 134 68
                                    

Desperté cuando el azul oscuro no había tornado aún a naranja.

Lo primero que vi fue a Amanda durmiendo con mi brazo de almohada. Hacía unos gestos muy graciosos, estaba soñando.

No sé cuánto tiempo estuve tan solo observándola, intentando memorizar cada una de sus facciones, de sus pecas, de sus movimientos.

Sabía lo que sentía por ella, lo había admitido a pesar de mi miedo inicial, pero hasta ese momento no me había dado cuenta de la intensidad de mis sentimientos. La amaba, tanto como para ser feliz solo con verla dormir. Era una locura. Volví a asustarme.

Poco a poco empezó a despertarse.

—Buenos días.

—Buenos días —respondí con una sonrisa.

Por un momento pensé en como sería mi vida cuando dentro de unos días se marchara, cómo podría levantarme y seguir sabiendo que no vería esos ojos cada día, que no tocaría esa piel, que no sentiría su presencia.

—Al final no hemos estudiado nada —me dijo.

—No importa —ahora ese era el menor de mis problemas.

Se pegó a mi pecho. Temía que sintiera lo fuerte que sonaba. La abracé deseando que el mundo se detuviera.

—Deberíamos irnos ya, va a ser un día muy largo.

Y como presagio de lo que ocurriría, se alejó de mí.

Nos vestimos en silencio mientras me perdía en mis pensamientos.

—No creo que la cafetería de mi residencia esté aún abierta —escuché que decía.

—Hay una cerca del gimnasio de Jin, pensaba ir allí, ¿quieres venir? —dije sin pensar.

—¿Puedo ir a ver como entrenas?

Me quedé paralizado, no era lo que había planeado. Sabía que esa sí estaba abierta puesto que era donde iba yo casi cada mañana antes de ir a clase, pero no pensé más allá, ni en como sonaba.

De todos modos era absurdo, Amanda odiaba la violencia y todo lo relacionado con ella.

—Ya, es una tontería, te dejo en casa de camino.

—No, no, me encantaría.

No supe cómo reaccionar, así que simplemente no dije nada, dejaría que las cosas siguieran su curso.

El viaje hasta allí fue intranquilo para mí, iba a entrar en una parte de mi vida que me asustaba. El boxeo no tenía que estar relacionados con las peleas clandestinas, pero en mi vida así era, y puede que ella lo viera de ese modo.

El mayor problema era que, aunque quisiera salir de ellas, no podría hacerlo de los deportes de contacto. Era algo que había estado obviando todo este tiempo porque, si ella lo repudiara, era como si le desagradara una parte de mí.

Intenté sacar todo aquello de mi mente, estaba tratando de solucionar problemas a largo plazo, como si lo nuestro fuera una relación. La realidad era que unos días saldría de mi vida para siempre.

Casi sin darme cuenta ya estábamos entrando en la cafetería.

—Buenas, Jungkookie, ¿lo de siempre? —me preguntó Claire, la camarera.

—Sí, gracias.

Después de coger el pedido de Amanda nos fuimos a mi mesa habitual. Me gustaba estar junto a la ventana, ver como la ciudad se despertaba te daba una extraña vitalidad, como si también te hiciera despertar a ti.

Decalcomanie [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora