Capítulo 204: Es Solitario Estar en la Cima

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La brisa primaveral no podía dispersar su ansiedad, ni quitarle sus preocupaciones. En la ladera de la colina donde se encontraba el Templo del Cielo, la figura de Huang Yue estaba oculta tras las gruesas ramas y hojas, rodeado de Guardias Imperiales vestidos con ropas negras.

Dentro de una hora, Yan HeQing subiría solo a la montaña para adorar a sus antepasados. De acuerdo con las reglas del Reino Yan del Sur sobre la adoración de los ancestros por parte del Emperador, sus Escoltas Imperiales solo podían esperarlo al pie de la montaña, por lo que Huang Yue hizo todo lo posible para sustituir a toda la gente del lado oeste al pie de la montaña por sus propios hombres. Luego envió a varias personas a subir a hurtadillas la montaña desde el lado Oeste, para esperar a que Yan HeQing pasara por allí.

Chen Ge pronto descubriría que los Guardias Imperiales del lado Oeste habían disminuido. Solo en un momento se sabrá si el plan será un éxito o un fracaso.

Huang Yue colocó sus manos en la espalda, respiró profundamente y exhaló lentamente. De repente, oyó el sonido de unos pasos que venían de detrás de él. Cuando miró hacia atrás, vio que eran sus subordinados y Xiao YuAn.

Huang Yue lo saludó vagamente.

—Xiao Jun Wang. 

Xiao YuAn miró a su alrededor y sonrió.

—Qué red Celestial¹.

—Si no hubiera sido por la ayuda de Xiao Jun Wang con su fuerza militar, nada de esto hubiera sido posible —comentó Huang Yue—. Me pregunto, ¿cómo se siente Xiao Jun Wang ahora?

Xiao YuAn: —No voy a mentir al General Huang, me siento nervioso y asustado.

Huang Yue sonrió con simpatía, y cuestionó: —Xiao Jun Wang, ¿sabe por qué quiero el trono?

Xiao YuAn respondió: —Aspiración.

Huang Yue sacudió la cabeza mientras decía:

—Usted eligió usurpar el trono conmigo porque quería vivir. En cuanto a mí, también deseo seguir viviendo. 

—General Huang, usted, una vez luchó junto a Yan HeQing en la guerra contra el Reino Wu Oriental y obtuvo un gran éxito. Pero ahora, aún teniendo poder e influencia en el Reino Yan del Sur, no está satisfecho con esto e insiste en usurpar el trono. ¿No debería ser mentira afirmar que su único deseo es vivir?

Las palabras de Xiao YuAn estaban llenas de espinas, pero cuando Huang Yue lo miró, no pareció molesto. En su lugar, respondió con calma.

—Mi padre fue una vez un subordinado de un diputado general del Reino Yan del Sur. Aunque su poder oficial no era grande, su salario era suficiente para que nuestra familia no se preocupara por la comida. Mi madre y yo siempre habíamos estado bastante satisfechos con nuestras vidas, hasta que cumplí los dieciséis años. El diputado general al que mi padre era leal, fue inculpado y encarcelado. En cuanto a mi padre, fue implicado y enviado a prisión también.

Huang Yue hizo una pausa, bajó la cabeza y su mirada permaneció distendida, como si se perdiera en sus recuerdos.

—Mi madre corrió hacia todos los parientes que pudo, esparció todos los bienes de la familia y rogó a todas las personas a las que pudo pedir ayuda. Todavía recuerdo aquella vez que me llevó a doblegarme y pedir ayuda en una noche lluviosa. Nos arrodillamos en el suelo, empapados de pies a cabeza por la lluvia, pero aun así, mi padre no fue liberado. Más tarde, me alisté en el ejército y arriesgué mi vida en el campo de batalla, corriendo al frente en cada ocasión para matar al enemigo. Me costó seis años y cientos de cicatrices obtener el puesto de general adjunto, para usar mi poder y limpiar el nombre de mi padre. Pero, para entonces, mi madre ya había muerto hace dos años, y mi padre murió poco después de salir de la cárcel.

Buscando el Harem: ¡Yo Soy el Harem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora