Omega Distinto (Hongmin)

𝑬𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍 #2

Hongjoong termina de colocarse su traje negro. El cabello le cae sobre la frente y termina por acomodar su corbata.
 
Se da la vuelta mirando como Mingi intenta ponerse las pantuflas pero su vientre se lo impide.
 
Camina hasta él con una sonrisa colocándose sobre sus dos rodillas para ayudarle. Parece como si fuese ayer cuando recibió la noticia de que tendrían otro hijo y ya hoy su omega cumplió los nueve meses de embarazo.
 
-Ya está. ¿Por qué te levantas tan temprano? Los niños aún están dormidos.
 
Le tomó ambas manos ayudando a que se levante con lentitud. El omega le dio un beso en la mejilla como agradecimiento para dirigirse al baño.
 
-Los mellizos tienen cita con el doctor y Yeo hyung dijo que los llevaría por mí.
 
Abrió su boca ligeramente asintiendo. Claro lo había olvidado por completo.
 
Mientras su esposo despertaba a los niños él preparó el desayuno para que no fuera tanto trabajo solo para el omega. Sabe que ha pasado malas noches por los dolores y casi no puede caminar por que sus pies están muy hinchados a parte de todo eso tener que cuidar a los mellizos es más que difícil.
 
Sintió algo cálido y duro contra su pierna pero solo era Jun medio dormido. Sonrió y lo tomó entre sus brazos haciendo que el niño envolviera su cuello con ambos bracitos.

Parecía que se estaba quedando dormido nuevamente y solo lo dejó sin detener su tarea.
 
En pocos minutos su hija llegó ya vestida y con el cabello perfectamente peinado en una coleta alta. Tomó asiento en la mesa esperando su desayuno hasta que recibió un plato con frutas picadas y jugo.
 
Mingi llegó a la cocina listo para llevarse a Jun pero el alfa lo detuvo.
 
-Desayuna. Yo lo haré.
 
Negó con su cabeza intentando tomar nuevamente al niño.
 
-Vas arruinar tu traje con el agua.
 
-Mingi. Por favor.
 
Al ver los ojos brillantes del alfa se detuvo en su insistencia y se dedicó a obedecer. Fue junto a Hana y le ayudó con su desayuno mientras él come una que otra fruta.
 
Hongjoong fue rápido a la hora de bañar y vestir a Jun pero en cuanto terminó se dio cuenta de que era demasiado tarde como para poder desayunar. Dejó a su hijo en la mesa para que pudiese comer mientras el corre a recoger sus pertenencias.
 
Le dio un beso rápido en la cabeza a los tres como despedida.
 
-Nos vemos luego. Llámame si algo sucede.
 
Su esposo asintió dándole un sorbo a su jugo.
 
-¡Te amamos papá!

El corazón del alfa se calentó cuando escuchó esas palabras por parte de sus hijos en cuanto cerró la puerta.
Estás son las pequeñas cosas que ama de ser padre.
Las mañanas en el parque, cuando jugaba con los mellizos o les leía cuentos para a final de cuentas quedarse dormido sobre la cama de alguno de los dos mientras es abrazado.
Mingi ya tenía múltiples fotos de aquellos momentos pues él siempre es un espectador que disfruta de aquellos actos cariñosos.
 
Mingi desvío la mirada hasta sus hijos. Ellos hablaban de las caricaturas que suelen ver o más bien Hana es la que habla por que su hijo la escuchaba mientras come.
 
Sin darse cuenta sus ojos se quedaron fijos en Jun.
Todos siempre le dicen lo parecido que es a su persona y muy en el fondo de su corazón deseaba que no fuera de esa manera pero cada vez que veía a su pequeño se sentía reflejado en él.
Desde la manera tan tranquila de hacer sus tareas y lo silencioso que es. Los días que prefería quedarse acostado con su papá omega mientras Hana iba al parque.
Disfrutaba más que le leyeran un cuento antes que salir a jugar y todo eso solo provocaban estragos en el interior de Mingi.
No deseaba que su hijo fuese igual a él por que cuando era joven la timidez le ganaba y las personas se aprovechaban de su tranquilidad para pasarle por encima.
Quería que él fuera un niño alegre que se exprese sin miedo y pueda expresar cuando algo le molesta. Que no se quede callado como él hacía.
 
-Papi, tío Yeo eta afuela.