tres

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Para la sociedad, que un omega tenga un hijo con un alfa sin una marca de por medio, era una aberración.

Esa era la historia de Louis y Harry.

Cuando se conocieron, el omega, de diecisiete años, entró en celo, Harry también. Tuvieron una noche de pasión, sin usar condón. Ambos cegados por sus instintos animales, pero Harry esa noche no marcó a Louis. Sabía que era su omega, pero no pudo hacerlo.

Semanas después, el omega empezó a sentirse mal, encargó una prueba de embarazo, sin que nadie se enterara de eso, y se hizo esa prueba. Estaba embarazado.

Le contó a Harry, él esperaba que el alfa lo rechazara y le dijera un montón de cosas, pero no fue así. Harry simplemente lo abrazó y soltó feromonas para que Louis se tranquilizara.

Ambos padres de los chicos, claramente, se opusieron a eso. Los Tomlinson no iban a permitir que su único hijo varón, y más omega, tuviera un bebé sin una marca. Los Styles no iban a permitir que su hijo alfa criara a un bebé que tuvo en una noche de celo.

Ambas familias obligaron a que louis abortara, pero él no lo hizo. Un cachorrito ya estaba naciendo en su interior, y no quería abortar. Harry tampoco quería eso, pero si Louis quería hacerlo no se iba a poner.

Al fin y al cabo, Louis tenía la palabra final, era su cuerpo y su decisión.

El alfa buscó trabajo y pudo alquilar un pequeño departamento. El omega tuvo que dejar la escuela y empezó a trabajar unos meses, hasta que ya no lo hizo, ya que con su estado no podía hacerlo.

Harry, cuando Louis se fue a vivir con él, lo respetó y le dió su espacio. Estaba enamorado de él, pero le daría tiempo.

Al pasó de los meses, ambos se fueron conociendo y enamorando. Esperaban un cachorro, y eso fue el fruto de su amor.

El alfa, a medida que pasaban los meses, fue cortejando al omega. Iba a marcarlo después del embarazo, tenía pensado eso.

Louis amaba cuando Harry le besaba y acariciaba su pancita cuando se sentía mal. Amaba cuando consentía sus antojos. Amaba cuando los cálidos, y protectores, brazos de Harry abrazaban su pequeño cuerpo.

Cuando Harry le hizo un nido y le preguntó si podía entrar, le dio permiso. Sus aromas impregnados en este.

Al final de la noche, el omega se dormía con Harry cantándole una canción, mientras le acariciaba su cabello y su pancita.

Una noche se habían desvelado hablando de cosas, pensando en nombres para su bebé. Ya sabían el sexo, el alfa estaba feliz de tener a una próxima cachorrita rondando por su pequeño hogar.

Con ayuda de algunos buenos vecinos, amigos cercanos y Lottie, la hermana de Louis, pudieron comprar las cosas para su bebé.

El corazón de Louis se derritió cuando, después del parto y despertar, vio a Harry con un bultito entre sus brazos. La bebé estaba entre los brazos del alfa, con mantitas cubriendo su pequeño cuerpo. Vestía con un mameluco blanco y zapatitos del mismo color. Los mismos que Harry le había regalado mediante el cortejo.

La omega bebé era una combinación de sus padres.

El omega tuvo que ignorar todo lo que decían de él. Como se había embarazado sin tener una marca en su cuello. Como era un omega cualquiera.

Los meses que vivió junto a su alfa e hija, Louis sentía una felicidad enorme. Hasta que esa noche llegó.

Harry siempre se lamentaría haberlo dejado salir.

"—Algún día pondré mi marca en tu cuello, omega. —el alfa le besó sus cabellitos castaños.

Se encontraban en el nido, el omega estaba acurrucado entre los brazos del alfa, su espalda contra el pecho de este.

Las manos de Harry estaban encima de las de Louis, ambos acariciando la pancita del omega de siete meses.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo. —"

Harry no pudo cumplir su promesa.

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