Capitulo 2

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POV. T/N

Ya había muerto cuando la ambulancia llego, muerta en ese frio y áspero asfalto. Lo ultimo que vi fue el cielo estrellado sobre mi, con esa vista me despidió el mundo, era hermoso y acogedor y pensé que tal vez iría allá arriba a hacerles compañía también.

Repase mi vida al compas de mis lentos latidos, cuando nací, aquel primer cumpleaños que marco mi vida, cuando mama se embarazo de Lily y cuando falleció también, como todo se torno doloroso y oscuro como ahora. Mi corazón ya no se oía para entonces, no sentí dolor ni ningún ruido pero si paz porque moriría sola tal y como he estado toda mi vida.

Antes que acabase por completo mi vida, la vida de alguien mas se despidió conmigo, destellos melancólicos y peores de los que he vivido empezaron a pasar por mi mente como aquellas cintas de peliculas viejas, rápidas y desordenadas, lagrimas de una niña herida, una mirada fría y azul, y la sensación de una soga rasgándome la garganta. La sensación de perdida e ira eran abrumadoras y fue lo ultimo que sentí cuando me fui. 

Todo se sintió negro y vacío cuando morí, me sumí en silencio, en frío, en soledad, en calma y sobre todo había caído en brazos de la muerte, que me abrazo tan fuerte que por un segundo le rogué que nunca me soltara.

***

Todo era cálido en mi interior, como si mi pasado se estuviera rememorando dentro.

¿Dónde estaba? ¿No había muerto en aquella calle? ¿Es este el cielo? ¿O un infierno del que no puedes escapar jamás?.

Todo era negro y frio, siempre frio. No había nada mas que la nada misma y oscuridad opacada por una leve luz que venia del suelo. Un pequeño y frágil destello que poco a poco sentía la desesperación al saber que se estaba apagando. Tuve la necesidad de acercarme para asegurarme que no moriría sola como yo. 

Siempre me he preguntado a donde iban aquellos bebes de luz, mamá decía que esa clase de bebes eran aquellos que no nacían, su alma era la que brillaba, ansiosos porque alguien los eligiera. Hoy pude entenderla y saber que tenia razón, ese pequeño bebe solo y desamparado me hacia temblar un poco el corazón. Un niño que no llego al plano terrenal por quien sabe que razones y una madre que no tuvo la oportunidad de serlo. No tuve el valor para dejarla ahí tirada, la toque queriéndome llevarla conmigo, y entonces todo volvió a ponerse negro, esta vez, completamente frio y negro.

***

La calidez nunca me abandono mientras abría los ojos. Note los distorsionados murmullos, balbuceos casi inaudibles, pasos de aquí a allá, un insoportable llanto y una luz que cegaba mi intento de abrir los ojos.

Un cosquilleo en mi oreja me hizo querer reír ante la sensación que me causaba, era melancólico y lo sentí doloroso, como si fuera la ultima vez que lo escucharía. Por eso intente grabarme cada segundo de ese momento, su aroma dulce, el cosquilleo, el tacto en mi piel y sobre todo aquellas palabras que me hicieron querer llorar.

—Mi pequeña y dulce T/N —Su calma era extrañamente dolorosa. Sudaba y estaba totalmente despeinada, apenas pude notar sus ojos carmín rosáceos con la mirada borrosa que pude darle yo, era hermosa y sentía el aura de muerte alrededor de ella. —Cuida tu pequeña hermana por mi ¿Si? Seguro sientes que mamá tiene que irse un poco antes de lo esperado, lamento mucho eso. —Susurra como si me debiera una disculpa. Siento gotas húmedas cayéndoseme en la cara, supongo que no quería abandonarnos tan rápido. —Las amare todos los días de su vida, sobrevivan sin mamá, ustedes son muy fuertes. —Fue poco y ojala la hubiese escuchado un poco mas, pero pude grabarme cada palabra en mi memoria, incluso su voz.

Finalmente la vida se le escapo por los ojos, dejando la tristeza embriagada en cada uno de los que seguro ella había cambiado su vida de alguna manera, incluida la mía aunque solo haya sido escasos minutos en que me tuvo consigo.

No sabia quien era ella o quien era yo, porque estaba ahí y el motivo de renacer de esta manera, pero tomaría la oportunidad para no defraudarla, viviría la vida por las dos porque no tenia nada mas que perder.

La habitación se lleno de sollozos y de una pena abrumadora por aquella mujer, que al oír su nombre, se me estrujo el corazón.  Ella era Diana, igual que mamá...

***

Las puertas de la habitación cedieron a la fuerza de las personas que la abrieron, las sirvientas rápidamente callaron y cabeza gacha aguardaron en silencio. No comprendía porque, es decir, no había monarcas ni figuras de autoridad, al menos eso creía hasta que lo vi.

Cabello rubio casi dorado, pálido, delgado y sobre todo con aquellos ojos azules que jamás podría olvidar, antes de morir lo vi y nuevamente lo vuelvo a ver, la pregunta es ¿Por qué? Sus ojos eran tan vacíos y oscuros que me hacían estremecer, ¿Cómo era posible que alguien tuviera esa clase de mirada? Eran hermosamente aterradores.

Recuerdo que mi abuela una vez me dijo que la maldad tenia ojos azules, tal vez tenia razón. 

No tuve tanto valor para contemplarlo durante mucho tiempo, pero si lo encontré como para prestarle atención a la espada goteante de sangre en su mano. El olor a sangre era asqueroso e increíblemente fuerte. Aquel liquido carmesí proveniente de aquellos cadáveres que fue acumulando en el salón... 

Era repugnante la facilidad que tenia de arrebatarles la vida a otros.

Tras la muerte de Diana fue otra mujer quien nos tomo a la otra pequeña y a mi en brazos de manera protectora mientras lloraba desconsolada. Ahora esta misma mujer había sido sometida de rodillas con nosotras en brazos frente al rubio que reclamaba sangre con cada paso que daba. 

Era aterrador e injusto, ¿Quién era para hacerle esto? ¿Para hacérnoslo? 

Pude ver la oscuridad que rodeaba a ese hombre, esa aura aterradora y dominante que no dejaba que nadie tuviese el valor de mirarlo a los ojos. Yo no, yo lo hacia porque no me afectaba en lo absoluto si quería matarme o no, antes estaba muerta en vida y morir nuevamente no era un problema para mi. 

No tardo en fijarse en mi quien no paraba de mirarlo, era guapo y estúpido pero nunca dejaba de ser guapo. El contacto visual que establecimos se había vuelto tenso e incluso pesado tanto que torno el ambiente incomodo.  

La joven castaña que nos sostenía hablo con voz temblorosa.

— ¡Su Majestad! —Hablo casi gritando. —Ellas son sus hijas... —Observo a la que suponía era mi hermana primero. —Ella es la primera princesa, nombrada por la señorita Diana como Athanasia de Alger Obelia y ella es... —No tuvo voz para terminar de hablar debido a la maldad que desprendía la mirada de este hombre que sostenía sobre mi.

Ambos nos mirábamos mutuamente, su mirada era afilada y demostraba el desprecio que me tenía y también a mi gemela. Yo lo miraba neutra, sinceramente me daba igual, aunque en el fondo tal vez tenía un poco de miedo. No estaba tan lista para morir otra vez así. Finalmente seguí dándole batalla con la mirada intentando no tenerle tanto miedo como el que en realidad sentía.

La castaña era la única testigo del odio mutuo que nos teníamos y totalmente aterrada encontró los restos de voz para seguir hablando.

—Ella es la segunda princesa... —Nuevamente el rey tomo su voz y hablo. 

—T/N —Dijo el rubio.

— ¿Disculpe? —Susurro.

—T/N de Alger Obelia, ese será su nombre. —Sus palabras hicieron temblar mi corazón antes de que se diese media vuelta y se largase de allí. Nadie dijo nada y no pude evitar echarme a llorar con fuerza. Nuevamente me convertí en T/N.

Quien diría que Diana y él habían coincidido conmigo.




Princesa Encantadora "La Segunda Vida es la Vencida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora