Capítulo 7

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Correr por las calles de la ciudad a una hora temprana era genial, pero sólo cuando no hay personas caminando y bloqueando mi paso. A pesar de que mis zapatos sean cómodos, no me ayudaban a llegar a tiempo a la universidad. La alarma no sonó, o mejor dicho, ni siquiera la activé.

Llegar tarde a la clase de inglés no estaba nada mal, lo terrible era la profesora. Su esposo me podría caer bien pero eso no ayudaba en nada.

Subí las escaleras rápidamente y noté que la puerta del aula estaba abierta, miré hacía ambos lados y entré. La profesora no estaba y mis compañeros estaban haciendo cualquier cosa menos trabajando en el material que ella dejó en las mesas.

Me senté en el espacio libre que mejor me convencía, o sea, a lado de Ayla.

—Hola—Le digo a Ayla y saco mi cuaderno y un bolígrafo.—¿Cómo es que estás tan arreglada?

—¿A que te refieres?, no hay nada diferente en mi vestimenta de hoy.

Ruedo los ojos.

—¿Los tragos te afectaron la cabeza acaso?—Me dice.

—Un poco, no quería levantarme. Y menos hoy, que la cama estaba sólo para mí.

—¿Cuándo se supone que vuelve?

—Hoy, aunque también podría ser que llegue a la ciudad mañana—Respondí.

—¿Por qué no te sentaste con Júlian?

—¡¿Qué?!—Exclamé.

—Creí que lo harías–Dice y posa su mirada en él.—Siempre lo haces, ¿pasó algo?

—No, bueno, sí...—Me acerqué más a ella.—El otro día fui a casa de Nana, estábamos bien y de la nada actuó de una manera extraña.

—¿Actuó extraño?, ¿desde cuándo eso es extraño en él?

—Estábamos hablando sobre Nick antes, actuó extraño y luego dijo que lo perdonara ya que no se había tomado las pastillas.

—¿Pastillas? ¿Desde cuándo toma pastillas?

—Son para tranquilizarlo—Contesté y bajé la mirada.—Él no es tan feliz cómo parece.

—O le molestó que hablarás de Nick.

—Por favor, Ayla, no pienses esas estupideces—Dije.

—Las posibilidades...

—¿Posibilidades?, ¿estás bien?, ¿de qué estás hablándome?—Alcé una ceja.

—Celos, Kae. ¡Eso es!

—¿Celos?, repito, ¿estás bien?

La puerta del aula se cierra y produce un sonido fuerte, la profesora a entrado y en sus manos sostiene otra pila de papeles, igual a la que está encima de su escritorio. Le echa una mirada a cada uno de nosotros y por último se queda mirándome.

—Primer día de la semana y llegas tarde, para nada me sorprende.

No es mi culpa que haya inglés un lunes en las primeras lecciones.

—Mil disculpas, no escuché la alarma.

—Bonita excusa, pero inservible.

—Me dolía la cabeza y dudaba sí venir o no—Añadí.

—Sí me hubieras dicho eso primero, te hubiera creído—Dice y se sienta en la silla de su escritorio.—Te quedarás un rato más, cómo castigo.

¿Castigo?, ¿que es esto?, ¿primaria?.

Prefiero no discutirlo.

Dos horas de sólo ver una "película" en inglés para poder responder las preguntas del trabajo. Debo admitir que apenas lo entiendo.

La Estrella De KWhere stories live. Discover now