—¡Mmmh... no pares!— gimió Sasuke, mientras Naruto devoraba su miembro con placer.
—¡Shh, si la despiertas, te mato!— reclamó el Uzumaki entre dientes y apenas separando los labios del miembro duro y palpitante, lamió desde la base y aceleró el ritmo de succión, alternando con dos dedos bien lubricados que preparaban su entrada.
—Este cuarto esta insonorizado ¡No pares! Estoy muy cerca...— jadeó su esposo. Llevó la cabeza hacia atrás y se corrió con fuerza en su boca. Sin esfuerzo, Naruto levantó las piernas de Sasuke y se alineó pare embestir con firmeza su trasero.
—¡Ella tiene un don para interrumpirnos!— empujó fuerte mientras Sasuke se arqueaba bajo su cuerpo— ¡La amo! Te juro que lo hago pero siento que no quiere verme feliz últimamente— resongó el rubio.
Sasuke volvió a gemir, sujetando a Naruto por el hombro. Se sacudió un par de veces mientras dejaba besos por todo el cuello del trigueño, perdido en la bruma de deseo y pasión que lo envolvía.
La manija de la puerta sonó y como había sucedido otras noches, Sasuke, pataleó en la cama, empujando a su esposo al suelo.
—¿Claire?— dijo suavemente y tratando de regular su respiración y cubriéndose con una sábana.
—Tengo miedo papi— sollozó la pequeña, al otro lado de la puerta.
En un santiamén Sasuke estaba poniéndose el boxer, un shorts cómo podía y deslizándose dentro de una remera de Naruto.
—¡Vez a lo que me refiero!— masculló el rubio aún duro y dolorido— Corrió al baño envuelto en otra sábana, mientras su esposo reía y abría la puerta para tomar en brazos a la pequeña.
Uzumaki abrió la ducha y se metió bajo el agua tibia. Se vistió tomando ropa del vestidor y entró en la habitación para ver a la niña en medio de la cama, con Sasuke abrazándola y susurrando alguna historia de fantasía para hacerla dormir. Tomó su lugar, quedando junto a la niña que de inmediato lo abrazó.
—Lo siento— articuló Sasuke. El rubio negó y dejó un beso sobre la frente de Claire, quién empezaba a relajarse.
—¿Qué pasó tesoro?— dijo con voz suave y calmada.
—El hombre malo quería pegarme otra vez— susurró contra su cuello, mientras se acurrucaba en sus brazos.
Sasuke acarició su cabello, deseaba poder borrar esos recuerdos dolorosos de su pequeña. Él mejor que nadie sabía como debía sentirse la niña, atemorizada e insegura.
—Claire, amor, tus papis nunca van a permitir que algo te haga daño— dijo el rubio — Sasuke y yo te amamos con toda el alma, muñeca, eres lo más importante y no tengas dudas que haremos lo que sea para protegerte, pero ya no hay nada que temer, bebé.
—No hay más hombres malos, cariño— añadió Sasuke.
Las interrupciones siguieron. Cada noche, su pequeño tesoro despertaba asustada, llorando y corría al dormitorio de sus padres, hasta que ambos estaban demasiado frustrados como para pelear por cualquier cosa.
—Dejaste la cochera abierta— reclamó el Uchiha.
—¡Ciérrala! ¡Solo hay que apretar un botón, Sasuke!— el humor de Uzumaki era horrible.
—¿¡Qué pasa contigo!?— se quejó.
—Claire ya está en su jardín. ¿Podemos hacer el amor? Estoy frustrado.
—¡Solo piensas en sexo! Tenemos una hija ahora.
—Teníamos mucho sexo antes, y una hija no debería cambiar las cosas ¿Ya no me amas?
—Sabes que no es así, pero entre el trabajo, la niña, mi cabeza está en muchas cosas.
El Uzumaki se acercó a besar a su esposo, lo tenía arrinconado contra la barra de desayuno cuando la señora del aseo entró por la puerta del lavadero.
—¡Señores, disculpen!— la mujer estaba mas que roja, de hecho el rubor le duraría varios días.
—Tranquila Sasha— dijo Sasuke —Ya nos vamos a la empresa.
Cansado de todo, Naruto decidió tomar las riendas. No tenía corazón para sacar a la pequeña de sus camas, había sido un error dejarla la primera vez, pero adoraba ver como Sasuke la mimaba.
Entró en la sala técnica donde los programadores se alineaban frente a sus ordenadores. Su esposo era jefe de área pero trabajaba igual o más que sus empleados. Lo vió concentrado, mirando fijo la pantalla y se acerco sigilosamente para murmurar en su oído.
—A mi oficina, en cinco minutos. Es una puta orden— cuando el trigueño iba a poner reclamos ante la autoridad con la que estaba hablándole, Naruto mordió el lóbulo de su oreja y sintió como Sasuke se estremeció —Sin quejas, date prisa— insistió y salió por donde había entrado.
Se sentó en su oficina y esperó que Sasuke llegara. Se aflojó el nudo de la corbata, se quitó los zapatos, desabrochó su cinturón y los primeros botones del pantalón. Cuando Sasuke cruzó la puerta con el ceño fruncido, la sonrisa pecaminosa de Naruto se extendía por toda su cara. Pulsó el intercomunicador y dijo a su secretaria que tenía una reunión importante.
—Asegúrate de que nadie me moleste— ordenó. Luego miró al trigueño, que ya había adivinado sus intenciones y estaba poniendo el cerrojo en la puerta.
Cuando llegó a su lado y rodeó el escritorio, pudo apreciar como la mano de su esposo subía y bajaba sobre su pene semiduro.
—Ven aquí...— dijo Uzumaki, con voz ronca. Un gruñido de placer escapó de sus labios cuando Sasuke se arrodilló frente
a su sillón y lo tomó con su boca. Gimió y se contuvo de levantar la cadera para que su esposo no se ahogara.No quería correrse en su boca, por lo que detuvo a un muy entusiasta Sasuke, reuniendo todo el autocontrol que pudo.
—Inclínate sobre el escritorio, ahora— exigió desesperado. Sacó un lubricante del primer cajón.
—¿Por qué demonios tienes eso ahí?— se quejó Sasuke.
—Lo traje de casa, cuando salimos esta mañana— gruñó Naruto mientras los pantalones del trigueño caían al suelo. Aplicó una cantidad generosa sobre su pene y en la entrada de su esposo. Sasuke se tenzó, pero mientras Naruto estimulaba su trasero con una mano, usó la otra para tocarlo.
—Estás muy duro, se que ésto te encanta— susurró en su oído mientras se inclinaba sobre su espalda y se posicionaba entre sus piernas.
Empezó a embestirlo desesperado por sentirlo y por llegar al clímax. Sasuke se mordía el dorso de la mano para no gemir fuerte y que todo el piso de presidencia supiera de que se trataba la reunión. Naruto tomó sus caderas y se sacudió mas fuerte, llevándolo al orgasmo. Luego se corrió en su interior.
—¡Demonios! Se siente condenadamente bien— besó la mejilla de Sasuke, que yacía desplomado sobre el escritorio —Te necesitaba tanto...
—Te amo— dijo el trigueño, antes de levantarse y empezar a limpiar el desastre que habían hecho.
Se acomodó la ropa y antes de que pudiera ir al baño privado de Naruto por un paño húmedo, el rubio lo tomó de la cintura y lo obligó a sentarse a horcajadas sobre él.
—Prométeme que buscaremos la forma de estar juntos— dijo mientras su frente se pegaba a la del trigueño.
—Estamos siempre juntos— afirmó Sasuke, con sarcasmo.
—Hacían ya tres semana que no podíamos terminar. Mis bolas estaban casi azules— se lamentó y sintió el pecho de Sasuke vibrar con su risa —No te burles— reclamó.
—¿Estás consciente de que Claire se está adaptando? Le tomará tiempo, pero pronto será una niña plena y felíz que podrá dormir toda la noche sin pesadillas.
—Lo sé, por eso te informo que voy a follarte seguido en mi oficina— respondió con una sonrisa socarrona.
Sasuke volvió a reir, sabía que su esposo hablaba muy enserio.

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BOYS GAMES
FanfictionSasuke siempre fue retraído, era difícil para él hacer amigos, hasta que su madre lo obligó a invitar a su nuevo vecino en el día de su cumpleaños. Naruto es sociable, un año y medio mas grande que Sasuke, como extranjero, apenas conoce la nueva ciu...