Sin Escape [Condena #1]

7

Caroline

Tengo la entrepierna empapada, pero eso no se compara al calor que tengo en las mejillas porque no se si hice algún ruido o simplemente mi jefe es un estilo de adivino que supo que estaba a unos metros de el apreciando la escena

O tal vez noto la puerta entreabierta igual estaba en una esquina del lugar, y aunque estaba todo oscuro la luz de la otra oficina se colaba dejándome a la vista de el, así que tal vez solo me vio ahí...

Gozando la colisión de ambos cuerpos y yo tocándome como si fuera la polla de mi jefe quien salía y entraba de mi, suspiro llenando mis mejillas de aire, de ese aire que se escaseaba

—Caroline — vuelve a llamar mi jefe, y el sabía que estaba ahí por lo que si salía por la otra puerta, igual sabría que lo había visto... y escuchado — señorita Jessen la estoy llamando

Boto el aire derrotada así como calzó mis tacones y acomodo la falda, que se pega a mi como una segunda piel por el sudor que botan mis piernas o tal vez por el hecho de que hace cinco minutos alcance el clímax con mis manos

Meto un mechón de cabello detrás de mi oreja, y tomo mi bolso para enfrentar al jefe que de seguro me diría el mal del que me iba a morir solo por verlo follar a otra o tal vez que quería follarme ahora  no me quejaría de esa opción

Yo tampoco

Sacudo la cabeza y camino hasta el, su cara era indiferente y de verdad esperaba un grito o algo

Porque así ha sido, unos constantes gritos que si no fuera por mi excelente forma de trabajo ya me habría echado a patadas de su empresa, ajusto los lentes y entierro las uñas en mis palmas cuando me centro en la mirada avellana y fría

Que me derrite en dos minutos, porque después de hoy cada que vea esos ojos me imaginaré que me empotra a la pared y me penetra como hace unos segundos lo hacía con la secretaria de la recepción

Muerdo mi labio y el se sienta frente a su silla, admirandome, si no tuviera el sostén, la tela blanca de la camisa haría notar la protuberancia de mis pezones endurecidos, me señala la silla frente a él, a pesar que acabo de follar

¿Cómo saco esa polla de mi cabeza?

Mi vista viaja hacia ella y por la mesa de vidrio puedo ver cómo se está endureciendo, bajo mi intensa mirada, joder, se aclara la garganta y vuelvo la vista a sus ojos avellana

No hay nada desordenado, por lo que sumo cuidado me siento frente a él, cruzando las piernas evitando la incomodidad, porque así me siento y vuelvo a bajar la cabeza ocultando el sonrojo que no ha querido salir de mi rostro desde que descubrió que lo había observado

—¿Tuvo una buena vista?— murmura en tono sarcástico, no se que decir o responder —sea una profesional, señorita Jessen —suspira — veame a los ojos cuando le hablo

Levanto mi vista y el verde de mis ojos hace contacto con el avellana de los suyos y de repente me dio calor de nuevo, apoyo la mano en la mesa y espero el regaño por haberlo observado, pero este jamás llega

—Digame que novedades tienen estos informes —toma la primera carpeta que había dejado en su mesa, y lo miro confundida pues esperaba el reproche, el grito pero nada pasó — no tengo la maldita noche para esperarte

Suspiro y explico todo con lujo de detalles, los desbalances, el lavado, el robo por más de la mitad del dinero que manejaba y escuchaba atento sin despegar la vista de mis labios, así mismo su mirada se deslizaba a mi cuello y a mis tetas, incline la cabeza dejándolo follarme en su mente

Cálmate Caroline

Su pulgar traza una línea desde su labio inferior hasta la comisura y se relame cada que mi lengua tocaba mis labios, humedeciendolos

—Es todo por hoy —mira mis labios por ultima vez y me despide con la mano — die lippen zullen van mij zijn ¹ —murmura en un idioma que no entiendo y termina de confundirme más

Recojo mis cosas y me levanto para salir, siento su aliento en mi nuca y me estremezco cuando choca con mi oreja

—Descanse señorita Jessen — sale dejándome ahí con más incomodidad y ganas que siga lo que quisiera empezar

¹: Esos labios serán míos