14 | Denuncia

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Celeste

No me siento bien, algo esta mal con mi cuerpo. He estado así por unas semanas, en específico después de la fiesta a la cual me llevo Max, no recuerdo mucho.

Porque fui drogada y no me di cuenta hasta la mañana siguiente.

Desde ese día siento que algo raro, como un vacío. Y esos asquerosos efectos secundarios que mis piernas las tenía flojas y mi estomago bajo dolía...

Presiento que tuve relaciones sexuales, no se con quién, pero no creo que Raúl me haya cuidado todo el tiempo.

Volviendo al presente, muerdo mis uñas viendo el reloj en mi celular, hoy debe bajarme, mi periodo inicia a las 2 de la tarde.

Sí, soy tan regular que se la hora exacta en la cual empieza mi menstruación y ya me he pasado por una hora. No soporto mas mis nervios, puede que este siendo paranoica, pero me quitare la incertidumbre.

Troto escalera arriba por la casa de los padres de Raúl, a paso apresurado voy a la habitación que comparto con mi hermano. Que no se qué mosco le ha picado, pero no me ha dirigido la palabra en todo el día.

Sin tocar abro la puerta, mis ojos se abren ligeramente al ver a Max llorando, este se levanta de la cama.

—¡¿Por qué mierda no tocas?! —me grita, abro la boca y no alcanzo a decirle nada ya que se va al baño.

Entro por completo, cierro tras de mi y escucho el azote fuerte que hace Max, camino lento, con precaución por el miedo que le tengo cuando esta alterado. Dudo un momento si en tocar la puerta, me acerco por completo pegando mi oreja en la madera, escucho sollozos y murmullos.

—¿Max?

Toco con mis nudillos, vuelvo a hablarle y solo gruñe, intento abrir la puerta, pero esta se encuentra bloqueada.

—Hermano, ¿Qué tienes? —indago preocupada—. Ábreme por favor.

—¿Ya llego madre? —cuestiona, su voz esta quebrada.

—Esta por llegar, puedes abrirme, Max.

—Voy.

—De acuerdo —mascullo y me separo de la puerta, reviso mi celular mirando el Uber donde viene mi mamá.

Ya casi llega, la quiero para que me acompañe al ginecólogo, podrá ser algo exagerado, pero solo quiero quitarme esta sensación extraña que siento y con él podre resolver mis dudas.

Bloqueo mi teléfono al oír el cerrojo ser quitado, guardo mi dispositivo en los bolsillos traseros de mis jeans y carraspeo.

En cuanto la figura de Max se aparece frente a mí no me deja reaccionar y lo tengo apachurrándome en sus fuertes brazos, como puedo le correspondo el abrazo.

—No se nada de él, no me ha hablado, tengo miedo, no volveré a verlo... —balbucea, frunzo mi ceño, ¿De quien habla?

—¿A quien no volverás a ver?

Me separo un poco para verlo a la cara, sus ojos están hinchados, inyectados de sangre, venitas rodean su iris verde sin brillo, tomo su rostro y le pido silencio.

—Shh... tranquilo, Max —le brindo una sonrisa, hago el ademan de querer pegar mi frente con la suya a lo que no me espere su movimiento brusco.

Aprieta mis brazos, su respiración se vuelve igual a la de un furioso y trago en seco, debí callarme.

—No me pidas eso, porque no puedo hacerlo —dice entre dientes, controlándose.

Asiento, hago una mueca de dolor por su agarre en mis brazos, ve a cada lado y me suelta cerrando sus ojos que de ellos caen lagrimas gruesas, estoy preocupada no sé lo qué sucede, ¿Por qué esta así? ¿Quién lo tiene de esta manera?

Sueño profundo © [✔️]Where stories live. Discover now