Becca está arreglada como de costumbre. Ella mira a uno de los miembros del equipo de seguridad cuando pasa junto a ellos en las escaleras.
—Has estado perdido en acción. —dice ella, mientras sigue a Louis.
—Gracias por venir.
—¿Quién se perdería una fiesta como esta? Yo no. Eso nunca sucederá. —se ríe, siempre dispuesta a pasar un buen rato. —Kenny y yo hemos estado hablando de esto durante días. ¿A dónde vamos? —mira el enorme candelabro.
—A mi habitación. —responde Louis por encima de su hombro.
—¿Tu habitación? —ella arquea una ceja perfectamente dibujada—. ¿Vives aquí ahora?
—No, sólo me refiero a donde me he estado quedando.
Decir que vive en Las Vegas ahora suena tan mal, debería llamar a su agente y ver cómo cancelar su contrato con Frankie para siempre. Por si acaso intenta sacarle algo más.
Sin embargo, Louis piensa que se está apresurando. Harry no le pidió que se quede o se mude con él. Después del concierto benéfico, no creía que Harry vaya a necesitar más a Las Vegas. Su lista de invitados está llena de personas dispuestas a pagar por su entretenimiento y la prensa está feliz de conversar sobre aquel lugar y escribir de lo hermoso que es.
Las vides que Harry necesitaría, están a su alcance.
—Este lugar es muy agradable —Becca mira todo mientras se dirigen a su habitación.
—Sí, es un sueño aquí. —se sienta frente al espejo del baño.
Becca comienza a desempacar algunas de sus cosas y las coloca en el mostrador.
—Entonces, ¿cuándo vas a volver?
Louis se encoge de hombros. —No estoy seguro.
—¿No estás seguro? —ella chasquea. —Tus fans se lo están perdiendo.
—Estarán bien sin mí por un tiempo. —o quizás para siempre, eso es lo que ese lugar está empezando a sentir en Louis.
—Parece que has cambiado. —retuerce el cabello de Louis—. ¿Con gel o sin gel? —esa incógnita le hace recordar a aquel día cuando conoció a Harry y Becca le había preguntado lo mismo delante de él, haciendo que el rizado respondiera antes que Louis.
—Ay.
Ella sonríe con fuerza. —¿Demasiado fuerte?
—Un poco.
—¿Él es duro contigo? —sus ojos se entrecierran.
—¿Qué? —Louis debió de haber escuchado mal, y niega con la cabeza. —Por supuesto que no, él se portó muy bien conmigo.
—¿Te acostaste con él, Louis? ¿Dejaste que te tocara con sus manos sucias? —su agarre en el cabello de Louis se aprieta aún más.
—Becca. —la mira por el reflejo del espejo—. ¿Qué...?
—¿Sabes quién es ese hombre, Louis? ¿Las cosas que ha hecho? ¿Entonces lo dejas que te toque? —gruñe la última parte, su voz cambia, bajando más. —Tendremos que limpiarte ahora. —Louis suelta un chillido cuando tira de su cabello y lo pone de pie.
Su mano baja a su cuello, donde siente el ligero frío del metal de una navaja.
—Si yo fuera tú, estaría callado. Odiaría tener que matar a tu amante. —sisea junto al oído de Louis mientras comienza a arrastrarlo a la ducha. El castaño empieza a pelear con ella de todos modos, pero la navaja se intensifica más en la zona donde está, provocando una muy pequeña herida. —No quería tener que hacer esto. —la escucha decir antes de sentir una aguja presionando su cuello, las manchas negras comienzan a bailar en sus ojos.
Louis forcejea en un intento vano de escapar de Becca, pero lo único que obtiene es hacerlo sin éxito.
—Harry. —pronuncia el castaño, deseando que haya alguna posibilidad de que lo escuche y vaya a salvarlo antes de que la oscuridad lo lleve.
