Capitulo 2.

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Ya han pasado varios días desde que me mude a mi propia casa a las afueras de Tokyo, lo más lejos posible de mis padres y de todos los problemas con los que lidiaba en aquel entonces.

Poco a poco me pude instalar de la mejor forma en aquel lugar, busque trabajo en un supermercado que la verdad no me pagaban para nada mal, así que no tendré que preocuparme por falta de dinero.

Ademas, digamos que ese trabajo no era para nada incomodo ni de mucho esfuerzo requerido, pero aún así daba lo mejor de mi para ser un buen empleado.

Pero... últimamente he sentido una incomodidad en la casa, me siento vigilado, como si no estuviera solo en ese lugar.

No importa a donde fuera, me sentía vigilado. Sufria de muchos escalofríos debido a ello.

Y ni hablar de los sueños que tenía casi todas las noches, no paraba de soñar con esas tales chicas que vi en el accidente de auto que sucedió hace ya semanas.

Ichika.

Nino.

Yotsuba.

Itsuki.

No dejaba de ver a esas chicas en cada maldito sueño que tenía, incluso en un sueño donde los sucesos no estén centrados en ellas, aún así aparecían, como si formaran parte de mi subconsciente, era demasiado extraño.

Pero más extraño me parecía es que no volví a ver a la chica de cabello marrón en mis sueños desde que me mudé a esta casa, no importa cuanto pensara en ella, no podía verla en mis sueños.

Y poco a poco... también me costaba recordarla al 100%.

Ya el único recuerdo que tengo de ella son esos hermosos ojos azules, tan azules como el mar, tan azules como la plumas de un pavo real, tan azules como el cielo mismo, unos ojos que cautivaron por completo a mis ojos.

Y también lo único que recordaba de ella era esos audífonos azules con blanco, quizás me recuerdan a ella porque en el sueño donde la vi, ella los tomó... o bueno, yo los tomé.

En fin, no le daba tanta importancia ni atención a eso, es solo un sueño, nada que ver con la realidad.

Sería muy loco, ¿no?

[...]

—¿Y que harás en la tarde?— Pregunta mi amigo de trabajo.

—Pintaré mi casa, la verdad quiero darle un detalle mio a ese lugar— Respondo.

Ambos nos encontramos en el supermercado donde trabajamos, organizando las estanterías.

La verdad me gustaba hacer ese tipo de cosas, soy alguien muy organizado.

—Oh, bueno... Era para ver si querías venir a una reunión con unos amigos de la universidad, porque uno de ellos se le murió la prometida hace poco— Agrega mi compañero mientras sigue organizando los productos en las estanterías, específicamente shampoo.

—Oh, es una pena. Mandale mis más sinceras condolencias y que espero que pueda reponerse— Dije mientras me imaginé como debía sentirse ese chico.

—Lo haré. En fin, te veo en el almuerzo— Tras decir eso, el chico se levanta y se va, dejándome lo que queda organizar a mi.

Amor... Ahora que lo pienso, jamas en mi vida he experimentado algo si quiera cercano al amor, solamente amistad a sido el límite que he alcanzado, no se si eso es bueno o malo, pero no importa, la verdad no quería involucrarme aun en algo como el amor.

¿Será mejor que me vaya? Quiero decir, tengo mucho que hacer en mi casa, y estaba seguro de que eso me iba a costar mucho trabajo, quizás hasta me iba a costar hasta la noche.

Bueno, eso hice, mi turno de la mañana había acabado y me fui a mi casa, pero claro, no sin antes comprar pintura blanca y varias latas de pintura de todos los colores que podría imaginar.

[...]

Ahí estaba, pintando las paredes de blanco, ya que estas mismas se encontraban con una manchas negras en varios lugares, más que nada en las esquinas y también rayones de lápices y colores, como si un niño las hubiese hecho, que es lo más seguro.

Tardaba un promedio de una hora pintando cada pared, quizás hubiese tardado menos si no me distragera tanto con el teléfono, pero la verdad no podía evitar investigar sobre el accidente de auto que pasó hace semana que fallecieron cinco personas...

¿Y si... ese en realidad es el auto del sueño que tuve?... Ay Tn, por dios... Eso no tiene nada de sentido, mejor sigue pintando las estúpidas paredes.

Y finalmente termine de pintar todas las paredes, justamente cuando el sol estaba empezando a descender.

Suspiro. —Finalmente terminé, ahora...— Sacó la caja llena de latas de pintura y las pongo todas en el piso. —Es momento de darle mi propio detalle— Tomo una lata de pintura negra.

La agito y la acerco a la pared, listo para hacer mi arte, pero...

—¿Que pinto?— Pregunto con la mente en blanco... De verdad no sabía que hacer.

Me mantuve en esa posición por mas o menos diez minutos, con la mente en blanco, más blanco que la pintura fresa de la casa.

Tanto tiempo así hizo que mis piernas se cansaran, así que procedo a sentarme en el suelo con las piernas cruzadas, viendo la blanca pared, pensando en que mierdas puedo pintar ahí.

Las ideas iban y venían. ¿Un halcón? No, quiero algo más original... ¿Una catrina? Muy difícil y detallado... ¿Una flor? No se, me vería muy niña...

De la nada, siento como una especie de respiración en mi nuca, dándome el mayor escalofrío de mi vida.

Flor...— Escuché una voz femenina susurrando esa palabra.

—¡¡AH!!— Grito mientras me doy la vuelta, pero no vi nada.

El corazón lo tenía a mil por hora, estaba sudando frío y los brazos y piernas no me dejaban de temblar. ¡¿Que demonios fue eso?!

Tan extraño y terrorífico fue eso, que fui al baño a lavarme la cara, a ver si estaba alucinando o estaba soñando, de verdad que esa respiración en mi nuca y esa voz en mi oído no lo esperaba para nada.

Que voz tan... suave.

[...]

Estaba en mi cama, con la miraba clavada en el techo, estaba arropado hasta el cuello, de verdad estaba haciendo mucho frío, y más voy a tener después de esa extraña experiencia que tuve hace unas horas.

—¿Que habrá sido eso?— Me pregunto a mi mismo. —Quizás es mi mente jugando conmigo... Es solo el estrés por el trabajo— Dije entre risas.

De verdad lo único que quería hacer era dormir, estaba muy cansado por pintar la casa y también por haber acomodado los muebles, esas cosas de verdad que son pesadas.

Trato de liberarme de mis pensamientos y cierro mis ojos, con tal de finalmente caer en brazos de Morfeo, en serio quiero dormir.

Y... quizás soñar con esa chica, ¿será que finalmente podré recordar como es? O aunque sea saber su nombre...

Sabia los nombres de Ichika, Nino, Yotsuba e Itsuki, pero no sabía el suyo, y eso me llenaba de muchísima intriga.

Me hierve la sangre no saber su nombre.

¿Saben que? A la mierda todo, me iré a dormir y que pase lo que tenga que pasar.

¿Y que pasó? Pue... la puerta de mi habitación se cerró de golpe, como si alguien que estaba molesto lo hizo.

Obviamente como todo un macho que soy, grité como la propia niña del increíble miedo que recorría cada célula de mi cuerpo. No creo que haya sido el viento entrando por la ventana, la tenía abierta y había brisa, pero no lo suficientemente fuerte para cerrar una puerta así de fuerte.

Lo único que hice fue cubrirme por completo con mi cobija y no salir de ahí hasta la mañana, lo cual fue difícil.

Porque no dormí en toda la puta noche...

Amor sin Materia. [Miku Nakano X Tu]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu