Niños

124 25 8
                                    


Uno de los jefes de cabina se vio obligado a despertar a patadas a Minghao, ya que su sueño pesado lo tenía entre este mundo y el otro luego de su segunda siesta.

Le había costado mucho dormirse gracias a que nunca había tenido que hacerlo en el suelo, pero una vez que lo logró, no pudo despertar.
Se levantó rápidamente gracias al susto, analizando lo que ocurría a su alrededor; EL maquillaje de sus ojos estaba corrido y su cabello parecía volar de estática debido a la humedad del ambiente y a los movimientos del barco, pero para su suerte, no le quedaba mucho tiempo ahí.

Tomó su celular y notó que eran las 8 de la mañana, había pasado casi un día entero en el barco y apenas había comido un poco de arroz instantáneo y una pechuga de pollo fría que una señora le regaló, se sentía como un prisionero y estaba muerto de hambre.

Se puso de pie y caminó con pasos torpes hacia la parte superior del barco, sin imaginar el frío punzante que azotaba el mar en las mañanas, pero aún con dolor en sus huesos permaneció ahí.
Pudo ver la costa de la última isla del recorrido acercándose, mientras los pescadores en la orilla observaban el barco pasar, posiblemente alejando a algunos peces.

La entrada a la isla era pequeña, solo había un pequeño muelle de piedras en donde bajar, y el resto estaba compuesto por una extensa playa cuyos extremos estaban cubiertos por pequeños y grandes medanos, las casas se amontonaban una sobre la otra a través de la montaña, e incluso pudo ver acantilados a la distancia.
No iba a negar que se veía bonito, incluso magico, pero no lo suficiente como para hacerle olvidar el frío.

Pasaron algunos minutos hasta que desembarcaron, minutos en donde Minghao tomó todas sus maletas y se abrigó hasta el cuello, ya que en un principio había salido de casa con su ropa de primavera.
Apenas había llegado y este frío y desértico lugar ya le daba la bienvenida de esta forma.
En su hogar, estaría cálido y cómodo tomando un café helado, suspiró de solo pensarlo.

Minghao desembarcó junto a sus pesadas maletas y al resto de los tripulantes, notando como algunos tomaban autos que los esperaban en la orilla del muelle, otros se iban con sus familias, y los últimos volvían al barco a seguir trabajando.

¿Que se suponía que debía hacer ahora? Jeonghan le había dado la dirección del hogar, pero no tenía ni idea de cómo llegar, y para su mala suerte, ese pueblo era tan poco turístico que sus rutas ni siquiera aparecían en Google maps.
Estaba a punto de llamar a Jeonghan para molestarlo, hasta que la voz de un joven con marcado acento pueblerino llamó a su nombre.

- ¡¿Minghao?!, ¿Eres el chico de la ciudad? -Un adorable joven de apariencia amigable agitó sus manos hacia él, mientras corría en su dirección como si el clima no estuviese calandole los huesos.
Solo llevaba puesto un overol de jean y un suéter blanco debajo, parecía estar acostumbrado al frío.

- Sí, soy Mingh-...

- ¡Es un honor conocerte! -El joven cachetón tomó sus manos y las apretó con entusiasmo, mientras soltaba palabras sin parar- Jeonghan me habló mucho de ti estos años, bueno de hecho no tanto... En realidad solo me habló de ti ayer, pero me dijo que te tratemos bien porque eres famoso, mi nombre es Boo Seungkwan, espero que tu estadía aquí sea placentera, déjame presentarte el pueblo cuando te hayas instalado, ¡¿Esa camisa es Gucci?!.

El artista parecía en estado de perplejidad, mientras el joven recién decidió soltar sus manos al terminar de hablar.

- Soy Minghao, un gusto... -Ya estaba mareado.

- ¡Te ves pálido! debe ser por el barco, el pueblo no tiene suficiente dinero para traer a los turistas en yates así que debe traerlos en barcos de pesca, ¿Pudiste ver Yeosodo en el camino? Es una isla cercana, es muy hermosa -El joven tomó la mano de Minghao sin ningún descaro, y comenzó a jalarlo para llevarlo a donde sería su nuevo hogar durante un tiempo- Mejor vamos a casa, te vas a congelar aquí, pon tus manos en mis bolsillos, ¡Jaja! No te creas, no tengo bolsillos, este overol es de mujer, en fin ¿Comiste algo durante el viaje? Tenemos comida en casa, si es que los chicos no se la comieron toda... ¡te van a caer bien! son traviesos pero son muy buenos con los turistas, son como perros, ¿Tienes perros en la ciudad?, escuché que están prohibidos, aunque no creo que sea cierto...

Motivation - JunhaoWhere stories live. Discover now