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"El desastre no solo es desastre, Sarada"

Sarada alzó sus cejas en sorpresa cuando se dió cuenta que, de un momento a otro sus padres ya no estaban allí.

Un destello negro se posicionó frente al Sasuke de esa dimensión y lo pateó estrellandolo contra un árbol. Su madre por otro lado, ya tenía sometida a su versión joven tomándola por la espalda. Está dejó caer los kunais que había usado para defenderse soltando un jadeo de sorpresa.

Observar a sus padres en acción siempre la sorprendía. No porque dudará de sus habilidades, era porque ambos en partes iguales emanaban un aura letal. Más su padre.

Cuando el Séptimo combatía siempre lo hacía por el bien de la aldea y ella se sentía cálida al respecto. Era fácil simpatizar con sus razones para someter al enemigo.

Pero su padre en particular parecía estar hecho para traer juicio a la escoria más nefasta de este mundo. Su mirada era afilada, su pulso no variaba y jamás se dejaba intimidar por su enemigo. Ella sabía qué para el resto de las simples mortales, servir de tropiezo en alguna misión de Sasuke Uchiha era lo mismo que morir.

El se acercó al Sasuke que tenía al frente, su propia espada apuntando en un ángulo peligroso. Instintivamente, ella volteo a ver al hombre que había estado quieto desde su reencuentro. Permanecía tranquilo observando la escena, fue entonces cuando escucho un aletear de alas proveniente del sitio donde había empezado el ataque.

Giró su cabeza y ahogó una exclamación cuando vio que los cuerpos que sus padres sometían se transforman en una manada de cuervos y se elevaban, dejandolos paralizados.

¿Genjutsu?

No lo vio venir.

Ella parpadeó y vio a su padre mirar al que debía ser su hermano. Intentó moverse, pero fue hasta entonces que Sarada se dió cuenta de que ambos estaban metidos en un genjutsu.

-¿Qué?

-¡Sarada!- gritó su madre. -¡Ve con Kakashi sensei!

Ella se debatió en no saber que hacer. Ya había sido suficiente de desobedecer a su mamá, pero sus pies se movieron solos hasta su tío.

-¿Porque los metiste en un genjutsu?- exigió. -¿Qué les estás mostrando?

Itachi giro su cabeza hasta ella.

-Tu muerte.

-¿Porqué? ¡Eso no es necesario!

Sasuke y Sakura cayeron de rodillas jadeando. Sakura tenía lágrimas en sus ojos, sus uñas se clavaban en sus palmas con demasiada fuerza mientras trataba de recuperarse de la ilusión. Sasuke no estaba mejor. Todo lo que hizo fue presionar sus manos en sus rodillas intentando acompasar su respiración.

-Tu padre estaba a punto de usar el Rinnegan. No pueden irse aún.

Sarada no quiso cuestionarlo. Un nuevo temor había surgido hacia aquél hombre. Instintivamente se alejó unos pasos.

En cuanto Sakura se recuperó tocó a Sasuke para transferir su chakra, aún entre jadeos. Era la primera vez que Sarada veía a su padre así. Este levanto la mirada y la clavó en Itachi. Su expresión estaba desdibujada por el enojo.

Un viaje en el tiempoWhere stories live. Discover now