BOYS GAMES

Capítulo.Especial -7 "El tattoo de Naruto"

Naruto estacionó el coche frente al local de Sai. No le había costado mucho decidirse, en cuanto vio la cicatriz en su muñeca, supo con que la cubriría. La parte difícil era la aguja. Si bien el CEO de Namikaze Motors era un hombre muy valiente, muy fuerte y muy seguro de sí mismo, las agujas le ponían hasta el último pelo de punta. Cosa que nunca admitiría, ni siquiera frente a su novio.

El pálido amigo de Sasuke, sonrió al verlo entrar.

-¿Por qué no me sorprende que estés aquí?- dijo burlón -¿Vas a hacerlo, no?- el rubio asintió, nervioso -Venga, sacaste a tu amor de un almacén en llamas y te pones todo tenso por un par de pinchazos.

-No es lo mismo- masculló, mientras se ubicaba en una silla y ponía su brazo sobre un soporte previamente preparado.

-Sólo piensa en su felicidad cuando te vea- dijo el pelinegro.
Naruto sonrió con solo imaginarlo, haría lo que fuera por Sasuke. Nunca amaría a nadie mas que a él.

-Lo quiero igual al suyo- pidió, mientras se preparaba para tatuarse.

-Tranquilo, tengo bien presente ese símbolo. Sabes, cuando Sasuke lo eligió me sorprendí mucho- le dijo mientras dibujaba la runa sobre su piel.

-¿Por qué?- cuestionó el rubio.

-Es un tatuaje para parejas- respondió el pelinegro, alzando una ceja -pero lo que me quedó presente fue la respuesta de Sasuke. Él dijo que soñaba con ese símbolo siempre supo que estaba unido a una persona. Aunque no pudiera recordar.

Naruto sonrió, sabiendo que Sasuke se sentía unido a él aún cuando su cabeza lo había borrado completamente

-Ésta noche le pediré que se case conmigo- soltó orgulloso.

-¡Enhorabuena! ¡Felicitaciones! Estoy seguro que serán muy felices juntos Naruto.

-Estoy nervioso- suspiró y frunció el ceño, Sai seguía concentrado -Aquí no se nos permite casarnos y sabes como son de tradicionales- Sai asintió.

-Hay personas que encuentran éste sonido relajante- dijo, haciendo referencia a la maquina para tatuar -¿Cómo lo vez? Voy a cambiar la bobina y necesito unas shaders para sombrearlo. Ya casi termino.

- Está quedando increíble, gracias- dijo conforme -Sai, si Sasuke acepta, quiero volver a California, sacarlo de Japón- suspiró- Quiero que deje atrás todo lo que le hizo daño. Casarnos allá y tener una buena vida juntos.

-Es una magnífica idea, Naruto- dijo entusiasmado -¿Tienes dudas de que acepte? ¡Por Dios hombre! Ustedes fueron hechos el uno para el otro.

-Lo amo, creo que lo he amado desde que nos conocimos- sonrió con nostalgia -No imagino mi vida sin él. Luché tanto para poder estar juntos... Todavía despierto cada día, lo veo a mi lado y me parece un sueño- sus ojos azules brillaron, llenos de lágrimas que no se permitió derramar.

-Van a ser muy felices, después de todo se lo merecen. Terminé, ¿Te gusta?- dijo, mientras limpiaba con antibenzil la zona. Luego lo tapó con un film y le dió las indicaciones para su cuidado.

-Siempre voy a agradecerte que cuidarás de él, eres un buen amigo. Tendrás un lugar en nuestra casa, espero que puedas asistir a la boda. Enviaré por ti en cuanto tengamos todo preparado.

-No me lo perdería por nada- afirmo Sai.

Se dieron la mano y luego un abrazo fuerte. Regresó a su departamento para cambiarse, el perfume de Sasuke era intenso, no hacía mucho que se había ido. Se vistió y bajó deprisa, mientras conducía hacia el restaurant, sacó del bolsillo de su traje la caja con las alianzas, la arrojo en el asiento trasero y metió los anillos en el bolsillo de su pantalón.

Llegó a Nihon Ryori Ryugin, había hecho gala de su apellido y posición social para obtener una mesa y aún así, había tenido que hacerlo con mucha anticipación la reserva.
Fué acompañado hasta el reservado donde cenaría con su pareja. Sus nervios estaban a flor de piel, su corazón latía tan fuerte que podría salir de su pecho. Respiró hondo, pero no lograba calmarse. No había dudas de cuanto amaba a Sasuke, pero proponer matrimonio era algo muy importante.

Suspiró y entró decidido. Haría la propuesta... se sentía lleno de entusiasmo. Quería llevarse a Sasuke a su patria y darle la vida que se merecía.