EPILOGO

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Debía esperar un poco mas
Solo un poco....

Un poco a que todos estuvieran tan distraídos por el espectáculo de Leo que no notaran cuando pusiera en marcha mi plan.

-Mira! Los símbolos de las cabañas!
-Hermes! Hermes! Hermes!
-Idiota dispara lo mas importante!
-Que Clarisse? Tu linda cara hacia el cielo? No quiero hacer llorar a los más pequeños!
-Más vale que corras idiota!-todos se abalanzaron a separar a Clarisse y Leo.

Es hora

Estaba cerca de ella Y me acerqué lo mas discretamente que pude por detrás.

Le cubrí la boca con una mano y con la otra sujete su cintura.
Claro que intentó resistirse, Annabeth es una guerrera, había sentido su fuerza más de una vez y su habilidad en combate era mas que famosa.

Pero la tomé por sorpresa.

-No te muevas hermosa Annabeth y nadie saldrá herido-.

Su cuerpo se relajó un poco pero siguió tensa mientras la dirigía hacia el bosque tratando de que nadie nos viera.

Echamos a andar un tramo en silencio, solamente tomados de la mano firmemente.

Dimos un pequeño rodeo y llegamos a nuestra cabaña por un lateral.

Caminamos junto a la misma, para dirigirnos a la puerta, no sin antes, claro, pegar el regalo de Grover en la ventana, y luego, tomé a Annabeth entre mis brazos y cruzamos juntos el umbral de nuestra cabaña.

cerré la puerta de una patada y agradecí en silencio a mi sátiro favorito por su regalo.

Ella tenía sus brazos alrededor de mi cuello y solo podía concentrarme en el brillo que reflejaban su hermosos ojos.

Siempre me gustó observar a Annabeth desde que la conocí.

Su cabello rubio, sus increíbles ojos grises, su maravillosa sonrisa...

Mi chica lista era la más hermosa.

La deposite con cuidado en el piso y coloqué mis manos en su cintura.

Nos quedamos un momento simplemente así, mirándonos uno al otro, sin decir ni una palabra.

Poco a poco sujeté una de sus manos con delicadeza, y la lleve despacio hasta mi pecho, justo sobre mi corazón.

Ella se percató de mi acelerado ritmo cardíaco, y esbozó una sonrisa que yo correspondí.

Subió sus manos despacio por mi torso hasta rodear mi cuello.

Finalmente la tenía entre mis brazos, a salvo y sólo para mi.

-Te amo Annabeth Chase... -dije mirándola a los ojos- Te amo

Ella sonrió

-Ven aquí sesos de alga...

Me acercó a ella y comenzamos a besarnos.

Sus labios me eran tan familiares...

-Dioses extrañe tanto besarte-. Dije mientras profundizaba el beso.

Ella tiraba de mi cabello con energía, y yo la llevé lentamente hasta la cama de nuestra habitación donde, poco a poco la fui recostando.

Me coloqué sobre ella con cuidado y aparté mi boca para bajar a su cuello, donde después de besarlo deje una marca en su piel.

-Eres mía-. Nunca había escuchado mi voz tan ronca pero a Annabeth pareció gustarme porque suspiro profundamente y tiró de mi cabello todavía más para atraerme hacia ella cuanto fuera posible.

Mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo con cuidado, conociendolo de una forma muy distinta a la que lo habían hecho mis ojos.

Volví a su boca, y ella deslizó sus manos hasta mi abdomen, mi pecho y luego, buscaron el límite de mi playera para meterse debajo de ella.

Sentí sus manos suaves y perfectas contra mi piel, lo cual me hizo dar un pequeño mordisco a su labio inferior y a ella gemir en mi boca.

No podía parar de besarla, ni siquiera cuando retiró mi playera del campamento. Me aparté sólo un segundo para poder aventarla lo más lejos posible y de inmediato volví a su dulce boca.

Sin previo aviso, sentí la fuerza de Annabeth bajo de mi, para un segundo después, usar un giro, encontrarme debajo de ella, y con mis manos sujetas por las suyas, a los costados de mi cabeza.

Se acercó hasta mi oído y me susurró.

-No dejes que el enemigo te distraiga, sesos de alga...

No me pregunten si fue su forma de hablar, su aliento en mi oreja, que soy muy sensible o que más, pero la verdad es que me quedé sin palabras.

Ella comenzó a besar mi cara poco a poco, y descendió lentamente, paso por mi boca sin besarme a pesar de que yo intente hacerlo, (creo que le gusta torturarme) hasta llegar a mi cuello, donde también dejó una marca y yo comenzaba a necesitar soltarme de su agarre.

Al ser hijo de Poseidón, creo que era más susceptible al calor, pero en ese momento, en que todo parecía estar en llamas, en especial, cada punto de mi piel que entraba en contacto con mi chica lista, me sentía más vivo que nunca.

De pronto, sentí un mordisco en el cuello y la paciencia casi se me agotó.

Ella se apartó de mi, soltando mis manos, que lleve hasta su cintura, en el límite de su playera, y luego de vernos a los ojos, pidiendo su permiso, retiré y arrojé muy lejos.

Me enderecé y ella quedó sentada sobre mi, coloqué mis manos en su cintura y volví mi boca a su cuello mientras ella ponía sus manos en mi espalda.

Decidí devolverle el gesto, e hice una pequeña marca junto a la anterior, con lo cual Annabeth emitió un gruñido y clavó sus uñas en mi espalda.

Me aferró con fuerza y yo hice lo mismo con ella.

Cada vez nos besabamos con más energía, con más necesidad. Ambos gemíamos y suspirábamos.
Me encantaba escucharla de aquel modo.

Finalmente, nos encontrábamos ahí, para estar juntos, tal y como debía ser.

Lo demás, no tengo de describirlo.

Puedo simplemente señalar que explore a mi hermosa Annabeth. Qué disfrute todo de ella a cada segundo, y que no hay mejor sitio para mi que sus brazos y su boca y claro, si, utilizamos el otro obsequio de Grover.

Finalmente tenía a Annabeth, y ahora ya nada más importaba.

-Te amo percy-.

Todo fue perfecto.

Sobre todo, porque NADIE nos molestó o interrumpió en toda esa maravillosa noche en nuestra cabaña.

Fin... De "esta" profecía ;)




PD lean la secuela de esta historia, esta en mi perfil "Percabeth...ya no quiero pelear"

Y mi "Percabeth...Nunca fuiste tu AU" también en mi perfil.


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Percabeth....Tal vez no sea  suficiente para ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora