Capitulo 11.

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Corrí con todas mis fuerzas por los pasillos del lugar, esos eternos y largos pasillos hasta llegar al ascensor, perdí la cuenta de cuantas veces presioné el botón para llamar el ascensor, creo que literalmente por poco no desmantelo el pobre botón que estaba a punto de salirse y que no aguantaba más presionadas sumamente rápidas y fuertes.

Dejé el pobre botón en paz al ver que las puertas de ascensor se abren, entré y rápidamente presioné el botón de planta baja, al ver lo lento que se cerraban las desgraciadas puertas me daban ganas de patear todos los muros del ascensor, cuando más apurado estoy, más lento es todo el mundo.

La puerta finalmente se cerró y empezó a descender al piso marcado, que misteriosamente bajaba más rápido que cuando subía, y también los muros no paraban de rechinar y la puerta no dejaba de sacudirse, delatando así la gran falta de mantenimiento que tiene el ascensor, pero sinceramente, en estos momentos no le estaba prestando atención a nada, solo estaba pensando en Miku y en sí ella aun seguirá en la casa, si no hay desaparecido por completo aun.

Quiero despedirme de ella.

Cuando llegué al piso de planta baja, tuve que abrir el ascensor a la fuerza por la prisa que tenía, salí del establecimiento finalmente y lo primero que veo es que ya anocheció. Maldición, ¿tanto tiempo tardé? Eso no importa ahora, tengo que encontrar una manera rápida de llegar a mi casa.

Miré a mis alrededores, buscando algun modo que me pueda ayudar para llegar rápido a casa y ver a Miku. No se en que estado se encuentra, no se si aun estaba ahí, estaba pensando muchas cosas en un solo momento, haciendo que mi cabeza empezara a doler, pero no importa, mas me va a doler no poder despedirme del espectro que llenó el vacío en mi interior que no sabía que tenía.

Al ver que no había algo que me ayudara, emprendí una carrera hacia el camino con el que llegué al establecimiento, esta vez si fue difícil andar por ese camino por la oscuridad, y esos postes de luz ya no ayudaban tanto como antes.

Cuando finalmente salí del camino, entré a la carretera por la que el taxi me trajo hasta aquí, rápidamente tomé el camino que le guiaba hacia la ciudad de Tokyo, estaba completamente consciente de que el camino no era para nada corto, Tokyo quedaba tan lejos que ni siquiera podía ver sus luces reflejadas en las nubes, por lo que esa carrera iba a ser las más larga de mi vida.

Pero nada me va a detener.

Dos de cada siete postes de luz de la carretera funcionaban únicamente, por lo que ese camino era bastante oscuro, y mi teléfono estaba a punto de quedarse sin batería, por lo que la linterna no me podía funcionar por cual del ahorro de energía, el cual no podía desactivar. No se cuanto en corrido ya, pero estaba completamente consciente de que aún me faltaba muchísimo por llegar a mi casa, pero pensándolo bien, quizás no sea tanto como esperaba, ya que mi casa no queda exactamente en la ciudad, diría que quedaba a mas o menos casi un kilómetro de ella, así que me estaría ahorrando cientos de metros en comparación a estar en toda la ciudad.

Estaba empezando a cansarme, el sudor no dejaba de recorrer mis rostro y mi torso, mis piernas estaban empezando a tambalear, y lo peor de todo es que aún faltan kilómetros para llegar a mi casa, maldita sea todo. Estaba nervioso, no sólo por el hecho de estar corriendo en la carretera en medio de la noche completamente solo, con el pensamiento de que me podría salir un oso o un delincuente al verme en este deplorable estado.

Pero entonces vi una luz, una luz de esperanza, o bueno, una luz literalmente, un auto acercándose a mi, por fin algo que me ayude a irme lo más rápido posible a mi casa.

Me paré en medio del camino del auto y empecé a hacerle señales para que se detenga, pero digamos que todo se fue directo a la mierda.

Cuando vi pasar esa luz frente a mis ojos, y de ahí todo fue oscuridad.

Amor sin Materia. [Miku Nakano X Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora