•|♕︎| 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 |♕︎|• ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ

2 ఌ︎ 𝐏𝐫𝐞𝐩𝐚𝐫𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧.

Al día siguiente de la visita de su hermano, Kenneth se preparaba para conocer a sus suegros, él sólo conocía el nombre de la chica, jamás supo más que eso y por ende tampoco conocía a sus padres.

Si bien el conocerlos no es que sea lo más importante, es una tradición, que según su pensar era algo tonta.

Llegando a la casa de los padres de su prometida, miró un carro partir de la casa, claro que era un carro costoso, mentiría si dijera que no le causó algo de curiosidad.

Sin más importancia, Kenneth tocó el timbre de la mansión para ser recibido por Celine, no le sorprendió que estuviese vestida como para ir a un día de cine, tampoco a ella le importaba mucho la boda, sólo el dinero, claro.

-Hola...quiero avisarte que mis padres pueden hacer preguntas algo incómodas, ya sabes, aunque saben que es arreglado tal vez mantienen la esperanza de que estemos juntos y les demos nietos, sabes que eso no me interesa y espero que a ti tampoco. -dijo Celine mientras ambos caminaban hacia la sala de estar.

-No es así, al igual que tú, lo que nos tiene en esta situación es el aumento de los ceros en el banco, quédate tranquila.

Kenneth y Celine llegaron a la sala donde estaban los padres de la chica, los padres se vían ansiosos por saber la vida de Kenneth; lo miraron de pies a cabeza examinando e intentando describir su personalidad con sólo verlo, muy supersticiosos.

-Mucho gusto, señores Johnson. Estaba ansioso por conocerlos, me honra. -dijo Kenneth haciendo una reverencia a sus futuros suegros.

-Kenneth Jeon Miller...¿cierto? -el nombrado asintió- estamos felices de verte, como están tan claros los intereses financieros de tu empresa y de la mía, me gustaría que ahora se hablen de los intereses personales. Yo como la madre de Celine, me gustaría que por lo menos vivieran en la misma casa, sé que ambos tienen un trabajo que no les permite estar en un solo lugar, pero cuando se encuentren aquí en Dubai, estén en la misma casa. Tal vez para ustedes suene ilógico puesto que no se conocen, pero las creencias de mi familia son así, espero que no te incomode. -Dijo la señora Johnson con un tono calmado, pero su postura era dominante.

-No, para nada. Créanme que estoy a la disposición, lo digo con total honestidad. -Kenneth no mentía.

-Kenneth, sé que eres un buen hombre, sólo teníamos que vernos las caras para no estar tan tensos el día de la boda, yo tengo muchas cosas que hacer...discúlpame, tengo que retirarme. -El señor Johnson se despidió de su familia y se retiró.

Toda la tarde Celine y Kenneth estuvieron hablando sobre la boda, invitados y demás, considerando que en dos días se casaban.

Se dieron cuenta que ambos coincidían en muchas cosas, tal vez podríamos ser amigos, pensó Kenneth.

-Celine, estoy ansioso por que conozcas a mi hermano. Se llama Luka, es una gran persona. -Kenneth estaba ilusionado, ahora que conocía mejor a Celine estaba seguro que podría llevarse bien con Luka.

-Yo quiero que conozcas a mi mejor amigo, se llama Jimin. Evidentemente es coreano igual que ustedes, vino a Dubai solo para mi boda; tu hermano podría hacerle compañía.

-¡Claro! Mi hermano aveces es amigable, pero seguro se llevarán muy bien.

-Bueno, querido, te veo el Viernes.

-Nos vemos, Celine. Ten una buena tarde. -Kenneth se despidió con una sonrisa y fue a descansar a su casa.

Luka se encontraba en un bar, bebiendo solo.

Cada vez decaía más, se sentía...¿Vacío? no, ¿Enojado? tampoco...¿Quería irse? tal vez. No sabía que hacer en este punto de su vida tan crucial, sabía que tenía que hacer, intentar mejorar para la gran avalancha que se venía, que aunque para Kenneth y sus buenas intenciones fuera algo de negocios, Luka sabía la gran responsabilidad que se venía a él también, era igual de importante que Kenneth aunque no lo pareciera, puesto a que nunca iba a la empresa. Él tenía ideas de entrar al mundo del entretenimiento por que le gustaba cantar; tenía canciones escritas que aveces le gustaría que el mundo escuchara. Tenía tantas cosas en la cabeza que aveces necesitaba dos cerebros.

Mientras escuchaba la música de fondo y empezaba a sentirse mareado, inconscientemente buscó el nombre de su padre en su teléfono, cuando estaba apunto de llamarle su guardaespaldas se acercó a él para llevarlo a su casa.

Pagó la cuenta y mientras caminaba a la salida escuchó a lo lejos como un alma le gritaba a otra por teléfono, cuando volteó era un chico rubio, sólo le vio agitado pero no le tomó mucha importancia, él no tenía tiempo para estar pensando en problemas ajenos, mentiría si dijera que no le causo curiosidad...así que terminó por ir a ver que le ocurría.

-Hola, ¿chico? me llamo Luka, Luka Jeon Rogers, no me digas tú nombre si no quieres hacerlo. ¿Puedo preguntar si todo está bien? -Evidentemente estaba algo tomado y tampoco quería causarle miedo al chico.

-Hola, ¿chico? me llamo Jimin, Park Jimin. Estoy bien, gracias, pero tú pareces estar mal. -dijo Jimin, ahora él estaba preocupado por un desconocido, pero parecía un buen tipo.

-Estoy bien, en otras circunstancias estaría mejor, pero gracias.

-Me gustaría platicar con calma en otra ocasión...- Jimin parecía interesado por conocer más a Luka, ¿por qué su forma de actuar era tan pesada? sus palabras apenas podían salir, era evidente que sufría una fuerte depresión.

-Jimin, espero algún día volverte a ver, te invitaría a que conozcas a mi hermano, parecen de la misma edad y se llevarían bien. ¿sabes que va a casarse? bueno evidentemente no lo sabes, te invito a la boda.

-¿Cómo me vas a invitar a una boda que no es tuya?

-Es una boda de un familiar, mi hermano, el mejor ser humano, él no se molestará, te lo aseguro. -Parece que a Luka sí le afectó el trago.

-¿Qué día es? -Jimin tal vez podría hacerse un espacio para ir a la boda del hermano del chico, ir a dos bodas casi seguidas sería divertido, pensó.

-Es el viernes, se casa con una modelo, sé que no lo parezco pero junto con mi hermano soy dueño de mi empresa.

-Podría todos los días menos el viernes, y sé que podrías ser dueño de tu empresa...yo también lo soy.

-Que lástima, si el destino quiere que nos juntemos, entonces nos veremos luego, Jimin. No debería decirte que me siento mal, pero me siento mal. ¡Cuídate! -Kenneth se despidió de Jimin porque le empezaba a llegar el sueño y Jimin sólo le sonrió como despedida, tal vez, si era lo que él pensaba, el destino sí quería que se conocieran.