Es pesado pretender algo que no soy.

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Xiao Zhan se encontraba paralizado en aquel lugar la mirada que lo observaba atentamente contenía tanta frialdad que incluso podía sentirla en sus huesos, por un momento sintió la necesidad de darse media vuelta y salir huyendo de allí pero su cuerpo no parecía responder.

- ¿Qué?.- Yibo le dio la espalda.- ¿Tu amiguito se cansó de ti que regresaste más rápido que de costumbre?

-.......- Zhan apretó sus manos en puños.

- Dicen que hasta la belleza cansa.- Dibujó media sonrisa mientras tomaba un trago.

- En todo caso...- Zhan finalmente habló.- Quién terminará cansandose soy yo.- Dibujó media sonrisa.- Soy tan bueno que aquel que me prueba más que casarse solo pide más y más.

- ¿Podrías dejar el descaro delante de tu hijo?.- Yibo habló entre dientes.

- Tu fuiste quien empezó a provocar.- Arqueo una ceja.

- ¡Papi!.- El pequeño seguía brincando sobre la silla.- ¡Papi está aquí!

- Estoy agotado.- Zhan suspiró.- El viaje fue largo, iré a mi habitación.

- Joven maestro.- La nana se acercó tomando el equipaje de Zhan.- Yo lo llevaré por usted.- Empezó a avanzar.- ¿Quiere cenar?

- No tengo hambre.- Zhan la siguió.- Por ahora solo quiero dormir.

- Papi no me abrazó.- El pequeño Tian Tian se sentó en la silla y formó un puchero.

- Tu papi está cansado del viaje.- Yibo acarició el pelo de su hijo.- Y también es un imbecil.- Esto último lo susurró.

En la soledad de su habitación y una vez que la puerta se cerró Zhan dejaba caer su cuerpo sobre ella, sus piernas temblaban tan fuertemente que le era imposible mantenerse de pie, su garganta tenía un nudo pesado que le prohibía tragar saliva, su corazón golpeaba fuertemente intentando salir de su pecho y sus manos se agitaban.

Se encontraba tan nervioso que sus piernas sólo cedieron enviándolo al suelo, allí se sentó abrazándose mientras observaba a la nada, ¡Vaya que aquello no era nada sencillo! Tener que pretender ser alguien más y actuar para no ser descubierto era una hazaña que no todos podrían hacer.

Ya lo había hecho antes aún así el nerviosismo y el miedo nunca pasó, ser descubierto, para luego ser juzgado y probablemente encarcelado por suplantación era algo a lo que Zhan le temía.

Mientras trataba de reponerse se su susto se quedó pensando en la escena que había visto minutos antes, la escena de un padre y su hijo pasando un hermoso rato lleno de amor lo conmovió, de repente una emoción empezó a crecer en su interior, una emoción que creyó nunca despertaría en sí.

Allí estaba...de nuevo, frente a él, al ver su mirada todo dentro de su explotó de tal manera que su cabeza se mareo, trató de no pensar en él tampoco se atrevió a anhelarlo porque sabía muy bien que era algo imposible pero ahora lo tenía tan cerca, al alcance de su mano y se dio cuenta que en realidad el tenía un gran y especial significado en su corazón.

- ¿Podrías dejar de gritar?.- Yibo alejó su móvil de su oído.- Vas a dejarme sordo.

- Te lo digo Yibo, esa perra se trae algo.- La asistente Laila gritaba desde el otro lado del teléfono.- No es normal que regrese tan pronto de sus "viajes"

- En verdad no se que está pensando, lo único que me interesa es que se mantenga alejado de mi y de mi hijo.

- ¿Será que se quiere vengar porque estropeamos su plan con su amante?

Adorado Suplente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora