𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 46

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Mingi observa el cielo grisáceo a través de la ventana. Sostiene una tasa de café entre sus manos dándole sorbos cortos.
 
-¿Vamos a salir?
 
Hongjoong asintió. Terminó de colocarse los zapatos para abrir la puerta principal y salió. El menor le siguió a los pocos minutos cubriendo su cuerpo con un abrigo.
 
Fueron a la parte trasera de la casa en donde hay un camino de piedra y muchos árboles alrededor. Su esposo le tomó la mano para entrar al bosque.
 
-Si mal no recuerdo desde que entraste a la universidad no dejaste salir a tu lobo ni una sola vez.
 
-Sip.
 
-Hoy los dejaremos ser libres.
 
El peligris quitó su camisa junto con los pantalones y zapatos.
Mingi lo miró con un sonrojo y luego hizo lo mismo hasta quedar con su ropa interior.
Hongjoong cerró los ojos y dejó que las sensaciones recorrieran su cuerpo. Observó más allá de su mente y cuerpo encontrándose con su animal.
Un lobo demasiado grande de pelaje negro con ojos rojos salió a la luz.
Para el omega es tan feroz y dominante nada comparado con la forma humana del menor.

Cerro sus ojitos y se concentró en su lobo. Poco después sintió una corriente recorrer todo su cuerpo y cuando abrió los ojos notó que ya estaba en su forma animal.
Hongjoong quiso soltar unas carcajadas al ver a ese lobito tan pequeñito de pelaje blanco y ojos celestes. Parece un bebé totalmente adorable.
El menor corrió entre los árboles, sintiéndose tan feliz y libre sin darse cuenta de que realmente su alfa le cuidaba desde atrás.
La paz le inundó. Su lobo necesitaba esto, salir, correr, conectarse con la naturaleza y jugar.
Tomó la rama de un árbol entre su hocico para dejarla caer lejos y compitió contra su alfa para ver quien llegaba primero.
Obvio él fue el ganador de ese juego.
 
Vamos hacer una carrera de aquí al río. Quién llegue primero pedirá algo al perdedor. Te daré 5 minutos de ventaja.
 
Las palabras del peligris llegaron a su cabeza como un susurro suave. Observó con atención al alfa y gruñó en afirmación.
 
Se preparó para correr. Hongjoong dejó salir un aullido iniciando la carrera. El peliverde corrió rápido esquivando árboles y ensuciando su pelaje con el lodo dejando sus huellitas marcadas. Escuchó el conocido sonido del agua.

Hongjoong sonrió para sus adentros y corrió lo mas rápido que pudo siguiendo el dulce aroma de su omega mientras corría se dio cuenta de que la gran luna está en su punto más alto iluminando el camino.
Cuando salió del bosque llegó a la orilla del río. Su vista se perdió en el agua cristalina y como los rayos de la luna se reflejan en ella.
Miro a Mingi beber agua desde la orilla hasta que una genial idea paso por su mente. Corrió con toda sus fuerzas y se sumergió en el agua tomando nuevamente su forma humana.
 
-¡Ven! No esta fría.
 
El alfa tiró su cabello gris hacía atrás aún con los ojos de ese color rojizo.
Mingi lo observó no muy seguro de lo que le pide. Volvió a su forma normal y saltó al agua sin pensarlo. Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentirla tan fría.
 
-¡Esta helada!
 
Hongjoong nado hasta él y lo envolvió en sus brazos para impedirle que pudiera irse. La piel suave y sedosa del omega chocó contra la suya dándole una sensación agradable.
 
-¿Qué vas a pedir? Como ganador de este juego aunque no debí de darte ventaja olvidé que eres muy rápido.
 
El peliverde se perdió en los ojos rojizos de su esposo. La luz de la luna ilumina su rostro y lo hace ver tan angelical. Sus labios pintados de un leve rosa y la piel un poco bronceada pero de igual manera se ve suave.
Es hermoso en todos los sentidos y está muy enamorado de él.

-Quiero que me hagas el amor aquí.
 
El rostro del mayor cambio a uno sereno en cuanto escuchó esas palabras. Sus ojos se oscurecieron un poco ante ese pedido. El agua chocando contra sus cuerpos envió miles de corrientes frías. Hongjoong tomó la cintura del menor y lo acercó a su cuerpo ocasionando que sus miembros rozaran levemente.
 
Lo llevó hasta la superficie recostando el cuerpo contrario sobre el pasto. Peinó aquellos cabellos  verdes casi blancos mientras observa sus ojos celestes. En ellos pudo ver todo lo que alguna vez había deseado en el pasado, ahora está más que feliz con la vida que tiene y lo que ha conseguido.
 
Mingi es todo para él y jamás le volvería a hacer daño. Unió sus labios en un tacto lento que fue de una manera torturosa para ambos mientras sus manos acarician toda la piel suave y caliente.
 
Se acomodó mejor sobre él retirando la ropa interior de ambos. El omega acarició toda la espalda del alfa inundando su fosas nasales con el olor a yerbabuena y té verde sintiendo como poco a poco entra en ese calor excitante.
 
Gimió bajito cuando sintió las suaves mordidas en su cuello y parte de su pecho. Se removió un poco por el ardor y la caliente lengua de su esposo acariciarle los pezones de una forma tan excitante que provocó mucha más excitación justo en su pene.

Sus ojos se abrieron en sorpresa cuando el alfa simplemente tomó su pene para meterlo de forma lenta en su interior. Fue algo apresurado pero no sintió tanto dolor por el lubricante que comenzaba a generar a causa de su excitación.
El cielo estrellado y la luna en su punto más brillante le da un ambiente más bonito y romántico. Practicar sexo al aire libre no parecía una mala idea.
El peligris se incorporó un poco y tomó la cintura del omega entre sus manos dando inicio a un vaivén suave sin ninguna prisa.
Mingi llevó sus manos hasta las muñecas del alfa y se sostuvo de allí dándole una que otra caricia.
 
Se sumieron en su romántico placer sintiendo pequeñas descargas eléctricas recorrer sus cuerpos por completo.
Gemidos agudos salieron de la boca del omega por las placenteras embestidas que recibe.
Hongjoong entrelazó sus dedos y llevó las manos del menor al lado de su cabeza dejándolo inmóvil. 
 
Se inclinó hacía delante y atrapó los labios de su esposo entre los suyos. Sus lenguas se encontraron de forma brusca creando chasquidos húmedos.
Dio una estocada fuerte y profunda que sacudió todo el cuerpo de Mingi.
 
-¡AH!

El peliverde arqueó su espalda abriendo más las piernas y gimió en alto. Más embestidas profundas golpearon su punto dulce haciendo que temblara de placer. Lo único que se escucha es el relajante sonido del agua y sus pieles chocar una y otra vez.
Mingi contrajo sus paredes robándole un gemido a Hongjoong. Su cuerpo se tensó al sentir su orgasmo cerca.
 
Mordió su labio inferior y tiró su cabeza hacía atrás arqueando su espalda mientras libera su esencia que cae en el plano vientre blanquecino. Intentó calmar un poco sus espasmos tomando profundas respiraciones.
 
Hongjoong le dio unas embestidas más y se corrió dentro de él con un gemido fuerte. El menor le mostró su cuello en señal de sumisión para renovar la marca.
No dudo en clavar sus dientes en la piel suave que sangró un poco. Le dio besitos en la zona para que no doliera tanto.
Lo abrazó contra su cuerpo esperando a que el nudo se desinflame y así fue.
 
Hongjoong se inclinó para besarle la frente con ternura y acariciarle las mejillas. Ahora mismo está sosteniendo a su vida entera entre sus brazos.
 
-Eres muy bonito.
 
El omega le miró avergonzado por unos minutos hasta que desvío sus ojos.
 
-Hace frío.
 
-Ya nos iremos. El nudo desaparecerá pronto.

Mingi tomó entre sus manos grandes y pálidas el rostro de su alfa tomando un poco de valor para poder mirarlo sin vergüenza. Sus ojos delataron un puro y verdadero amor que hasta cierto punto abrumó a Hongjoong por ser tan fuerte.
 
-Hongie es hermoso.
 
-Tu lo eres mas cariño.
 
El nudo desapareció justo en ese momento. Hongjoong sale del interior de su  esposo y lo ayudó a levantarse.
 
-Si estás cansado puedo llevarte sobre mi lomo. Será más rápido.
 
Mingi asintió y en minutos el alfa se transformó en aquel lobo intimidante.
Durante todo el camino le tomaba las orejas y le daba golpes en el lomo como si fuese un caballo. A final de cuentas se terminó transformando para ponerle las patas hasta que Hongjoong se cansó y lo tomó del lomo hasta llevarlo a casa.
Esa noche durmieron felices y tranquilos con un gran sentimiento de amor en sus pechos.

Omega Distinto (Hongmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora