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Tres de los cuatro Merodeadores estaban hartos

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Tres de los cuatro Merodeadores estaban hartos.

Luego de que Alexandra se vaya de la habitación de Los Merodeadores, James ni había salido de allí.

El azabache había entrado en un trance.

Y ahora, no se callaba. Era medianoche y el chico seguía hablando sobre Alexandra.

–Es que en verdad. –continuó mientras miraba el techo con una sonrisa. –¿Notaron lo hermosa que es?

–Si, Cornamenta. –dijo Sirius cansado.

–Lo notamos. –continuó Peter somnoliento.

Un silencio en la habitación se formó, y los tres chicos comenzaron a dormirse. Pero el azabache volvió a hablar.

–¿Notaron sus ojos? Son muy verdes y hermosos.

Todos suspiraron y Peter se levantó de su cama. Los chicos lo miraron confundidos. El rubio tenía los ojos cansados y su pijama puesto, se acercó al baúl de James y le robó la Capa de Invisibilidad.

–Me infiltraré en la Sala Común de Hufflepuff y dormiré con Victoria. Lo lamento, pero no te soporto más.

James hizo una mueca ofendida y le tiró con una almohada. Peter salió de la habitación y Remus y Sirius se quejaron.

–Maldito Colagusano. –dijo Sirius. –Escapó y nos dejó con el insoportable.

–Te odio, Canuto. –dijo James.

–No, yo te odio a ti.

–Creo que soñaré con Alex. –dijo Remus perturbado. –Tanto oír de ella me traumó.

James se sentó en la cama con una amplia sonrisa y los miró. Los chicos suspiraron y dirigieron su vista a él con el rostro cansado.

–¿Pueden creer que me besó?

Sirius rodó los ojos y se sentó mientras lo miraba.

–Si. Primero que nada, los vi compartir saliva. Y segundo, lo dijiste unas veinte veces en la última hora.

–Es que no lo entienden. –dijo sonriendo. –Ella me besó, lo hizo. Quiero decir.. literalmente me tomó de la camisa y me besó.

–Por favor, amor. Haz que se calle. –le dijo Sirius a Remus.

Remus bufó y se sentó mientras tomaba su varita y apuntaba a James.

–Escúchame. Sí, estamos todos felices de que te haya besado y al fin den un paso más, pero juro que si no te callas te maldigo.

–No me comprenden. –dijo dramático mientras se acostaba y tapaba su cuerpo con las mantas.

–James.. sólo invitala a salir, dile cosas bonitas y sean novios. Punto final.

QUEROFOBIA; James Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora