Parte diez

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DURANTE el resto del día Draco no pudo dejar de pensar en lo sucedido, en lo que había visto. No entendía por qué motivo Annelisse haría un Juramento Inquebrantable y sobre todo no dejaba de pensar que esa era la verdadera razón por la que desapareció.

Necesitaba respuestas, hablar con alguien y tan sólo podía hacerlo con una persona. Tras el trabajo, antes de verse con Daphne, quedó con Mittie. Necesitaba hablar con ella cuanto antes sobre esto e incluso preguntarle si ella sabía algo sobre todo esto; algo que esperaba que no fuera así.

Habían quedado en casa de Draco. Le acababa de contar lo sucedido con Annelisse aquella mañana en el Ministerio. Él no dejaba de andar de un lado para otro del salón, inquieto. Mittie, todavía incrédula ante tal información, se sirvió otra copa de vino y se la bebió de un trago. Hizo una mueca por el vino, sintiendo lo rasposo que era éste antes de hablar.

—¿Estás seguro? —Le preguntó a Draco finalmente, todavía alucinando.

Él, se detuvo y se acercó de nuevo hacia ella.

—La vi, Mittie. No siempre dejan marca, pero otras veces sí y puedo reconocer una cuando la veo —Explicó él, frustrado.

—No sabía nada. Ahora entiendo por qué tanto empeño en llevar guantes —Abrió más sus ojos por un segundo.

—¿Por qué haría algo así? —Resopló pesadamente, llevando sus manos a su cintura—. ¿Qué hizo, prometió, para tener que irse?

—Draco, no podemos sacar conclusiones así de la nada. No sabemos nada sobre eso, no sabemos si tiene que ver con lo que tú piensas.

—Está claro que tiene algo que ver Mittie. ¡Éramos felices! —Dijo llevando su mano al pecho, dando pequeños toques—. Uno no se va así como así. Tiene que ser eso —El enfado y el coraje crecía en su voz.

—Y no podemos preguntarle directamente, ¿No? 

—Siempre evita el tema. No sería de extrañar que en el juramento hubiera una cláusula en la que dice que no puede contar nada.

—Ella de verdad tuvo que hacerlo... —Comprendió Mittie, casi sin voz. Ambos entendían que ante un hecho como este, un Juramento Inquebrantable, lo cambiaba todo. Las pautas juradas debían cumplirse o el castigo sería la muerte.

—Pero eso no es excusa para no mandar una mísera carta, Mittie —Respondió Draco.

—Ni su familia lo sabe. Y tú tampoco sabes las cláusulas del Juramento, no sabes qué tuvo que prometer, pactar... —Trató de hacerle entrar en razón—. ¡Podría haber muerto de verdad!

Ante aquello, Draco se quedó inmóvil. Asus ojos se agrandaron con horror, parpareando frenético. Ella tenia razón en sus palabras, algo de lo que él no se había dado cuenta hasta ahora: La muerte de Annelisse.

—Ella podría haber muerto... —Repitió para sí mismo.

Mittie se levantó, acercándose a él.

—Sé que tu tienes más motivos que nadie para estar enfadado con ella. Yo también lo estoy, pero si ella de verdad estaba en peligro... —Suspiró pesadamente—. No sé, Draco. La quiero demasiado. Y aunque no quieras oírlo, sé que tú también lo haces.

—Bueno... —Murmuró incómodo.

—¿De verdad quieres perderla otra vez? —Lo miró seris pero con preocupación—. Porque aunque esté tremendamente enfadada con ella, yo no quiero que pase eso.

—Yo... No lo sé, Mittie. Todo es muy complicado ahora —Pasó la mano por su rostro con frustración mientras resoplaba—. No sé qué hacer, qué no hacer. Nadie espera volver a ver a alguien a quien creía muerto de un día para otro.

—Mira —Dijo acercándose a él y apoyó su mano en su hombro—. Yo no estoy diciendo que volváis juntos, que hagáis como si nada hubiera pasado. Sólo que... Yo no puedo sacarla de mi vida tan sencillamente, y tú tampoco puedes, Draco. No es malo reconocerlo.

Draco tan sólo miró a Mittie, pensando y reflexionando en sus palabras;  creyendo que a lo mejor tenía algo de razón.

—Ella es mi mejor amiga, pero tú también lo eres. No quiero verte sufrir, ya lo hemos pasado bastante mal estos años, tú lo sabes bien —Sonrió, soltando una risa ahogada llena de tristeza ante el pensamiento. Habían pasado muchas noches juntos pensando en ella, llorándola y recordándola—. No puedes huir más de todo lo que sucede a tu alrededor, Draco —Añadió en un tono suave.

Él agacho su cabeza a la vez que mordía su labio un poco nervioso, pensando.

—Aunque me cueste reconocerlo, tienes razón —Alzó finalmente su roatro para mirar a su amiga.

—Tu mereces ser feliz Draco, más que nadie. ¿Por qué sigues pohibiéndotelo? —Preguntó con cierta tristeza en su voz—. Encontraremos la manera de ayudarla si eso es lo que ella necesita, ¿Vale?

Ante lo que Draco no pudo evitar sentirse aliviado. Apreciaba y adoraba que Mittie fuera tan buena con él, una amiga de verdad. Él se acercó más a ella y la rodeó con sus brazos, fundiéndose ambos en un reconfortador abrazo.

—Además, todavía hay que contarselo a los demas —Susurró Mittie al separarse.

Draco al oírlo, respiró hondo agitadamente. No había pensado en eso.

—Ni siquiera he hablado con mi madre —Admitió.

—Bueno, ¿Qué te parece si para el fin de semana quedamos todos juntos y vemos qué tal va la cosa? —Sonrió ella.

—Suena bien, aunque estoy algo asustado —Frunció el ceño.

—¿Por qué no vas a verla tu y la invitas? —Sugirió ella—. Así a lo mejor, al fin, podéis mantener una conversación normal —Rodó levemente los ojos.

—Necesito hablar con Daphne primero. Sé que a ella no le gusta la idea de que Annelisse haya vuelto aunque lo niegue constantemente. Está preocupada —Respondió él.

Mittie tan sólo apretó los labios y asintió. Sabía que era un tema delicado, que ahora cada uno tenía su vida y la realidad era que Draco estaba con Daphne. Sin embargo, también era consciente de que Annelisse siempre había estado presente.

—Ella empieza a trabajar de nuevo en el ministerio el miércoles —Comentó Draco de la nada, rompiendo el silencio.

—¿Lo sabe Daphne?

—Sí —Exhaló—. No quiero hacerle daño a Daphne, Mittie. Me gusta, en serio. Es sólo que... Todo esto es muy complicado.

—Lo sé —Mittie bajó la mirada hacia el suelo, pensativa. Pensaba en ella, en todo lo que tendría que haber pasado todos estos años, en que realmente ella no tuvo elección y trataba de comprender cuales habían sido sus motivos; qué había podido pasar en su vida para tener que huir—. ¿Qué haremos ahora? —Preguntó levantando la mirada hacia él de nuevo.

—Pensaremos en algo.

Cinco horas con draco malfoy, pt.2Where stories live. Discover now