m e m o r i e s

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Era tarde por la noche cuando había ido por Auron, con la sonrisa y ojos rojos brillando en la oscuridad, había tocado la puerta como si fuese una visita social, inclinando la cabeza para cuando Raúl finalmente salió, tenía ojeras, no había dormido desde que habían encontrado los chocobos de Alex y Luzu, no podía.

- ¿Recuerdas nuestro trato? - preguntó el de la máscara. - Es hora de llevarlo a cabo, Auron, trae tu bata, no queremos que esto demore más que la última vez, no creo que a Luzu le guste estar amarrado en ese sucio y frío lugar, ¿verdad? - continuó, sujetándole la barbilla entre los dedos. - Trae los sueros, es hora de arreglar a la pobre parejita infeliz.

* * *

- ¡Luzu! - exclama en cuanto lo mira. - ¡Mi niño! ¿Estás bien? - le había puesto las manos sobre el rostro, estaba pálido y parecía que había estado llorando por mucho tiempo. - Mírame, ¿estás bien? - inquiere nuevamente, pero el alcalde solo lo mira, por largo tiempo. - ¿Qué mierda le hiciste? ¿Le pusiste el suero? - continúa, examinándolo. - ¡¿Se lo acercaste, joder?! ¡¿Dejas que lo puto oliera?!

- No. - responde el enmascarado con calma. - Él solo ha estado... callado.

- Nos iremos, ¿está bien? - murmura, besándolo quedamente. - Nos iremos muy pronto, tranquilo, tranquilo... - insiste cuando escucha los sollozos de Luzu, y su cuerpo sacudiéndose con ellos. - amor, está bien, lo juro, acabaré con esto y nos iremos lejos de toda esta mierda, lo juro.

- No me dejes... - continúa, abrazando a Auron. - no más, por favor, por favor, por favor... - suplica, y el contrario lo abraza aun más fuerte. 

- Volveré, lo juro, solo... solo tengo que hacer algo... - repite, apartándole el cabello castaño del rostro para besarle el rostro. - volveré tan pronto como pueda.

- ¿Lo prometes? - susurra Luzu, sosteniendo el rostro de su pareja entre sus manos. 

- Lo prometo. - responde Auron en un susurro.