dos

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actualidad.

Abby soltaba risitas mientras que su padre la hamacaba alto en el columpio.

—¡Más alto, papá!

Harry lo hizo, pero no tanto. Luego, se puso enfrente del columpio, para que su hija saltara y él la agarrara.

Ella se agarró fuerte al cuello de su papá, riendo y dándole un beso en la mejilla.

Una mujer pasó por detrás de ellos, Abby la vió y empezó a quejarse, queriendo soltarse de los brazos de Harry.

—¿Abby? ¿que tienes? —él frunció el ceño.

—¿Mamá? ¿ella es mami?

Harry tragó saliva. Sabía que su hija preguntaría por Louis, pero no creyó que sería ese día.

El alfa se dio vuelta, aún sin dejar de abrazar a Abby, y vio a dónde ella señalaba.

—Ella no es mamá, cariño. Tu mami no es una mujer.

—¿Entonces dónde está? ¿por qué no está con nosotros? —preguntó mirándolo a los ojos.

—¿Por qué creíste que ella era mami? —ignoró su pregunta.

—Porque... puedo recordar el aroma de mamá, vainilla y canela, y esa mujer tiene un aroma parecido. Pensé que era mamá.

—Lo siento, bebé, pero ella no es mamá. ¿Vamos a casa?

—¿Puedes mostrarme una foto de mamá?

—Claro. —Harry sonrió triste, empezando a caminar hacía su pequeña casa.

Cuándo llegaron, Abby se sentó en el sofá mientras Harry iba a su cuarto.

Aún vivían en la misma casa que pudieron alquilar cuando Louis estaba vivo. El cuarto de Harry aún tenía un poco el aroma de Louis. La ropa de este estaban guardadas, sin tocar. Harry quería conservar su aroma.

Volvió con una caja color azul pastel y se sentó al lado de su hija. Ella se sentó en su regazo, y esperó a que él abriera la caja.

Sonrió y sus ojitos se aguaron cuando Harry le mostró fotos de su mamá, y de ellos juntos.

—Él... tu mamá murió, cariño.

Era hora de que ella se diera cuenta de eso. Ella ya había preguntado muchas veces por Louis.

Sobó su espalda cuando Abby escondió su carita en el cuello del alfa, dejando escapar un sollozo.

Ella no conocía a Louis, pero de todos modos era su madre y le dolía no haberlo conocido.

Harry abrazó a su hija y la llevó a su cuarto.

—Se que casi nunca te dejo entrar a mi cuarto, pero mira, ese es el nido que le hice a mamá antes de que nacieras.

Entraron al nido, el aroma de Louis se notaba más ahí.

Abby abrazó al Alfa y le pidió que le contará cosas de Louis. Harry lo hizo, dejando escapar unas silenciosas lágrimas.

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