Capítulo 1. Madre

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Tyler

Mire por la ventana del despacho del alfa como la lluvia acababa de borrar los restos de sangre y muerte del campo de batalla, hacía ya varios días que nos habíamos enfrentado a Agament y a la matriarca Black, no habíamos perdido, pero estaba claro que no habíamos ganado.

Sentí su presencia antes siquiera de oírse abrir la puerta, la sutil fragancia de Enma envolvió la estancia de manera instantánea, pero no me gire a mirarla hasta que vi como se sentaba en uno de los sillones del salón de té incorporado en el despacho. Podía sentir su dolor, tanto físico como mental, pero era ella la que había insistido en que no podía estar más tiempo tirada en la cama, al parecer para una pixie una hora de descanso era suficiente después de recibir casi 30 puntos.

- Hemos aplazado el funeral hasta mañana, aunque hay muchos que ya están en el cementerio llorando a sus muertos - Asentí, dejando saber a Enma que la había escuchado, mientras me dejaba caer en el otro sillón de la estancia y pasaba mis manos por el pelo - También he hablado con las brujas, no saben que hacer con los prisioneros que estaban bajo el control de la matriarca Black, parece que no son capaces de conseguir que recobren la cordura.

Durante unos quince minutos, Enma me hizo un reporte muy completo de la situación de la manada, y es que a falta del Alfa, yo era quien gobernaba ahora esta manada, y como mi pareja, Enma también tenía que asumir ciertas responsabilidades. Tarde unos instantes en darme cuenta que ya había parado de recitar el informe de la manada.

Parpadeé un par de veces y me frote los ojos para intentar que esta nebulosa de cansancio y dolor de cabeza me abandonara - ¿Cuánto hace que no duermes Tyler?- Aún dolorida se levantó del sillón y se sentó en mi regazo - Un líder que no descansa no puede ser un buen líder.

Una sonrisa cínica cruzó mis labios, y es que eran muchos los recuerdos que esa frase estaba trayendo a la luz, aunque siempre era de lo mismo, yo diciéndole a mi hermano que tenía que descansar. Aunque había alguien que estaba igual o peor que yo en este asunto - Enma tampoco es que tu estés mucho mejor - Dije mientras frotaba mi nariz contra la curva de su cuello - No has descansado ni un momento, casi ni has llorado la muerte de Alma - Enma se tensó en mis brazos ante la mención de su amiga, llevaban mucho tiempo combatiendo juntas.

Dejamos que el silencio nos rodease, cada uno encerrado en su mente por unos instantes, cuando pasaron unos minutos el sueño empezó a pesar cada vez más, y no solo a mi, también Enma se había dejado vencer por Morfeo, o al menos eso indicaba su respiración profunda y regular.

Esta noche nos merecíamos dormir, así que con el mas suave de mis movimientos me puse en pie mientras llevaba a mi dormida compañera a nuestro cuarto. Tras atravesar las puertas y meterla debajo de las sábanas hice mi ronda habitual, fui al cuarto de Hugo para comprobar que estaba en su cama y estaba dormido, y pase por el cuarto de mi hermano, siempre que me asomaba por el umbral esperaba ver algo distinto, pero no era así, solo teníamos dos cuerpos casi sin vida que se iban consumiendo con el paso de los días.

Con la moral aún mas baja que ayer, decidí ir a mi habitación, desde que era el Alfa en funciones de la manada le tenía aun más respeto a Alex y a Jade, ellos habían nacido para mandar, pero yo prefería otras cuestiones más sutilmente relacionadas con el poder, yo hacía nacido y había sido educado para ser un diplomático, no un líder.

Aunque todo pensamiento abandonó de golpe de mi cabeza, ya que al abrir la puerta de la habitación que compartía con mi compañera, no la encontré dormida debajo de las sabanas, la descubrí despierta, y sorprendentemente activa - Creo que tenemos que encontrar otra forma de relajarnos y liberar tensiones - dijo mientras se quitaba la camisa - Algo que nos haga conectar mejor como líderes, no se si me explico.

Una sonrisa cruzó mi rostro, y por un instante, todo lo que había fuera de esta habitación dejó mi mente, y solo la veía a ella.

Jade

Desperté ligeramente desorientada en una cama por desgracia conocida, volvía a estar dentro de la cabaña del claro y, por unos instantes, el miedo a que todo lo pasado fuera un cruel sueño cruzó por mi mente. Mire a mi alrededor mientras me levantaba, no había nadie dentro de la cabaña, pero al ampliar mis sentidos si que noté una presencia en el claro.

Me acerqué a la presencia de manera decidida, convencida que si alguien me podía proporcionar las respuestas que estaba buscando seguro que era aquel ser. No fue hasta que me fui acercando cuando me di cuenta que no era un ser o una presencia, era un persona de cabellos azabache y ojos brillantes. Mi respiración se detuvo y mi corazón dejó de latir por unos instantes.

Solo veía a la mujer de perfil, pero no necesitaba más para reconocerla, el problema era, que si ella estaba aquí significaba que la guerra me había costado muy cara, me había costado la vida.

Con la emoción y expectativa de una niña que acaba de recibir un regalo, y el dolor que solo puede sufrir alguien que no ha acabado en vida todo aquello que tenía que hacer, acorte la distancia entre los dos puntos y me senté justo enfrente de ella. Por un momento parecía que no había detectado mi presencia, pero cuando giró la cara y me miró, el mundo se aceleró y se paró al mismo tiempo, el ruido del bosque se vio ensordecido por los latidos de mi emocionado corazón, y por primera vez desde hacía más de un siglo, vi una cara que casi había borrado de mi mente.

- Me alegro de verte madre - dije mientras nuestros ojos se encontraban por primera vez en más de un milenio. Una bruja debe ser fuerte, una bruja debe ser dura y firme como lo es la propia roca, pero debía reconocer que había soñado con volver a verla un millón de veces.

- Necesitamos hablar hija mía, siéntate a mi vera - Dijo con una ronca dulzura la voz de mi madre - Aunque creo que deberíamos esperar a que tu padre acabe de hablar con tu... compañero

Tarde un momento en procesar que mi padre estaba vivo y bien, algo que hizo que mi corazón latiera con una fuerza que hacia mucho no sentía, pero igual de rápido que la descomunal alegría había invadido mi alma, la abandonó, al darme cuenta de dos cosas, que mi padre estaba a solas con Alex, y que este me acababa de marcarme.

Si no hubiera matado a Lilith, supongo que le rezaría a ella para rogar que no le pasara nada malo a Alex, pero como ya no está, solo me queda esperar









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Bienvenidos a todas y todos a esta nueva aventura de Jade y Alex, este primer capítulo ha sido un poco más corto que el resto pero estamos trabajando en ello :)

¿Teníais ganas de esta nueva aventura?

El sacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora