Capitulo 8... Que el mejor gane esta apuesta

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Esto solo significaba... PROBLEMAS.

Una apuesta entre antiguos rivales

Problemas traerá a su progenie

Amores puestos a prueba y nuevos romances surgirán

Una ayuda divina puede no ser tan ayuda

Sentimientos liberados dicha y desgracia traeran

Y al final solo uno la apuesta ganará.

Nuestro oráculo regreso a la normalidad y permaneció un horrible silencio por lo que me pareció una eternidad, miles de pensamientos cruzaron por mi mente mientras buscaba a Annabeth con la mirada. Ninguno de los  presentes ni griegos o romanos movió un  musculo hasta que Leo rompió la tensión

-¿Y ahora qué?- dijo exactamente lo que todos pensábamos.

Sus palabras parecieron sacarnos a todos de trance pero seguíamos muy inquietos.

-Héroes, creo que debemos discutir esta nueva profecía pero esperemos hasta mañana-dijo  Quiron tratando de tranquilizarnos, pero no era tarea fácil calmar a más de 100 semidioses hiperactivos, el señor D era un experto en estos casos de tensión.

-¿No entendieron? ¡Lárguense!- sus palabras siempre son tranquilizadoras.

-¡Todos a sus cabañas!-

Algunos intentaron discutir sobre esto (los hijos de ares principalmente) pero Quiron se negó a la discusión. Caminé hacia los hijos de Atenea y casi a base de empujones logré atravesar la barrera que tenían en torno a mi novia para poder alcanzarla. Cuando finalmente lo logré lo único que hice fue tomar su mano, ella me abrazó pero antes me miró con esos ojos gris tormenta que me derriten, llenos de angustia, la abracé pensando que iba a llorar pero antes de poder decir algo, se alejó de mi abrazo.

-¡Cabaña 6 andando!-dijo a sus hermanos. Todos la siguieron enseguida y yo me quedé ahí plantado como alga sin saber qué hacer.

Los romanos fueron los más lentos en replegarse ya que nunca habían visto a Rachel en acción, así que Frank tuvo que levantar la voz para que se apresuraran.  

-¡Percy muévete!- no me di cuenta que toda la cabaña de Atenea esperaba a que avanzara con ellos. Sentí mis mejillas enrojecer y escuché algunas risas por parte de los romanos.

Después escuché sus quejas porque "mágicamente" estaban todos empapados.

-El agua del lago es un poco juguetona no se preocupen.- dije mientras reía por mi pequeña venganza.

Lo único que yo quería en ese momento era hablar con Annabeth, pero tuve que esperar a que llevara a sus hermanos a su cabaña y saliera.

Cuando salió tomó mi mano y prácticamente me arrastró hacia el bosque hasta llegar a uno de nuestros escondites.

Cuando llegamos lo primero que hizo fue besarme yo sólo la abracé correspondiéndole el beso.

-No puede pasar esto de nuevo Percy-dijo con la voz enojada separándose de mis labios.

-Todo estará bien no te preocupes- dije mientras acariciaba su espalda pero fui incapaz de tranquilizarla yo estaba igual de preocupado que ella.

-No es justo hemos hecho bastante dos guerras, muchos amigos perdidos, unimos los campamentos, salvamos al olimpo más de una vez, deberíamos poder tener un tiempo tranquilo-.dijo con los ojos llenos de lágrimas.

-Tienes razón pero no podemos hacer nada al respecto, una nueva profecía nos ha sido enviada y lo único bueno de esto es que estaremos juntos-

-¿Lo prometes?-

-Lo juro por el río estigio amor- Era la primera vez que la llamaba así y ¡Dioses! Se sintió tan bien hacerlo, se sonrojó un poco mientras escuchamos un rayo caer, mi juramento había sido aceptado.

Eso sirvió un poco para calmarla pero podía ver claramente la inquietud en sus ojos y casi podía ver los engranes de su mente trabajando, intentando adivinar a lo que había querido decir Rachel con sus palabras.

Estaba a punto de besarla una vez más pero escuchamos un crujido a nuestras espaldas, ambos volteamos al mismo tiempo para ver la sombra de un escorpión gigante acercándose a nosotros, debo decir que al pobre no le dio tiempo ni de mover la cola ya que en menos de 10 segundos Annabeth y yo ya habíamos destrozado su enorme cuerpo negro.

Limpié mi espada mientras mi novia limpiaba al mismo tiempo su cuchillo (el nuevo cuchillo que Quiron le había obsequiado).

Sonreímos por nuestra pequeña aventura y caminamos de regreso al campamento, la acompañé a la cabaña 6 en donde ya nos esperaba su hermano Malcom, (hablo enserio a este chico no le agrado).

-¿Por qué siempre me mira como si hubiera hecho algo malo?-

-Tranquilo-rio Annabeth- es un hermano celoso eso es todo, se toma muy enserio su papel de hermano protector.-

-Yo diría que demasiado enserio- murmuré antes de llegar a la puerta.

-¿Dónde estabas Annabeth?-preguntó con el entrecejo fruncido.

-Estábamos por ahí Malcom -

-Solo estábamos charlando-quise aclarar con mi mejor voz de niño bueno.

-Hablaremos después-dijo Malcom- Quiron quiere a todos los jefes de cabaña en la Casa Grande ahora-

-¿Para qué?-

-Una reunión-.

-¿A esta hora? Es más de media noche –esto era muy extraño porque Quiron quería hablar ahora.

-Es lo mismo que yo pienso de ustedes andando por ahí solos-puso énfasis en la última palabra, yo bajé un poco la mirada pero Annabeth solo rodó los ojos.

-Vamos Percy- dijo ella jalandome hacia la casa Grande

-¡Hey Percy!-dijo Malcom desde la puerta de la cabaña

-¿Qué?-

-Tengo una charla pendiente contigo-dijo amenazadoramente tocando el mango de su espada.

-¿Te había dicho que cumplía su papel DEMASIADO bien no?-dije un poco nervioso, a lo que Annabeth solo se rio.

-Vamos sesos de alga-mientras subíamos los escalones de la Casa Grande.

La imagen de dos semidioses tomados de la mano entrando a la casa se difuminó con un movimiento de la mano de la diosa del amor.

-Todo está listo- dijo suspirando.

-Bien-respondió Atenea desde su trono en el Olimpo.

-Que el mejor gane esta apuesta- dijo Poseidón.

-Lo haré-


Percabeth....Tal vez no sea  suficiente para ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora