Una chica para tres hermosos pecados.
Sexo.
Problemas.
Tres hermanos.
Una chica.
La sumisión es el arte perfecto para ellos.
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La historia es 100% mia. No se aceptan adaptaciones ni mucho menos copia.
La portada hecho por mi.
Si no te g...
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Al dia siguiente desperte sin ver a Zev en la cama. Supuse que habia ido a trabajar pero unos sonidos en la parte de abajo lo negaron. Me levante y me meti a bañar.
Cerre mis ojos en la tina y suspire.
Me gustaba el silencio pero las voces de los recuerdos en mi cabeza gritaban a mares el recuerdo de las desgracias vividas.
–Maxine debes ir, se necesita tu presencia.
–No, mamá esos hombres me caen mal.
–Son amigos de tu padre Max.
–Pero son raros.
–Vas y punto. Colocate un vestido porfavor.
–Pero mamá...
Bufó
–Pero nada maxine. Soy tu madre y debes hacerme caso. Hoy las cosas cambiaran.
Y si que cambiaron.
Abri mis ojos y una pequeña lagrima salio de mi ojo izquierdo. Con mi mano aún mojada la quite. Sali de la tina aún chorreando por las gotas de agua en mi cuerpo. Enrede la toalla a alrededor de mi cuerpo. Me mire al espejo y observe mis ojos rojos. Negue varias veces y sonrei.
Sonrei. Como si nada pasó.
Sonrei. Como si los recuerdos no dolieran.
Sonrei. Como siempre.
Sali del baño y rapidamente coloque mi uniforme. Deje mi cabello corto suelto. Coloque un poco de rime y balsamo.
La puerta de la habitación de abrio y alli estaba.
Eva. Esa mujer de cuerpo hermoso. Y una sonrisa falsa. Sin embargo su hermano no estaba.
–Max.
–Eva – Sonreí falsamente.
Ella observo la habitación con dedicación.
–¿Quien te dejo entrar aqui?–Pregunté.
–Nadie. Pero me causa curiosidad saber ¿Que haces aqui?
–Lo sabes perfectamente Eva.
–Lose, pero no te creo. Shane dejo unos papeles en la mesa y pude leer algo de una custodia – sus tacones sonaban en el piso mientras se acercaba a mi.
–No te incube, solo eres una secretaria desesperada en estar con un hermano millonario. Tan desesperada que no te das cuenta que solo te tienen trabajando porque tienen un contrato, por un contrato estas aqui...Eva – Me cruce de brazos.
Ella me miraba con odio, hecho su cabello hacia atras y lo note. Dos lunares en su cuello y uno es su barbilla.
–Hare todo lo imposible para que te vallas de aqui, y de su vida.
