Capitulo 8

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El restaurante era elegante, grande, amplio. Es exactamente de dos pisos, y tiene ventanales enormes. Alrededor del lugar había muchos autos de lujos, además, en la entrada había dos guardias.

Mis ojos estudiaban todo el lugar. Creo haber venido una vez. Pero no recuerdo bien. Al llegar a la entrada no hizo falta un pase ni nada, tan solo le abrieron la enorme puerta con filos de una material negro elegante con un cristal hermoso. Pasamos y un camarero se nos acercó.

–Buenas noches mi nombre es Fernando y seré su camarero el día de hoy. Su mesa es la numero 5 y como pidieron en la segunda planta junto a la ventana – Dice medio nervioso.

Es un chico de unos 20 años, no tan alto, ojos cafés claros y facciones un poco flacas.

Caminamos hasta las escaleras en forma de caracol de una madera lujosa. Observe los cuadros en las paredes, amaba la pintura. Y más si era arte abstracto.

–Allí esta Zev – Habló Caleb.

Lo busque con la mirada y sí. Se encontraba parado justamente mirando por la ventana. Con las manos en su pantalón negro. Daba la perspectiva de un chico serio y amargado.

No contradigo verdades.

–Vamos – La voz de Shane fue fuerte que el pobre camarero se asustó.

Lo mire y este solo me miro por el rabillo del ojo. Negue sonriendo y caminamos hasta donde estaba Zev.

Las sillas eran de una madera totalmente brillante. La mesa era de un cristal hermoso. además los ventanales tenían decoraciones de diamantes falsos supongo.

Zev me abrió la silla para que yo puedo sentarme.

–Gracias – Susurré.

Este asintió y se sentó a mi lado. Shane y Caleb en frente de nosotros. Y el camarero se sentó en la punta de la mesa con las cartas para pedir algo. Me interesaba saber que decía el folder con las hojas. Echa un vistazo y mis manos abrazaban el folder mientras que sentía nervios recorrer mi cuerpo.

–Tráenos el mejor vino. Por ahora solo eso – Pidió Caleb.

Fernando solo asintió y se retiró.

–Puedes leer lo que está en el folder – comentó Zev mirandome.

Dejé de mirar a la nada y asentí.

Tenía miedo. Siempre que tenía un folder en mis manos algo pasaba. Abrí el folder y saqué las hojas grapadas. Dejé el folder a un lado y con las hojas en mis manos, escogí y leí la primera en voz baja solo para mí.

Permiso legalmente permitido para que los hermanos Granger sean tus tutores y representantes legales para el gobierno.

Fue lo único que leí. Es imposible.

SumisaWhere stories live. Discover now